El azúcar es uno de los productos más controversiales en los últimos años. Su consumo está asociado a la energía que produce en los músculos o el cerebro, al proporcionar fuerza, dinamismo y vigor. Pero muchos estudios resaltan sus desventajas para la salud. Al contribuir con la obesidad, el desarrollo de diabetes tipo 2 y aumento de los niveles de triglicéridos y de la presión arterial. Una reciente investigación en ratones encontró que el azúcar también puede producir colitis y otras afecciones intestinales
No se trata de una posición detractora a ese alimento o, de satanizarlo. Es el resultado de un estudio de la Universidad de Texas, Southwestern Medical Center publicado en Science Translational Medicine.
“Los ratones alimentados con dietas ricas en azúcar desarrollaron colitis, un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Al examinar sus intestinos gruesos detectamos bacterias que pueden dañar su capa mucosa protectora”, dijo Hasan Zaki, Ph.D y líder del equipo de científicos.
La colitis es un importante problema de salud pública en EE UU y en otros países occidentales. Esta afección puede causar diarrea persistente, dolor abdominal y sangrado rectal. La cantidad de adultos estadounidenses que padecen EII (que incluye la enfermedad de Crohn) aumentó de 2 millones en 1999 a 3 millones en 2015, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Además, la colitis está comenzando a aparecer en los niños, que históricamente no la padecían, precisó Zaki, profesor asistente de patología de UT Southwestern.
Los investigadores consideraron que la dieta en los países del hemisferio occidental es alta en grasas, azúcares y proteínas animales, de allí la elevada prevalencia de la enfermedad. Si bien se ha descubierto que las dietas ricas en grasas desencadenan la EII, el papel del azúcar ha sido más controversial, dijo el experto.
Relación entre consumo de azúcar y colitis
El estudio en laboratorio encontró que los ratones alimentados con dietas altas en azúcar desarrollaron colitis severa al aumentar las bacterias dañinas del colon y disminuir las bacterias saludables en esa zona.
La investigación apunta al azúcar, particularmente la glucosa que se encuentra en el jarabe de maíz, con alto contenido de fructosa desarrollada por la industria alimentaria en la década de 1960. Componente que se usa de manera masiva y consecutiva para endulzar refrescos y saborizar múltiples alimentos.
Los científicos de UT Southwestern alimentaron a los ratones con una solución de agua con una concentración del 10% de varios azúcares dietéticos (glucosa, fructosa y sacarosa) durante siete días. Descubrieron que los ratones que estaban genéticamente predispuestos a desarrollar colitis. O, aquellos que recibieron una sustancia química que induce la colitis, desarrollaron síntomas más graves si primero se les daba azúcar.
Posteriormente utilizaron técnicas de secuenciación de genes para identificar los tipos y la prevalencia de bacterias que se encuentran en el intestino grueso de los ratones. Antes y después de recibir su régimen de azúcar. Luego de suministrarles dosis de azúcar durante siete días, los que recibieron sacarosa, fructosa y, especialmente, glucosa mostraron cambios significativos en la población microbiana dentro del intestino.
Las bacterias conocidas por producir enzimas que degradan la mucosidad, como Akkermansia, se encontraron en mayor número. Mientras que las bacterias buenas, que se encuentran comúnmente en el intestino, como Lactobacillus, se volvieron menos abundantes.
“Debido a la erosión de la capa de moco, las bacterias intestinales estaban muy cerca de la capa epitelial del intestino grueso en los ratones tratados con glucosa”, agregó el estudio. “La ruptura de la barrera epitelial es el evento iniciador clave de la inflamación intestinal”.
Cuidar la salud, cuidar la comida
Aunque la glucosa tuvo el mayor efecto, «los tres azúcares simples alteraron profundamente la composición de la microbiota intestinal». Estudios anteriores han demostrado que la microbiota intestinal de humanos y ratones puede cambiar rápidamente con un cambio en la dieta. “Nuestro estudio muestra claramente que realmente hay que cuidar la comida”, dice Zaki, refiriéndose al consumo de azúcar.
Gabe Mirkin es un médico, profesor, columnista, ex corredor de maratón y autor de varios libros sobre medicina deportiva, nutrición y salud. En The Epoch Times hizo una amplia referencia sobre este estudio.
Añadió que los tipos de bacterias en el colon están determinados principalmente por el estilo de vida y lo que se come. “Se supone que el azúcar se absorbe en los intestinos antes de que llegue al colon. Pero si ingiere tanta azúcar que se sobrecarga y llega al colon, provocará el crecimiento excesivo de bacterias dañinas”.
En ese sentido, recomendó limitar todas las fuentes de azúcares añadidos en su dieta, particularmente todas las bebidas con azúcar.
Además sugirió estar atentos a los ingredientes de los productos que adquirimos en el supermercado. Los azúcares añadidos tienen muchos nombres. “Lea la lista de ingredientes de cualquier alimento nuevo que compre y se dará cuenta de que está obteniendo azúcar si ve cualquiera de estos términos: dextrosa anhidra, azúcar moreno. Jugo de caña, azúcar en polvo, jarabe de maíz, sólidos de jarabe de maíz, dextrosa cristalina, dextrosa. Así como edulcorante de maíz evaporado, fructosa, néctar de frutas, galactosa, miel, azúcar invertido, lactosa, jarabe de malta, maltosa, jarabe de arce, melaza, néctares, jarabe para panqueques. También azúcar sin refinar, sacarosa”.
Los azúcares extraídos de las frutas (como las uvas o las manzanas) no son más saludables que cualquier otra fuente de azúcar, adicionó.