Una ola de calor prolongada en Siberia es «muy alarmante», advierten los científicos del clima. Las temperaturas anormales se relacionan con incendios forestales, un gran derrame de combustible y una plaga de polillas que destruyen los árboles.
La ola de calor sin precedentes se mantendrá en Siberia a lo largo de julio y aumentará el riesgo de incendios forestales y daños de la permafrost. A escala mundial, ayuda a que 2020 sea un años más caluroso, a pesar de una caída temporal en las emisiones de carbono por la pandemia de coronavirus.
Las temperaturas en las regiones polares aumentan más rápido porque las corrientes oceánicas transportan calor hacia los polos y el hielo y la nieve reflectante se están derritiendo. Las ciudades rusas en el círculo polar ártico han registrado temperaturas extraordinarias. Nizhnyaya Pesha alcanzó los 30 °C el 9 de junio y Khatanga, que generalmente tiene temperaturas diurnas de alrededor de 0 °C en esta época, llegó a los 25 °C el 22 de mayo. El récord anterior fue 12 ºC.
Ola de calor prolongada en Siberia
«Las olas de calor en verano siempre han existido, pero ahora son más largas y frecuentes«, dijo Alexey Kokorin, jefe del programa de Clima y Energía en WWF Rusia, en una entrevista con el Moscow Times.
El poco usual calor llega después del invierno más caluroso desde 1891, según el Servicio Meteorológico Estatal de Rusia. La temperatura media alcanzó los 6 ºC en lo que solía ser una de las regiones más frías del mundo.
Siberia es conocida por sus inviernos largos y duros, con una temperatura promedio que pueden bajar hasta –49ºC en el extremo noreste. Y aunque la temperatura promedio en julio está lejos de congelarse a 19 ºC, la mayor parte del suelo permanece congelado durante todo el verano, lo que se conoce como permafrost.
Rusia se calienta más
En Rusia la tasa de crecimiento de la temperatura es 2,5 veces mayor que el promedio mundial. Un informe de cambio climático de 2019 del Servicio Hidrometeorológico de Rusia, destaca la disminución de la capa de hielo en el Ártico y de la capa de nieve en todo el país. Además, reporta el deshielo del permafrost que cubre hasta el 60% del territorio ruso.
Para 2050, el daño a la economía rusa por el deshielo del permafrost podría reducir el 8,5% del PIB, dijo Alexander Kislov, investigador de la Facultad de Geografía de la Universidad Estatal de Moscú.
Derrame de diésel
El descongelamiento del permafrost también provocó un derrame masivo de diésel en una subsidiaria del gigante de metales Norilsk Nickel en mayo. La compañía ha dicho que el derretimiento del permafrost debilitó los soportes del tanque. Pero Greenpeace dice que Nornickel está tratando de «evitar la responsabilidad» culpando al cambio climático en lugar de su fracaso para modernizar su infraestructura.
El derrame de diésel lanzó más de 20.000 toneladas métricas de combustible en un río siberiano. La viceprimera ministra rusa Victoria Abramchenko ordenó evaluar los riesgos ambientales de las instalaciones industriales en el Ártico.
Se multiplican los incendios forestales
La prolongada ola de calor en Siberia también aviva los incendios forestales en la región. Según el Servicio Forestal de Rusia, hasta el 2 de julio los incendios forestales cubrían un área de alrededor de 3 millones de hectáreas. La mayoría ocurrieron en las regiones de Yakutia, Chukotka y Magadán. Los activistas ambientales dicen que el área es un 37% más grande que hace un año.
Tanto el verano caluroso como el invierno muy cálido con poca nieve contribuyen a aumentar los riesgos de incendios forestales. El pronóstico del peor de los casos del Servicio Hidrometeorológico de Rusia dice que en el sur de Siberia, en los próximos años, aumentará a 50 la cantidad de días del año con alto riesgo de incendio.
Gusanos de seda siberianos
La ola de calor también permite que los insectos que se alimentan de los árboles prosperen y alteren el equilibrio natural. Un estudio de 150.000 hectáreas de bosques encontró más de 50 gusanos de seda siberianos por árbol. La cifra está por encima de los números habituales de 30-40 por metro cuadrado.
El gobierno de Rusia publicó en enero un plan de acción para mitigar los daños y aprovechar las oportunidades creadas por el cambio climático. Reconoce que las temperaturas más cálidas plantean riesgos para la salud pública, ponen en peligro las áreas de permafrost y aumentan la probabilidad de desastres naturales. El amplio documento incluye planes de adaptación climática «preventivos» y «posteriores a la crisis».
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