El sueño es una función biológica básica de animales y seres humanos. Es la antítesis de estar despiertos. También, como decían las abuelas, el descanso reparador después de una jornada agitada. El sueño ha sido inquietante para la neurociencia, que se ha sumergido en los vericuetos que encierra el cerebro, como centro de comando del cuerpo y sus órganos. Del sueño se saben sus beneficios y desventajas para la salud, pero no todo se conoce, quedan muchos misterios por descifrar.
El sueño y el descanso son los premios después de un arduo día de trabajo. Pero el sueño, además, genera el equilibrio energético y molecular. Revigoriza la función intelectual, el estado de alerta y el humor. Y ayuda a pensar con más claridad, a tener mejores reflejos y mayor concentración.
Asimismo, el descanso afecta a casi todos los tejidos, las hormonas del crecimiento y del estrés, el sistema inmunitario, el apetito, la respiración, la presión arterial y la salud cardiovascular… La revista Science publicó una serie de artículos con lo último que la ciencia ha descubierto sobre el sueño y reciente en la información del sueño a través de experimentos de campo, pocos usuales hasta hace poco.
En una de las pruebas, el editor senior Peter Stern advierte que “la sociedad moderna ha subestimado el sueño y ha fomentado el mito del individuo fuerte y exitoso que puede arreglárselas con un mínimo de tiempo en la cama, o que escatima en dormir para hacer más». La razón ha desacreditado ese mito. «El sueño es una función corporal importante, no negociable, esencial para la salud humana”, subrayó
Algunos misterios del sueño
Stern apunta que el sueño beneficia nuestro cerebro y bienestar mental, y as entidades como el sistema cardiovascular e inmunológico. «Debido a que el sueño es tan común en los seres humanos y en el mundo animal, lo damos por sentado y no hacemos la pregunta obvia: ¿Cuál podría ser su propósito fisiológico?”, asienta.
La respuesta simplista, argumenta, es que nuestro cuerpo y sistema nervioso necesitan descansar. «Esa versión puede descartarse. No nos demos cuenta, pero nuestro cerebro está muy activo mientras dormimos. En las últimas décadas hemos aprendido mucho sobre los genes, moléculas, células y circuitos involucrados en el sueño y su regulación. Sin embargo, todavía no sabemos por qué dormimos”, señala. He allí uno de los tantos misterios del sueño y sus complejidades.
El profesor del Imperial College de Londres, Nick Franks, señala que la necesidad de dormir debe tener una base biológica muy fuerte. “Evolutivamente, el sueño se preserva muy bien, lo que implica una función básica y esencial para la vida. Cuando nos privamos del sueño, todo lo relacionado con nuestra salud y nuestro comportamiento van mal. El mecanismo básico que rastrea lo cansado que está el cerebro y cuándo debe activarse el sueño sigue siendo un gran misterio”, sostiene.
Se han acumulado pruebas sobre las consecuencias negativas de la privación del sueño, pero sobre las ventajas de una buena noche durmiendo hay más hipótesis que evidencias. La respuesta más simple y habitual es que, como otras partes del cuerpo, el cerebro necesita descansar después de un duro día. El problema con esta analogía es que la actividad cerebral mientras se duerme no se detiene, solo es diferente.
Trabajos del cerebro en horas de sueño
Gabrielle Girardeau, del Instituto Fer à Moulin (París, Francia) e investigadora de las funciones del cerebro y los misterios del sueño, ha estudiado la relación entre sueño y memoria.
“En los seres humanos la falta de sueño es perjudicial para los recuerdos. En los animales, esta privación también afecta la consolidación de la memoria. Sabiendo el efecto negativo de no dormir, se apuntala lo positivo de hacerlo», expresó.
Girardeau lidera un laboratorio centrado en cómo el sueño fija lo que aprendemos. “Básicamente, el cerebro ensaya durante el sueño lo que sucedió durante la vigilia. Creemos que este proceso de reactivación permite el refuerzo gradual de los recuerdos a lo largo del tiempo. En particular, el hipocampo, que es una estructura crucial para la memoria de eventos contextualizados. El qué, dónde, cuándo sucedió reactiva patrones neuronales de vigilia durante el sueño. En eventos cortos coordinados llamados ondas (ripples en el original en inglés)”, explica.
Añade que estas ondas ayudan a fortalecer la marca de los recuerdos. «Permiten que el hipocampo se comunique con otras partes del cerebro, como la corteza o la amígdala, para asociar, por ejemplo, una valencia emocional a un recuerdo, o para transferir sus detalles al córtex para su almacenamiento a largo plazo. Y todo esto no se puede hacer si se está despierto y no dejan de llegar estímulos del exterior», argumenta.
Retirar la basura del cerebro
La consolidación de los recuerdos no es la única misión del sueño, aunque quizá sea la mejor demostrada. Laura D. Lewis está especializada en neuroimagen en el Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Boston (EE UU) y estudia el sueño y sus misterios.
“La neurociencia del sueño ha demostrado que no hay una sola razón por la que dormimos. El sueño tiene efectos increíblemente amplios en el cerebro y afecta todo, desde los procesos moleculares hasta la cognición de alto nivel”, precisa.
Un área reciente de investigación, en la que Lewis trabaja, está demostrando que una de las funciones de dormir es retirar la basura del cerebro. «Los estudios con roedores han demostrado que durante el sueño se elimina una variedad de metabolitos”, dice. Los metabolitos son molécula utilizadas, capaces o producidas durante el metabolismo.
“Muchos de estos metabolitos son generados por las neuronas durante la vigilia, cuando producen diversos tipos de moléculas de forma natural mientras consumen energía y realizan sus funciones habituales. Es el caso del beta amiloide, que si se acumula y se agrega aparece relacionado con la enfermedad de Alzheimer”, añade.
En ese sentido, han observado un doble proceso. Durante el sueño, los desechos de la actividad cerebral son evacuados por el líquido cefalorraquídeo y el fluido intersticial. Al tiempo que las neuronas producen menos desechos que estando despiertos.
Es como en los grandes edificios de oficinas, la limpieza se hace por la noche, cuando no está el resto de los trabajadores. En esto, el sueño mantendría la salud fisiológica neuronal.