Chiquinquirá Pujol Cordovilla /Asociación BONA ONA | menorca@bonaona.org
El Plan Nacional 5G (1) se proponía alcanzar para 2018-2020 una agricultura y ganadería inteligente y de precisión. Es decir, que a través del 5G se conseguiría, entre otros, un control en tiempo real de la humedad del suelo para optimizar los sistemas de regadío, una fertilización adaptada a las características del suelo y del cultivo, un plantado de precisión, una detección y control inteligente de plagas, unos sistemas inteligentes para el cuidado y atención de los animales, sistemas smart-milking… En definitiva, que la granja tradicional se convertiría en una Smart Farm conectada a los mercados globales para la venta y compra de productos en tiempo real.
Llegados al 2021, la realidad es otra. No ha sido tan solo la pandemia que ha modificado la agenda tecnológica, sino también la dificultad técnica de hacer llegar la fibra óptica a las zonas rurales, que conforman el 90% del territorio del país y en el que vive el 19% de la población española. De hecho, gran parte de estas zonas rurales tampoco tienen cobertura 4G.
España Verde-España Digital, un oxímoron
La maquinaria administrativa del Estado ha seguido aprobando planes, proyectos y adjudicando fondos astronómicos para el desarrollo de la tecnología 5G. El pasado 1 de diciembre de 2020 presentaron el Plan para la Conectividad y las Infraestructuras Digitales (2) y la Estrategia de Impulso de la Tecnología 5G (3) dentro del marco del Plan de Reconstrucción, Transformación y Resiliencia de la economía española (4).
Estos planes hay que situarlos dentro de la agenda España Digital 2025 (5) ypretendencontribuir a la eliminación de brechas territoriales y sociales, así como apoyar la transformación digital de distintos sectores económicos, en este caso del agrícola y ganadero.
Si se cumplen todos los objetivos la banda ancha de 30 Mbps será una realidad en 2023, y, en 2025, la cobertura de 100 Mbps en las zonas rurales y de población dispersa será del 100%. Se prevé que el despliegue de la red 5G para el 2025 sea del 75%. Se trata de repoblar la “España vacía” utilizando la tecnología 5G como instrumento.
Dilapidando dinero público con el 5G
Planes muy ambiciosos que pretenden resolver la equidad en esta carrera tecnológica del 5G entre ciudad versus zona rural y que requieren de unas inversiones públicas exorbitantes. Por el momento, se ha aprobado una inversión pública de 4.320 millones de euros. El Plan para la Conectividad está dotado con 583 millones de euros en el año 2021 y tiene previsto invertir 2.320 millones hasta 2025. Mientras que la Estrategia de Impulso de la Tecnología 5G cuenta con 300 millones en los Presupuestos Generales del Estado para 2021 y una inversión pública de 2.000 millones de euros hasta 2025.
¿Dónde queda la participación de la ciudadanía en estos proyectos?
Pues justamente el trámite de consulta pública y recepción de propuestas para tramitar las expresiones de interés (6) relativas a Conectividad digital, impulso de la ciberseguridad y despliegue 5G está abierto y finaliza el 15 de febrero. La ciudadanía que cuestione y denuncie la implantación de la tecnología 5G está a tiempo de ejercer sus derechos y de presentar sus alegaciones a la siguiente dirección:
consultapublica.normasteleco@economia.gob.es
Ponemos a disposición de los lectores el siguiente enlace con un modelo de alegaciones (7) redactadas por el geógrafo y divulgador ambiental Jesús Abad que las ha facilitado a la Coordinadora estatal para la moratoria del 5G. Desde aquí le agradecemos encarecidamente su trabajo.
Este documento debe presentarse a título personal a la dirección de correo electrónica arriba mencionada. Seguidamente analizaremos cada una de las alegaciones presentadas:
Primera: Obligatoriedad de aplicar la Ley 21/2013 de Evaluación Ambiental (8) al Plan Nacional 5G, incumplimientoya denunciado enla Resolución del Defensor del Pueblo (9) de 21/08/2019, asícomo a la recién presentada Estrategia de Impulso de la Tecnología 5G. Cumplimiento de las Sugerencias del Defensor del Pueblo que constan en la misma Resolución:“elaborar con el Ministerio de Sanidad la Comisión Interministerial sobre Radiofrecuencias y Salud”, así como “someter a consulta de la Comisión la forma de proceder respecto a la aplicación del principio de precaución en el desarrollo de proyectos que impliquen el uso de la banda de 26 GHz”.
Segunda: Cumplimiento de la Resolución 1815 de 27 de mayo de 2011 (10) de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que advierte de los peligros potenciales de los campos electromagnéticos de las radiaciones no ionizantes y sus efectos en el medio ambiente.
No olvidar los efectos en la naturaleza de las radiaciones electromagnéticas
Haremos hincapié en este aspecto de la Resolución 1815. En su punto 4 se advierten de “los efectos biológicos atérmicos en plantas, insectos y animales incluso cuando son expuestos a niveles inferiores a los umbrales oficiales de las emisiones o radiaciones electromagnéticas”.
Es de extremada relevancia también el punto 8.1.2. que denuncia la necesidad de “reconsiderar la base científica de las normas actuales de exposición a los campos electromagnéticos fijadas por la ICNIRP (Comisión Internacional para la Protección contra la Radiación No Ionizante) porque presenta graves deficiencias. En consecuencia esta Resolución recomienda aplicar el Principio ALARA (as low as reasonably achievable), es decir, aplicar el nivel más bajo razonablemente posible, tanto a los efectos térmicos como a los efectos atérmicos o biológicos de las emisiones o radiaciones electromagnéticas no ionizantes.
EL Plan Nacional 5G no cumple la Resolución 1815
Tercera: Considerar la evidencia científica existente sobre los daños de las radiaciones no ionizantes en la salud humana y ambiental (flora y fauna). Para complementar esta información enlazaremos este artículo con el artículo Primavera electromagnética silenciosa y mortal (11) publicado en este mismo medio en el mes de octubre y en el que referenciamos numerosos estudios científicos revisados por pares sobre el impacto de las radiaciones electromagnéticas no ionizantes en plantas y animales.
La Comisión Interministerial sobre Radiofrecuencias y Salud no ha sido creada, pero ya se activó el 5G
También se propone en esta tercera alegación la participación de los científicos españoles Ceferino Maestu, doctor e ingeniero en telecomunicaciones y director del Laboratorio de Bioelectromagnetismo del Centro de Tecnología Biomédica dependiente de la Universidad Politécnica de Madrid, así como de Alfonso Balmori, biólogo de la Junta de Castilla y León dentro de la Dirección General de Medio Natural Sección Especies Protegidas en la Comisión Interministerial sobre Radiofrecuencias y Salud, que ya debería haberse creado, juntamente con el Ministerio de Salud.
Cuarta: Una serie de recomendaciones de como gastar eficiente y sosteniblemente 2.000 millones de euros hasta 2025 en el medio rural, ya que la tecnificación del campo no se ha conseguido ni con el 2G, 3G, 4G ni con la fibra óptica y no es el único factor para evitar su despoblación.
Quinta: Implantación de zonas blancas de radiación electromagnética, ya que, como consta en la constitución española, toda ciudadana y ciudadano tienen derecho a la vida, derecho a la salud y derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado. Estas zonas blancas son vitales para las personas electrosensibles. Referenciaremos también el artículo publicado en esta misma revista digital: 5G, el Apocalipsis y la hipersensibilidad electromagnética (12) en el que se detallan sobrados estudios sobre esta enfermedad.
La digitalización no es ecológicamente sostenible
Seguimos denunciando, como llevamos haciendo en pasados artículos publicados en Cambio16, la falacia del capitalismo digital y la transición energética. El Pacto Verde para Europa y la España Verde, además de no velar por la ecología y la preservación de los valores naturales, son inviables económicamente, socialmente y sanitariamente hablando. Y de extrema actualidad e importancia, la recién denuncia que ha llevado a la FCCC (Comisión Federal de Comunicaciones) a los tribunales estadounidenses por no revisar sus parámetros de salud para la radiación de radiofrecuencia emitida por redes inalámbricas, dispositivos e infraestructura de comunicaciones. Lean de nuevo este artículo publicado en este medio el pasado domingo: La FCCC pasa un trago amargo con la tecnología 5G (13)
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