Por Iñigo Aduriz (Caracas)
ACTUALIZADO 25/05/2016
El líder de Ciudadanos se ha topado este martes de frente con la polarizada actualidad venezolana durante su segunda jornada en Caracas. De hecho, su presencia ha servido de excusa para un nuevo enfrentamiento entre el chavismo y la oposición en la propia Asamblea Nacional, en el que se ha involucrado incluso a Podemos.
También ha comprobado cuál es la realidad de las protestas. Una de ellas, organizada por mujeres cercanas al PSUV, el partido de Nicolás Maduro, le ha retenido en la Asamblea Nacional durante cerca de una hora «por cuestiones de seguridad», según su equipo, y no ha podido abandonarla hasta que la marcha ha avanzado por la céntrica esquina Monjas a San Franscisco de la capital.
Las mujeres, enfervorecidas, no dejaban de gritar «y va a caer, y va a caer, esta Asamblea va a caer», o se dirigían hacia los diputados presentes en el interior del elegante Palacio Federal Legislativo, de arquitectura neoclásica, llamándoles «asesinos».
Fuerte dispositivo de seguridad
Sólo cuando los gritos de esas cientos de mujeres dejaron de escucharse, el fuertemente blindado cortejo de media docena de coches de Rivera y su equipo –entre los que estaba Lilian Tintori– ha abandonado la asamblea y se ha dirigido hacia los lugares donde se iban a celebrar distintas entrevistas previstas con distintas televisiones locales y españolas.
Ya a última hora de la tarde en Venezuela (madrugada en España) Rivera conversaba por teléfono con el líder opositor preso Leopoldo López y con el objetivo de denunciar la situación de los presos políticos en España, trataba de visitar al exalcalde metropolitano de la capital venezolana, Antonio Ledezma, en arresto domiciliario. Las autoridades militares se lo han impedido, por lo que ha vuelto a denunciar la falta de libertades que existe en el país.
El mensaje que quería trasladar el líder de Ciudadanos este martes lo había pronunciado, en todo caso, horas antes, ante la Comisión de Política Interior del Parlamento venezolano. A 7.000 kilómetros de España, Rivera se volvía a vestir el traje de la Transición y emulaba una vez más a uno de sus principales referentes, el expresidente Adolfo Suárez.
«Sin vencedores ni vencidos»
Como hizo este último una vez muerto el dictador Franco, el líder de Ciudadanos ha abogado por la «reconciliación nacional» como única salida para Venezuela. A su juicio «es fundamental» porque «no debe haber vencedores y vencidos y solo un pueblo unido».
A pesar de que su intervención se haya producido en pleno agravamiento de la polarización entre las distintas sensibilidades políticas venezolanas, con duras críticas por parte del chavismo por la «injerencia» de políticos españoles en sus cuestiones internas y, también, en precampaña en España, el líder de Ciudadanos ha defendido su visita, así como la de otros líderes como los expresidentes González y Zapatero.
«Tengo absoluto respeto por la soberanía nacional, pero que los venezolanos sean soberanos no quiere decir que tengan que rechazar nuestra ayuda», ha dicho. “Hay que garantizar que llegue ayuda humanitaria y desde España vamos a apoyar para que así sea”, ha insistido en una abarrotada sala en la que se han agolpado periodistas españoles y venezolanos, invitados y diputados, que han interrumpido a Rivera con aplausos en varias ocasiones.
Triple crisis
Apenas a unos metros de la Plaza Venezuela donde cientos de venezolanos hacían cola en un supermercado en busca de alimentos, Rivera ha dicho que a su juicio “el país está pasando una triple crisis: humanitaria, de inseguridad y de derechos humanos. Cualquier persona que se considere como tal no puede permanecer impasible ante lo que está pasando en este país, rico en recursos naturales y humanos, pero pobre en libertad, medicinas y alimentos”.
Por eso ha querido insistir una vez más en la necesidad del «diálogo», porque según él «no hay chavistas u opositores, hay gente que pasa hambre». En clara alusión a los chavistas que en los últimos días han criticado esa participación de políticos españoles en Venezuela, Rivera ha dicho que «el enemigo del pueblo venezolano no es el pueblo español, es el hambre, la falta de medicamentos y la inseguridad, que nadie se confunda de enemigos”.
Las alusiones a Podemos
El choque entre Gobierno y oposición ha llegado entonces hasta la misma sala en la que intervenía Rivera. Un diputado chavista, Héctor Breña, criticaba que la Asamblea no hubiera invitado a representantes del PSOE, de IU o de Podemos y sí a uno de Ciudadanos. El resto de los parlamentarios, antichavistas, murmuraban.
Posteriormente el diputado de Voluntad Popular –el partido de Leopoldo López– Freddy Guevara, aseguraba que sí invitarían a los de Pablo Iglesias aunque con la mera intención de que expliquen si recibieron algún tipo de subvención por parte del Gobierno venezolano.
Visto lo que ha sucedido este miércoles en Caracas, esa reconciliación de la que hablaba Rivera, no tiene visos de llegar a buen puerto, al menos por el momento.