El presidente de Estados Unidos pasa de las palabras a las metas en la lucha por frenar el cambio climático. La ambición del gobierno de Joe Biden es alcanzar cero emisiones netas en la red eléctrica en 2035.
En la cumbre climática mundial, promovida y realizada por la Casa Blanca la semana pasada, asumió el objetivo de reducir entre un 50 y un 52% las emisiones para el 2030 con relación a los niveles del 2005. Un plan ambicioso que busca colocar a la industria norteamericana en una posición de liderazgo frente al cambio climático.
Dentro del plan a corto y mediano plazo, el gobierno se compromete a lograr una economía descarbonizada en 2050. Y fija como meta inmediata que el sector de la electricidad esté libre de carbono en el 2035.
La Casa Blanca espera capitalizar el creciente apoyo de las empresas de servicios públicos, sindicatos y grupos ecológicos para un mandato nacional de energía limpia. Y respalda los esfuerzos para exigir que la red eléctrica del país obtenga el 80% de su energía de fuentes libres de emisiones para 2030, según un funcionario.
Esta meta impone estrategias, inversiones, empleo y voluntad. También requiere el apoyo del Congreso. Incluso, se prevé que podría potencialmente aprobarse sin el apoyo republicano a través de un proceso llamado reconciliación presupuestaria.
El 29% de los gases de efecto invernadero de ese país vienen actualmente del sector del transporte, el principal emisor. Le siguen la generación de electricidad (25%) y la industria (23%). Por eso, las acciones del plan climático se centran en estos tres campos, en los que el peso del poderoso sector de los combustibles fósiles es muy grande en EE UU.
Biden y el ambicioso plan para la red eléctrica
El asesor climático adjunto de Joe Biden, Ali Zaidi, se refirió al reto de que el sector energético de EE UU logre cero emisiones netas en la red eléctrica en 2035.
«Nuestro objetivo es convertir esto en ley», dijo. Tras comentar el impulso del gobierno para un llamado estándar de energía limpia (CES) para descarbonizar el sector energético.
Esto último requeriría reducciones en las emisiones mediante la adopción de energías renovables como la eólica y solar. El uso de energía nuclear o la búsqueda de formas de absorber y secuestrar las emisiones de gases de efecto invernadero de las plantas de combustibles fósiles.
“Hay múltiples vías para lograr un progreso significativo en el sector de la energía”, comentó Zaidi a Reuters. «Creemos que este es uno realmente poderoso en términos de brindar a las empresas de servicios públicos un horizonte de planificación claro y limpio».
Exigir a las empresas de servicios públicos que se alejen del carbón y el gas natural es una piedra angular del plan de Joe Biden. Cuyo propósito casi duplicará las reducciones de gases a las que se había comprometido Obama en el histórico acuerdo climático de París de 2015. Un recorte de entre el 26% y el 28% de las emisiones para el 2030 respecto al 2005.
A la fecha, muchas empresas de servicios públicos ya tienen planes para eliminar el carbono de sus sistemas debido a la presión de los inversores o los mandatos estatales. Sin embargo, les preocupa que los avances tecnológicos necesarios para llegar a cero emisiones no se materialicen a tiempo para cumplir con el cronograma de 2035.
Apoyo político para energías más limpias
La Asociación Nacional de Cooperativas de Electricidad Rural dijo que la meta de lograr cero emisiones netas en la red eléctrica en 2035, era «demasiado ambiciosa».
Este mes, sin embargo, 13 empresas de servicios públicos enviaron una carta a Biden. En apoyo a un objetivo del sector eléctrico que reduciría las emisiones en 80% por debajo de los niveles de 2005 para 2030.
Actualmente, la red eléctrica del país tiene un 40% de energías limpias y el plan de Biden es llevarlo al 100%. Llegar al 80% para 2030 se puede lograr con las tecnologías existentes sin costo adicional para los contribuyentes. El costo de las energías renovables y las baterías ha bajado mucho, según un estudio de Energy Innovation y la Universidad de California, Berkeley.
El plan cuenta con el apoyo de miembros de ambos partidos en el Congreso. Aunque los republicanos no han adoptado el cronograma agresivo del gobierno, debido a la preocupación de que aumente los costos y elimine empleos en las industrias de combustibles fósiles.
Los demócratas podrían aprobar una CES con mayoría simple como una revisión de la legislación presupuestaria. Las medidas de reconciliación deben estar dentro de una visión de 10 años.
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