Desde el golpe militar del 1 de febrero en Myanmar, cuando el ejército birmano derrocó a la líder civil Aung San Suu Kyi, los manifestantes no han abandonado las calles, exigiendo la vuelta a la democracia y la liberación de los presos políticos. Mientras tanto, los usurpadores no han parado de reprimir las manifestaciones de protesta. El sábado pasado fue una de las jornadas más sangrientas, con 107 muertos, entre ellos varios niños, y miles de heridos y presos.
Ese 1 de febrero marcó un antes y un después en el país asiático. Desde entonces, más de 450 personas han muerto víctimas de la fuerte represión diaria por parte del ejército de Myanmar, según la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP), una ONG local que lleva el registro de las víctimas de la represión.
Naciones Unidas cifró en 107 el número de muertos el sábado, entre ellos siete niños. Sin embargo, los medios de prensa independientes aseguran que son 114 los fallecidos. Además de los asesinatos, 2 periodistas fueron detenidos en Myitkyina, la capital del estado de Kachin. Desde el golpe de Estado han detenido a un total de 55 periodistas, y 25 permanecen en prisión. La situación del país se debatirá en el Consejo de Seguridad de la ONU este miércoles.
Como era de esperarse, la televisión local Myawaddy, controlada por los militares de Myanmar, informó que el sábado hubo 45 muertos. Justificó la represión diciendo que los manifestantes habían utilizado armas y bombas contra las fuerzas de seguridad y que por eso «respondieron». No obstante, pese al sangriento fin de semana, cientos de personas se manifestaron este lunes en Plate, en la región de Mandalay, con pancartas que decían «El pueblo nunca será vencido».
Niños asesinados por el ejército de Myanmar
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció el domingo que las fuerzas de seguridad birmanas han matado unos 35 niños desde el golpe de Estado del 1 de febrero. Exigió que los responsables de estos crímenes sean juzgados y castigados.
La directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la Infancia, Henrietta Fore, destacó la muerte de varios menores, de entre 11 y 17 años. Además de las graves heridas que sufrió una niña de un año en la represión de protestas del sangriento sábado. «Estoy indignada por los asesinatos indiscriminados, incluidos niños, queocurre en Myanmar y por el fracaso de las fuerzas de seguridad para ejercer contención y garantizar la seguridad de los niños», señaló Fore.
La ONU considera que estas acciones constituyen «violaciones atroces de los derechos de los niños» y los responsables no deben quedar impunes, considerando el impacto a largo plazo que esto puede tener para los más pequeños.
Estados Unidos suspende pacto comercial con Myanmar
Tras los hechos del fin de semana en Myanmar, Estados Unidos tomó la decisión de suspender el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión de 2013 que tenía con ese país. La decisión continuará hasta que se restablezca la democracia en Myanmar, señaló el gobierno del presidente Joe Biden.
La decisión retira a Myanmar del Sistema Generalizado de Preferencias, en el que Estados Unidos concede acceso libre de impuestos a algunas importaciones de países en desarrollo si cumplen normas clave. «La matanza de manifestantes pacíficos, estudiantes, trabajadores, líderes sindicales, médicos y niños ha conmocionado la conciencia de la comunidad internacional», dijo Katherine Tai, asesora comercial principal del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de los EEUU.
El presidente Biden declaró el día después de la masacre que toda la situación en Myanmar era terrible y “absolutamente intolerable”.
Otras reacciones
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, fue uno de los primeros en condenar los hechos en Myanmar. Manifestó que es absolutamente inaceptable «ver la violencia contra la gente a niveles tan altos». También pidió «más unidad» de la comunidad internacional para «presionar».
Por su parte, el portavoz del ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, pidió moderación a todas las partes y aseguró que “la violencia y los enfrentamientos sangrientos no sirven a los intereses de nadie”. Mientras que el Kremlin expresó su preocupación por el “creciente” número de víctimas civiles.
La Unión Europea condenó los hechos sangrientos del fin de semana en Myanmar, argumentando que era “una escalada de violencia inaceptable” y “un camino sin sentido” elegido por la junta, en referencia a la brutal represión del ejercito de Myanmar.
Los jefes de las fuerzas de defensa de 12 países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón y Alemania, hicieron una sorpresiva declaración conjunta. Allí, denunciaron el uso de la fuerza contra civiles “desarmados”. No obstante, la junta no parece inmutarse por las condenas y sanciones internacionales.
Lea también: