Uno de los países europeos más dependientes del gas ruso, se prepara para escenarios eventuales, pero posibles, de un racionamiento del combustible. El gobierno de Alemania activó la fase inicial del plan de alerta temprana, contenida en su ley de emergencia del gas para hacer frente a la escasez de un bien fundamental para su poderosa industria, comercio y, además, garantizar la calefacción de la población.
La activación del alerta temprana ocurre luego del anuncio de Vladimir Putin de exigir el pago del gas en rublos. Los países miembros de la Unión Europea dependen en un 40% de las importaciones de gas ruso. Algunos gobiernos calificaron el anuncio de “amenaza” y “hostilidad”. Mientras que el alemán considera que la exigencia implica el incumplimiento del contrato. Dejaba claro que no iba a doblegarse ante el desafío de Putin.
La cumbre del G-7 realizada en Bruselas y la UE, rechazaron por unanimidad el pago del combustible en rublos. En el cruce de declaraciones, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que Moscú no suministrará gas “gratis” a Europa. Y amenazó con un corte de suministro si no se cancela con la moneda rusa. Tal intransigencia generó más preocupación en Alemania.
El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, declaró en Berlín que actualmente no hay cuellos de botella en el suministro. «Sin embargo, debemos aumentar las medidas de precaución para estar preparados en caso de una escalada por parte de Rusia. No aceptaremos ningún incumplimiento de los contratos de suministro», asentó.
Alemania activa el plan de emergencia de gas
La activación de la “alerta temprana” es la primera de tres niveles que contempla el plan de Alemania de emergencia del gas. Aún no implica una intervención estatal para racionar el suministro, pero no se descarta si la crisis se agrava.
Habeck oficializó la decisión del gobierno y explicó que en esta primera etapa se establecerá un grupo de trabajo del Ministerio que se encargará de supervisar la situación y las reservas de gas, actualmente al 25% de su capacidad. Aunque insistió en que no se prevé ninguna restricción de suministro, llamó a los consumidores a ahorrar gasolina. «Cada kilovatio hora de energía ahorrada ayuda, dijo.
El grupo de trabajo que monitoreará el comportamiento del mercado del gas está facultado para cortar de la red a ciertos consumidores en caso de necesidad. Este paso, por ejemplo, implicaría ordenar la paralización parcial o total de ciertas empresas en sus procesos de producción, para evitar el consumo de gas y priorizar el de los hogares,
A la situación de alerta se llegaría después de sortear otras alternativas. Implicaría que grandes clientes industriales recibirían cantidades reducidas de gas o ninguna entrega. Se habría llegado a la emergencia.
Reiteró el ministro que Alemania debe estar preparada “en caso de una escalada por parte de Rusia”. La industria alemana es altamente dependiente del gas ruso, por lo que un corte del suministro supondría un enorme golpe. Las plantas químicas, las siderúrgicas y las que producen aluminio, consumen grandes cantidades de gas. Los representantes de las asociaciones industriales han predicho que las consecuencias de una parada serían devastadoras, las más dañinas desde la II Guerra Mundial, reseñó El País.
Reducir la dependencia energética de Rusia
Las empresas occidentales suelen tener firmados acuerdos de suministro a largo plazo para las importaciones de gas ruso. La moneda de pago viene especificada en las cláusulas. La mayoría de los contratos establecen las operaciones comerciales en euros o en dólares. Algunas empresas importadoras, como la francesa Engie o la austriaca OMV, afirmaron que no tienen intención de cambiar la manera de pago.
La semana pasada, Joe Biden se comprometió con la UE a aumentar los envíos de gas natural licuado. EE UU suministrará a Europa 15.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas este año, un aumento del 68%, con el fin de reducir en dos tercios la dependencia de gas ruso.
Mientras tanto, Alemania acelera la construcción de plantas regasificadoras en su territorio para recibir gas licuado y negociar contratos con otros proveedores. Ha adelantado conversaciones con Qatar.
Berlín, que hasta ahora importaba de Rusia el 55% del gas que consume busca independizarse de ese suministro a mediados de 2024. Habeck señaló que Alemania logró reducir el porcentaje de gas ruso en las últimas semanas hasta un 40% por nuevos contratos energéticos.
El plan de emergencia del gas se basa en un reglamento de la Unión Europea de 2017 que define unas medidas para asegurar el suministro y e suministro global de todos los consumidores de gas alemanes está garantizado. Hay suficiente gasolina en los mercados. Esto se aplica a clientes domésticos y servicios sociales como hospitales. Así como a la calefacción urbana, la generación de energía y la economía.
Sin embargo, a partir de ahora, todos los consumidores de gas, desde empresas hasta hogares privados, deben reducir su consumo tanto como sea posible, insistió el ministerio.