Decenas de miles manifestantes que exigen la renuncia de Alexander Lukashenko, «el último dictador de Europa«, marcharon por la capital de Bielorrusia este domingo. La ola de protestas entró ya en su séptima semana. Cientos de soldados bloquearon el centro de Minsk y desplegaron cañones de agua y vehículos blindados de transporte de personal antimotines. También erigieron barreras de alambre de púas.
Las protestas contra Alexander Lukashenko se repitieron en otras ciudades bielorrusas, incluidas Brest y Grodno. Los manifestantes de Minsk portaban banderas rojas y blancas el estandarte nacional independiente de Bielorrusia y que Lukashenko reemplazó en 1995, al comenzar el mandato.
La multitud en Minsk estaba compuesta por unas 100.000 personas, dijo Ales Bialiatski, director de la organización de derechos humanos Viasna. Aseguró que decenas de manifestantes fueron arrestados en Minsk y Grodno. Cada día se incrementa el número de detenciones.
Explicó que cerca de 1.700 personas fueron arrestadas en el período previo al día de las elecciones. Desde ese 9 de agosto, otras 12.000 han sido llevadas a prisión. Con esto se eleva el número a unas 13.700 personas que han caído en manos de la policía. «Ahora tenemos muchísimos detenidos, pero la gente no se rinde, la gente sigue resistiendo y esta cifra va a subir”, dijo.
El apoyo de Moscú
La ira pública continúa creciendo contra Alexander Lukashenko, que ha mandado en la ex república soviética durante 26 años. Moscú le ofreció su apoyo y anunció que enviaría paracaidistas a Bielorrusia para simulacros conjuntos de la «Hermandad Eslava».
Lukashenko, que ha reprimido la oposición y los medios de comunicación independientes, ha rechazado las sugerencias de diálogo con los manifestantes. Muchos miembros del Consejo de Coordinación, creado por la oposición para impulsar una transición de poder, han sido arrestados o han huido del país.
«Todos los domingos, se están mostrando a ustedes mismos y al mundo que el pueblo bielorruso es el poder», dijo Svetlana Tijanóvskaya, quien fue la principal oponente electoral de Lukashenko, en un mensaje de video desde Lituania, donde se encuentra en el exilio.
Los manifestantes también llevaron retratos de María Kolésnikova. Esta dirigente de la oposición ha estado encarcelada durante dos semanas. Enfrenta cargos de socavar la seguridad del Estado, que podrían acarrearle cinco años de prisión.
Kolésnikova ha declarado que las fuerzas de seguridad la llevaron a la frontera con Ucrania para intentar obligarla a salir del país. Entonces rompió su pasaporte para no poder cruzar la frontera. En una declaración transmitida por su abogado el domingo, la activista instó a los manifestantes a continuar.
El rechazo en Europa del Este
Los presidentes de Polonia, Lituania y Rumanía publicaron una carta abierta reiterando su apoyo al “pueblo de Bielorrusia en la construcción de un camino democrático, a través de un liderazgo estatal elegido democráticamente, una sociedad civil libre, economía de mercado y el Estado de Derecho”.
La misiva subraya la importancia de “reconocer los resultados de las elecciones como legítimos solo si se llevan a cabo de acuerdo con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y sujeto a la observación electoral internacional”.
La incorporación de Rumania a este llamamiento supone un cambio de rumbo en su tradicional bajo perfil diplomático, en particular ante la crisis de la ex república soviética.
La carta incluye un compromiso para ayudar a una Bielorrusia democrática a obtener «acceso a recursos financieros para la reestructuración y el arranque de la economía liberal de Bielorrusia», así como para impulsar un aumento de la «presencia de la institución financiera internacional» para avanzar hacia una reforma económica.
La tibia respuesta de la Unión Europea
Svetlana Tijanóvskaya instó a la Unión Europea a ser «más valiente» en su respuesta a la negativa de Alexander Lukashenko a relajar su control del poder. La ex candidata presidencial dijo que las sanciones eran «muy importantes en nuestra lucha» contra el régimen de Lukashenko. «Obligan a las llamadas autoridades a entablar un diálogo con nosotros», agregó. «Realmente necesitamos este llamado de la UE. Porque este es el objetivo principal de nuestra lucha en este momento».
Los planes para imponer sanciones se han retrasado. Esto ha socavando los esfuerzos por adoptar una posición firme sobre las elecciones manipuladas del mes pasado. También han hecho poco para evitar los abusos de derechos humanos que siguieron.
Tijanóvskaya hizo otras solicitudes durante un discurso ante el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo. Por ejemplo, pidió reconsiderar las asociaciones con cualquier organización que esté cerca de Alexander Lukashenko. También les instó a ayudar a crear una coalición internacional para facilitar las negociaciones entre los manifestantes y el régimen del dictador.
Varios ministros de relaciones exteriores de la UE se reunieron con Tijanóvskaya durante el desayuno. Tras el encuentro, el jefe de la diplomacia de Alemania, Heiko Maas, dijo que «la violencia que Lukashenko está ejerciendo contra los manifestantes pacíficos es completamente inaceptable».
Maas, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la UE, dijo que los ministros deben «hacernos la pregunta de si Lukashenko, el que tiene la responsabilidad principal, no debe ser sancionado también por la Unión Europea».
Lea también: