Al Gore lo ha dicho de manera muy clara. Los impactos del cambio climático van mucho más allá de un leve incremento en la temperatura global. Sus consecuencias se hacen sentir, de manera crítica, en todo el planeta. Esta situación afecta significativamente los índices de salud, el desarrollo social, la paz, la política y la pobreza, por nombrar solo algunos.
El ex vicepresidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz dictó una conferencia en una de las salas plenarias de la COP25, totalmente copada.
En sus palabras, el autor del libro «Una verdad incómoda» -un análisis sobre la crisis climática-, enfiló sus baterías hacia líderes políticos, empresarios, científicos y la sociedad en general. Su presentación formó parte de la jornada «Resolvamos la crisis climática juntos», ante un auditorio de unas 500 personas. El encuentro fue organizado por The Climate Reality Project, en el marco de la cumbre climática COP25, en Madrid.
Al Gore centró su atención en el clima mundial, advirtiendo el «grave problema del calentamiento global» que necesita ser mitigado con urgencia.
Aseguró que el cambio climático está «causando que millones de refugiados climáticos necesitan abandonar sus hogares para encontrar otros lugares para vivir».
Un problema de todos
El cambio climático no es solo un problema ambiental, aseguró Al Gore. Además de sus devastadores y comprobados efectos negativos sobre la biodiversidad, el ciclo hidrológico, la temperaturas de los océanos, la desertificación y la reducción en las capas de hielo en las zonas más templadas, este fenómeno amenaza también la seguridad y la estabilidad de la sociedad mundial en su conjunto.
El calentamiento global incrementa las enfermedades y reduce la disponibilidad y calidad de los alimentos. También aumenta los riesgos por fenómenos climáticos como huracanes, inundaciones y olas de calor. Además, agrava la escasez de agua y otros recursos vitales.
Todo ello, tiene devastadores efectos para ciudades, países y regiones enteras. Esto obliga a sus poblaciones a migrar para refugiarse en zonas más habitables, recordó Al Gore.
Por otro lado, destacó que las pérdidas económicas por situaciones climáticas extremas ascendieron a 653 mil millones de dólares, tan solo en los últimos dos años.
Este coste es el resultado de la inestabilidad política, las inundaciones, los incendios forestales, las sequías, los daños por tormentas, la acidificación de los océanos, las pérdidas de infraestructuras, los refugiados, la extinción de especies, la pérdida de ecosistemas, la afectación al estilo de vida de la sociedad actual, el aumento del nivel del mar y el incremento de enfermedades infecciosas. Esto, por nombrar solo algunos de los efectos del cambio climático.
El cielo es una «alcantarilla»
«Debemos dejar de romper el ciclo del agua y no continuar convirtiendo el cielo en una alcantarilla, por la emisión de gases contaminantes», enfatizó.
Recordó que la energía atrapada en los contaminantes generados por el hombre y perjudiciales para el calentamiento global es equivalente a explosionar 500.000 bombas atómicas, como las lanzadas sobre Hiroshima, y todo esto a diario, los 365 días del año. Este análisis corresponde a los datos aportados por James Hansen, antiguo director del NASA Goddard Institute for Space Studies.
A ahondar en el problema, hizo un llamado a gobiernos e instituciones para promover el uso de energía renovables. En este sentido, mostró cifras muy esclarecedores y a la vez preocupantes. Mientras la subvenciones globales para energías renovables alcanzan anualmente los 143 mil millones de dólares, los combustibles fósiles reciben subsidios por 5,2 billones.
Ello quiere decir que las fuentes de energía más contaminantes reciben 36 veces más subvenciones que las energía limpias.
Mayor impacto en las poblaciones más vulnerables
Al analizar las consecuencias de las emisiones de carbono, Al Gore hizo énfasis en que las poblaciones más vulnerables se verán más expuestas a los efectos de las olas de calor, los cambios abruptos en el ciclo del agua, la sequías, las precipitaciones anormales y los incendios.
En este sentido, Al Gore coincidió con un reciente informe de Oxfam, una confederación internacional de 19 organizaciones que se centran en la pobreza mundial. El estudio asegura que los países más pobres del mundo, que producen la menor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, sufren abrumadoramente las consecuencias de este clima extremo. La alianza pidió más «reducciones de emisiones urgentes y ambiciosas» para abordar la crisis climática de refugiados.
Al Gore advierte sobre los «desplazados climáticos»
Los desplazados por el impacto del cambio climático podrían ser unas 1.000 millones de personas en las próximas décadas, según el informe de Lancet Countdown para 2018, agregó Al Gore.
El ex vicepresidente de EEUU aseguró que en el futuro, el clima de grandes partes de Oriente Medio y el norte de África podría dejar algunas regiones inhabitables. Ello seguramente contribuirá a aumentar la presión migratoria.
El informe de Oxfam coincide con esta apreciación. El reporte señala que los desastres provocados por el clima, como los incendios forestales, los ciclones y las inundaciones, fueron la razón número uno por la que las personas se vieron obligadas a huir de sus hogares en la última década.
En general, estos eventos han desplazado a más de 20 millones de personas en todo el mundo, afirma el documento.
Aumento de la enfermedades tropicales
Al Gore agregó que el aumento de la temperatura media del planeta también tiene un efecto perverso en la aparición y expansión de enfermedades tropicales en distintas latitudes.
Entre las patologías que han experimentado un crecimiento en los últimos años, están el dengue, la chikunguya, el virus del Nilo Occidental, mal de Chagas y el virus del zika.
Una nueva revolución
Al Gore destacó la necesidad de que el mundo asuma una cuarta revolución tecnológica, para hacer frente al problema del cambio climático.
En este sentido, recordó que la primera gran revolución fue la agrícola, que permitió la producción centralizada de alimentos. Ello llevó al surgimiento de grandes ciudades y estímulo un rápido crecimiento de la población.
Luego vino la revolución industrial. Gracias a ella, la invención y uso de máquinas aumentó radicalmente la productividad.
La revolución digital permitió la propagación de información y el consumo extendido de datos.
Y ahora ha llegado el momento de la «Revolución de la sostenibilidad». Esta hará posible la «reorganización de la economía en torno a nuevas formas de crecimiento sostenible, equitativo, saludable y con cero emisiones», enfatizó Al Gore
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