Por Ores Lario
3/01/2016
Es el director general de la consultora inmobiliaria Knight Frank en España. Y un luchador nato. Alberto Prieto (Madrid, 1971) está a punto de hacer historia. Es el primer piloto que participa en el Dakar manejando un quad con una minusvalía. En 2003, un accidente de moto le provocó una parálisis permanente e irreversible en el brazo izquierdo. Un duro golpe que le ha servido de espaldarazo para cumplir sus sueños. No sólo sigue desarrollando su actividad profesional, sino que lucha por practicar su gran pasión: hacer deporte. Y siempre a ritmo de rock & roll: «Me gustan las bandas clásicas y el heavy metal. En la indumentaria y el vehículo llevo el Pájaro Loco de Loquillo y el As de picas de Motörhead«, asegura.
Hoy, 3 de enero, toma la salida en el Dakar, el raid más duro del mundo. Con los mandos y los controles adaptados para manejarlos con su mano derecha, Prieto maneja su quad.
¿Qué tiene el Dakar?
Para los que nos gusta el mundo del motor fuera de carretera es la máxima aspiración, tanto para aficionados como para pilotos. No se trata sólo de ser el más rápido, sino que tienes que manejar otros factores además de la conducción. En mi caso, como aficionado, monto en moto desde que tenía 14 años. Fue precisamente por la moto que perdí el brazo en un accidente de tráfico en 2003, cuando tenía 32 años. A raíz del accidente he seguido montando pero me caía mucho cuando estaba parado, así que comencé con el quad y Knight Frank, una progresión lógica, que pasa por carreras nacionales, campeonatos de España, carreras internacionales formato baja (en las que no hay navegación ya que el camino está marcado) y hace un año nos planteamos dar el gran paso al Dakar. Para poder participar, la organización nos pedía haber hecho una carrera de formato raid e hicimos el Desafío guaraní, en Paraguay, que es igual que el Dakar pero más corta.
¿Cómo te has preparado para volver a pilotar tras el accidente y llegar hasta el Dakar?
Cuando tienes un accidente de estas características, los dos años posteriores te llega la crisis psicológica y mental. Primero lo niegas y luego lo interiorizas. A mí me dio por hacer deporte: motos, artes marciales y boxeo, que hago con una mano.
¿Siempre has sido un luchador?
No lo sé. Es como si yo tuviera una especie de nube en el año 2003, donde sé que tuve un cambio. Pero lo que hago para mí es muy normal. Cuando yo tenía dos brazos pensaba en el Dakar como un sueño. Es un tema que siempre ha estado ahí. Eso es lo que he ido haciendo, con hitos intermedios y rodeándome de gente que me ayuda con logística, mecánica… Porque, sin duda, es un tema de equipo.
¿Cómo son los entrenamientos?
Tengo que integrar mi vida personal, profesional y el entrenamiento. Desde julio he trabajado mucho el físico. El boxeo y las artes marciales hacen que esté acostumbrado a ir siempre al límite de pulsaciones. Yo le he dado un enfoque diferente, ya que he forzado más la resistencia. La gran prueba del Dakar físico es la acumulación de fatiga y las horas de no sueño. Tengo claro que seré de los últimos en llegar al vivak, tarde y cansado. Y a las 5.30 h tienes que estar en pie para salir la siguiente etapa. Así que, en los meses previos me he acostumbrado a dormir poco, 4 o 5 horas. También van a influir la temperatura, ya hay una variación térmica exagerada, y la altiutd, en la que yo no tengo experiencia para saber si me afecta o no el mal de altura.
¿Qué esperas alcanzar?
Mi objetivo es acabar la carrera. Las limitaciones que tengo son tremendas, mi problema es que voy solo con el quad y si pincho una rueda tengo que repararla con una mano y quizá no pueda hacerlo o necesite más tiempo. Me da respeto, pero estoy muy mentalizado en ir tranquilo, así las posibilidades de tener un fallo o una caída se reducen. Por contra, llegaré siempre el último, pero espero que no pase nada que me deje fuera.
¿También te has preparado psíquicamente?
Yo lo asocio con la física. En este deporte paso muchas horas solo en el quad, sin hablar con nadie y estoy acostumbrado. Físicamente, el tipo de entrenamiento que hacemos en el gimnasio es fuerte y psicológicamente me refuerza.
¿Cuántos días has entrenado por semana?
Todos los días una hora y media.
Es conocida tu pasión por el rock & roll. ¿También pones música para entrenar?
¡A todo trapo! Pero no durante las competiciones, porque son tantas variables y parámetros que tengo que controlar, que el nivel de concentración es extremo. En mi mano derecha tengo adaptados todos los mandos.
¿Crees que habrías corrido en el Dakar si no hubieras tenido un accidente?
No. Por eso, a veces pienso, «bendito accidente». Es duro decirlo pero me cambió la vida para bien.
Te hizo sacar toda tu fuerza
Exacto. En los dos años que estuve en rehabilitación, aunque la lesión era irreversible, veía casos de chicos con el mismo problema y algunos acabados, por eso supe que yo no quería estar así. A los tres meses ya estaba con una moto.
¿Ayudó el accidente también a nivel profesional?
Sí. Tengo un trabajo que me gusta y estoy rodeado de gente que me aporta. Tuvo una contribución muy positiva que me hizo no quedarme en casa viviendo de la baja. Eso psicológicamente hubiera sido un error.