Desde el hogar y, a la más tierna edad, es un buen momento para inculcar a niños y niñas el respeto, el valor de las personas y sus derechos. Es un trabajo arduo, consciente e integral con la escuela. Con ese punto de partida, las condiciones actuales de atropellos, violaciones y maltratos a las mujeres podrían reducirse. Hoy, aproximadamente 1 de cada 3 mujeres en el mundo (el 30%) sufre violencia física o sexual, en su mayoría en el seno de una relación íntima, según la Organización Mundial de la Salud.
Esta acción hostil contra las mujeres, sin distingo de edad, raza o condición, es lo que la ONU llama “la lacra mundial”. Fue en 1993, cuando su Asamblea General emitió la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la Mujer. La define como “todo acto que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer. Así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
Desde entonces, cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer está ahí: para concienciar, denunciar y armonizar políticas grupales, locales, gubernamentales en defensa de la mujer abusada y agredida.
Esta violencia empieza temprano: casi 1 de cada 4 (24%) adolescentes de 15 a 19 años, que han tenido una relación de pareja, ha sufrido violencia física o sexual a manos de su compañero, precisó la OMS.
Pero, además de esa violencia de género, hay otras muchas, con efectos en la salud que pueden durar toda la vida, física, mental y reproductiva.
Violencia contra las mujeres, la lacra mundial
Naciones Unidas y otro centenar de organizaciones en el mundo, encuentran una amplia categoría de violencia contra la mujer. La ejercida por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, feminicidio). También la violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético). Asimismo se incluyen la trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual), mutilación genital y matrimonio infantil.
Aunque todas las mujeres, en cualquier parte del mundo, pueden sufrir violencia de género. Son particularmente vulnerables, las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex. Las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades. Y aquellas en crisis humanitarias.
En España, las mujeres víctimas de violencia machista han aumentado un 10,89% en el segundo trimestre de 2022 con respecto al mismo período del año anterior. Y las denuncias presentadas en los juzgados de violencia sobre la mujer también han aumentado, un 12,33%. Sumando 44.543 mujeres víctimas y 45.743 denuncias respectivamente, según el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Estos datos se traducen en un aumento de la tasa de mujeres víctimas por cada 10.000 mujeres en España. Al pasar de 16,6 en el segundo trimestre de 2021 a 18,4. Y por comunidades, por encima de la media nacional se situaron Murcia (28,5), Baleares (27,6), Comunidad Valenciana (24,2), Canarias (21,5), Andalucía (21,3) y Madrid (19,6).
Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio, comentó que los datos muestran es «un problema de primer orden». Son más altos que los registrados antes de la pandemia (40.687 víctimas en el último trimestre de 2019 y 36.185 en el primer trimestre de 2020).
Feminicidios, categoría mayúscula de la violencia machista
Un nuevo estudio revela que de las 81.000 mujeres y niñas asesinadas intencionadamente en 2021 en el mundo, más de la mitad murieron a manos de sus parejas u otros familiares. El documento es un terrible recordatorio de que la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más generalizadas.
El hogar es un lugar mortal para muchas mujeres y niñas, según muestra un informe llevado a cabo por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y ONU Mujeres, publicado esta semana.
De acuerdo con el estudio, en 2021, una media de más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. Del total, unas 45.000 -alrededor del 56%- murieron a manos de sus parejas u otros familiares. Además, el porcentaje de homicidios masculinos que se perpetran en el ámbito privado es del 11%.
«Detrás de cada estadística de feminicidio está la historia de una mujer o niña individual a la que se le ha fallado. Estas muertes se pueden prevenir: ya existen las herramientas y los conocimientos para hacerlo», dijo Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres.
El informe indica que todavía hay demasiadas víctimas que no se contabilizan. La violencia contra la mujer y el feminicidio es un problema en todos los países, aunque hay disparidades por regiones.
La tasa de asesinatos relacionados con el género en 2021, en el ámbito del hogar se estimó en 2,5 por cada 100.000 mujeres en África. La tasa fue de 1,4 en América, 1,2 en Oceanía, 0,8 en Asia y 0,6 en Europa.
En España, en lo que va de 2022, el Ministerio de Igualdad tiene registradas 38 muertes por violencia de género, frente a 47 de 2021.
Otro tipo de violencia contra las mujeres
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar la equidad, el desarrollo, la paz. Al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin poner fin a esta deplorable escalada social.
En las últimas décadas, las mujeres se han empoderado de la escena cotidiana, con su formación académica, talento y potencialidades. Y se destacan en todas las actividades, profesiones u oficios. Pero persisten limitantes. Según el Banco Mundial, alrededor de 2400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen igualdad de oportunidades económicas.
Mientras en 178 países continúan con barreras legales que les impiden participar plenamente en la economía. En 86 países, las mujeres enfrentan algún tipo de restricción laboral, y 95 países no garantizan la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor en 2022.
A nivel mundial, las mujeres todavía acceden a solo tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres. Esto se traduce en una puntuación total de 76,5 sobre 100 puntos, que indicaría la existencia de una paridad jurídica completa. Sin embargo, a pesar del efecto desproporcionado que la pandemia ha generado en la vida y los medios de subsistencia de las mujeres, 23 países reformaron sus leyes en el 2021. Y dieron pasos muy necesarios para promover la inclusión económica de las mujeres, según el informe.
«Si bien se han logrados avances, a nivel mundial la brecha entre los ingresos esperados tanto de hombres y mujeres a lo largo de su vida es de $172 billones, casi dos veces el producto interno bruto (PIB) anual del mundo», señaló Mari Pangestu, Directora de Políticas de Desarrollo del BM.
Legislación anti-gay en Rusia
Mientras en las calles de París, decenas de miles de personas, manifestaban en contra de la violencia a las mujeres y por la libertad de género, días previos al 25 de noviembre, en Rusia las restricciones a las libertades llegan a la comunidad LGBT+. Otra forma de violencia a las mujeres lesbianas, bisexuales y trans.
La legislación anti-gay que está considerando el parlamento ruso podría llevar a la asediada comunidad LGBT+ del país a la clandestinidad, dijeron activistas a The Moscow Times. Entretanto, el Kremlin duplica lo que llama «valores tradicionales» en medio de la guerra de Ucrania.
El mes pasado, los legisladores rusos respaldaron un proyecto de ley para ampliar una prohibición existente sobre la “propaganda” LGBT en su primera lectura. Y actualmente están analizando enmiendas que impondrían penas de prisión de cinco años para los infractores reincidentes.
“La sociedad se volverá considerablemente más cerrada”, dijo Alexei Sergeyev, jefe del grupo de derechos Heterosexual and LGBT Alliance, sobre las consecuencias si el proyecto de ley se convierte en ley. “Las personas LGBT vivirán cada vez más en las sombras”.
La comunidad LGBT de Rusia ya enfrenta violencia y marginación como resultado de la homofobia generalizada, que a menudo es alimentada por la retórica oficial. Pero muchos temen que la legislación que ahora se está tramitando en el parlamento empeore la situación.
Varios activistas dijeron que podría haber consecuencias para las organizaciones LGBT, los lugares LGBT, así como los libros, películas, obras de teatro y videojuegos con contenido relacionado.
“Esta legislación afectará a todos, no solo a las personas LGBT”, dijo Noel Shaida, jefe de comunicaciones del grupo de derechos LGBT Sphere Foundation, que fue clausurado por las autoridades a principios de 2022.