Selva y playa. Así es Alter do Chao en Brasil, una tranquila aldea que se sacrificó y triunfó por el turismo y que ahora sufre la invasión y usurpación de las tierras que han mantenido de la forma más natural posible. Los turistas la visitan para comer su pescado de río amazónico disfrutando de la vista maravillosa del espeso bosque y sus aves de mil colores. Es un lugar especial para reencontrarse con la vida silvestre y conocer los indígenas y los delfines rosa.
Pero ahora la realidad es otra. Los problemas de apropiación de tierras, deforestación ilegal y construcciones no autorizadas están devastando este especial destino ecoturístico. Desde el 2018, la apropiación de tierras aumentó de manera salvaje y los proteccionistas ambientales lanzaron una alarma: “Hy que parar urgentemente el aumento de invasores. Hay que preservar el 67% de sus áreas protegidas”.
Alter do Chao, una tierra invadida
Las denuncias de sus residentes y protectores recalcan que los invasores ahora son más descarados, alegan que están dentro de los planes gubernamentales de desarrollar la Amazonía, pero es completamente falso. Ocupan la tierra, deforestan e incendian el bosque para abrir caminos y construir casas. Hay decenas de proyectos en construcción a las orillas del “Caribe del Amazonas” en zonas protegidas sin los permisos necesarios y las autoridades no se ocupan de esta gran responsabilidad.
El conductor de una lancha a motor, Ederson Santos, explicó a la agencia de noticias Associated Press el “modus operandi” de los invasores. “Llegan aquí, dicen que quieren comprar tierras económicas legalmente. Al no lograr ‘su sueño’, cercan cualquier área desocupada y afirman que es de su propiedad”, dijo.
Relata también que los invasores no solo se adueñan de los terrenos. También toman el control de muchos de los 17 canales cercanos al sector Bosque Encantado. “La familia que vive aquí nunca pidió permiso para nada de eso. Todos lo saben. Ahora ponen estacas de madera en el agua y pronto habrá una red para que nadie más llegue aquí”.
¿Control del Estado? Brilla por su ausencia
Brasil no cuenta con un sistema que consolide todos los registros municipales, estatales y federales para los propietarios de tierra. Esta situación facilita la actuación de los delincuentes. Históricamente, además, Brasil ha hecho poco para detener el acaparamiento de tierras en la extensa Amazonía.
Alter do Chao, ahora entre el turismo y la invasión de tierras, debería ser la zona más fácil de monitorear. Tiene un área protegida total de sólo 66 millas cuadradas (170 kilómetros cuadrados) y cuenta con varias organizaciones sin fines de lucro dedicadas a su defensa.
La apropiación de tierras consiste en invadir áreas públicas y obtener documentos, falsos o no, para certificar su posesión.
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