Por Cambio16 | Fotos: Carlos Iglesias
No se puede hablar de política en Colombia sin hablar de Álvaro Uribe Vélez. Las elecciones en Colombia del domingo (27 de mayo) han dejado claro su papel de jugador clave en la política colombiana. Iván Duque, el candidato de su partido, es el favorito para ganar los comicios. Asimismo, en su «palmares» político ostenta ser uno de los pocos mandatarios en Colombia en ganar elecciones en primera vuelta, con votaciones récord en la historia del país.
Y su popularidad sigue intacta. Pese a todo tipo de acusaciones en su contra, en marzo pasado, Uribe se convirtió en el senador que más votos recibió en toda la historia de Colombia. Así, no es casualidad que en el país se haya acuñado entre sus partidarios la frase «Yo voto por el que diga Uribe«.
Pero además, el líder de Centro Democrático también es un actor de primer orden en el escenario político regional. Sobre todo desde la efervescencia de la crisis en Venezuela, ahora agravada con el régimen de Nicolás Maduro, la cual ha tocado -y hoy mucho más- directamente a su país. De cara a los próximos retos que tendrá el nuevo presidente de Colombia, recordamos nuestra conversación con Uribe, donde abordó para Cambio16 la situación de su país vecino.
¿Cómo ve América Latina la situación por la que atraviesa últimamente Venezuela?
En la región sigue predominando –aunque ya no unánimemente– un estado de permisividad con la tiranía de Venezuela. Hasta ahora no ha sido posible aplicar la Carta Democrática y uno de los gobiernos responsables de que no se haya podido poner en marcha ha sido el de Colombia. Juan Manuel Santos, cuando era periodista y candidato, aparecía como la horma fuerte del continente contra el chavismo. Ahora es el mayor defensor de la tiranía de Maduro. Todo porque el dirigente venezolano ayudó a que las FARC negociaran con este Gobierno.
¿Qué opina del diálogo fracasado entre el Gobierno y la oposición venezolana?
Es muy grave. Porque Maduro, como buen discípulo de los Castro, ha entendido que el diálogo simplemente hay que utilizarlo como un factor de distracción.
¿Cree, como sostienen los grupos opositores, que el Ejecutivo que preside Nicolás Maduro se ha reforzado gracias al diálogo y eso ha propiciado su endurecimiento ante las protestas?
Mientras se han producido esas conversaciones la situación del país ha empeorado. Los presos políticos siguen encarcelados y la economía sigue de mal en peor. Acabo de leer un artículo que dice: “cada vez que un venezolano come basura recuerda a Chávez”. Los venezolanos están hoy buscando basura para alimentarse. Es un desastre el que hay allí y el Gobierno de Colombia es permisivo con esa tiranía.
¿Considera que existe un riesgo de violencia permanente en el país?
La falta de verticalidad de la comunidad internacional para hacer cumplir los tratados, para capturar a altos funcionarios del Gobierno de Venezuela involucrados en el narcotráfico –como Diosdado Cabello– o para ayudar a que el país supere la tiranía, lo que hace es agravar la situación en el país y provocar el riesgo de una explosión mucho más violenta. Es mucho mejor ayudar a superar la tiranía que seguir esperando a que en Venezuela se masifique el derramamiento de sangre.
¿Cuál es la esperanza que ve Álvaro Uribe para que se ponga solución al conflicto?
La labor de [el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis] Almagro ha sido muy importante. Y vamos a ver qué hace el nuevo Gobierno de EEUU. Un nuevo Ejecutivo de Colombia con gente cercana a nosotros tendría una actitud diferente. Me parece grave que la comunidad internacional caiga en la trampa del diálogo. Porque los marxistas utilizan el diálogo como factor de distracción para poder instalar la represión. Mi mayor esperanza está en la capacidad de lucha del pueblo venezolano. Hay líderes muy buenos como María Corina Machado, Lilian Tintori o Leopoldo López.
Se dice que vivimos en la era de los populismos. ¿Lo cree así?
Populismo es toda ilusión que se crea a un pueblo y que termina en engaño y frustración. Es el de Chávez. Creó una ilusión al pueblo y terminó con miseria, paro y la economía destruida. El país está dominado por la violencia. Populismo también es el de Santos, que por fortuna empieza a desvelarse. Ilusionó a los colombianos con la paz y tenemos la economía destruida, el país lleno de narcotráfico y la Constitución sustituida para complacer al terrorismo.