La crisis humanitaria por el coronavirus pone al descubierto la resistencia global de las poblaciones y afloran la solidaridad, creatividad y unión. También pone a prueba a las naciones bajo regímenes democráticos débiles que violan derechos humanos y libertades políticas con la excusa de la pandemia.
Lamentablemente son muchos los gobiernos que se escudan en medidas extraordinarias y excepcionales para encubrir acciones que escapan a la emergencia sanitaria. Activistas perciben como una erosión de los derechos civiles, el aumento de la vigilancia, los toques de queda y las restricciones de los desplazamientos o de la libertad de expresióny de información como la revisión de celulares, el control de Internet y el secuestro de data.
En Serbia, su presidente, Aleksandar Vucic, declaró el estado de emergencia hasta nuevo aviso. El Parlamento ha sido relegado, cerrado fronteras y la policía aplica un toque de queda de 12 horas. Los mayores de 65 años de edad tienen prohibido salir de sus casas. Las medidas estrictas impuestas que se han impuesto en Europa contra la pandemia de COVID-19, no contra la forma de pensar de los ciudadanos..
Gobiernos utilizan pandemia para violentar derechos
El mandatario serbio, que hace teatrales comparecencias diarias por televisión y emite decretos al por mayor, asumió plenos poderes. Los opositores indignados lo acusan de tomar el control del Estado de forma inconstitucional.
La responsable de derechos humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa dijo que comprende la necesidad de actuar con rapidez para proteger a la población ante el coronavirus. No obstante, aclaró que los estados de emergencia deben incluir un límite temporal y la supervisión parlamentaria.
#COVID19 “As govts rush to introduce emergency measures, it’s also vital that they remember to include needs of everyone in society, incl. national minorities» – @OSCEHCNM‘s recommendations on short-term responses to COVID-19 that support social cohesion > https://t.co/Ezk2nGQrEV pic.twitter.com/kfVNEmWUjt
— OSCE (@OSCE) March 26, 2020
“Un estado de emergencia, siempre que se declare y por el motivo que sea, debe ser proporcional a su objetivo, y mantenerse solo mientras sea absolutamente necesario”, dijo la jefa de derechos de la OSCE, Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, citada por The Associated Press.
«El derecho internacional de derechos humanos permite los estados de emergencia, pero las restricciones no deben convertirse en “la nueva normalidad. Tienen que durar solo mientras dure el peligro”, indicó el investigador de Amnistía Internacional Massimo Moratti.
En Hungría exceso de medidas
En Hungría, el parlamento aprobó una ley que permite al primer ministro, Viktor Orban, gobernar por decreto mientras dure el estado de emergencia declarado el 11 de marzo.
La ley también establece penas de prisión de hasta cinco años por difundir información falsa sobre la pandemia. Y hasta ocho años para los que interfieren con los esfuerzos de contener la propagación del coronavirus, por ejemplo un toque de queda o una cuarentena.
Grupos de derechos y funcionarios señalaron que la ley abre la posibilidad de instaurar un estado de emergencia por tiempo indefinido y les da al gobierno de Orban carta blanca para restringir derechos humanos y coartar la libertad de prensa.
“Orban está desmantelando la democracia ante nuestros ojos. Es una vergüenza para Europa, sus valores fundamentales y su democracia. Orban se aprovechó del coronavirus para matar la democracia y la libertad de prensa”, dijo Tanja Fajon, miembro del Parlamento Europeo.
Esperaba más responsabilidad de los líderes del #EUCO. Europa es más que una simple suma de gobiernos nacionales. Ahora tenemos dos semanas para trabajar, superar los egoísmos y dar respuestas.
Esta mañana en @rtve pic.twitter.com/oNXAf4pTLx
— David Sassoli (@EP_President) March 27, 2020
Nuevos desafíos en Rusia
En Rusia, donde es escasa la supervisión y control independiente de los poderes el Estado, y donde la oposición carece de representación parlamentaria, la imposición de más medidas de vigilancia encubierta –escucha de teléfonos, intercepción de mensajes electrónicos o censura– pueden suponer un gran riesgo, advirtió el abogado Kiril Koroteyev, especializado en derechos civiles, integrante del grupo ruso Ágora.
“No es un problema nuevo en Rusia, la sociedad civil ha estado lidiando con ellos durante más de dos décadas, pero ahora, con la crisis derivada de la Covid-19, se suman nuevos desafíos”, expresó.
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