Por Joaquín Robles*
12/01/2017
*Joaquín Robles es Licenciado en Ciencias Empresariales, y ha cursado un Máster en Finanzas en el Instituto de Estudios Bursátil. Robles es Account Manager en XTB
En los últimos días nos hemos visto sorprendidos por la noticia en la que Paris, Atenas, Ciudad de México y en principio, también Madrid, aunque posteriormente la alcaldesa madrileña negó que fuera oficial, prohibirán los vehículos diésel a partir del año 2025. Se espera que un gran número de países se sumen a esta iniciativa, ya que en los últimos meses se ha evidenciado que el diésel no es más limpio que la gasolina. Desde hace muchos años los grandes núcleos urbanos están conviviendo con unos niveles de contaminación muy por encima de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud, en algunos casos superan el 80% de lo permitido.
Además de ser nocivo para la calidad del aire que consumen los habitantes de las grandes ciudades, la combustión de este carburante produce un efecto invernadero que favorece el cambio climático. Un vehículo diésel puede llegar a consumir cuatro veces más que uno de gasolina, de hecho las principales marcas automovilísticas están empezando a reducir su oferta de motores diésel en los modelos urbanos. El reciente escándalo de la marca alemana Volskwagen, en el que engaño sobre las emisiones reales de este tipo de motores, ha acelerado las intenciones de reducir paulatinamente el uso de este combustible.
La sustitución de vehículos que consumen gasóleo por los de gasolina, híbridos o eléctricos es un proceso que requerirá de varios años, ya que la proporción de automóviles en las grandes ciudades europeas continúa siendo superior al 60% a favor del uso del diésel. Sin embargo en los últimos años, la evolución de los motores de gasolina de bajo consumo, unido a la equiparación en los precios de ambos combustibles ha ido restándoles atractivo.
La reducción en la demanda del gasóleo, no debería afectar en gran medida a los precios del petróleo en un corto plazo, ya que esta situación provocaría un aumento en los precios de la gasolina. El petróleo viene de la mayor subida anual desde 2009, con las perspectivas para el presente año de que se estabilice en torno a los 50 y los 60 dólares por barril. A pesar que se espera un gran incremento en la venta de los coches eléctricos en los próximos años, estos todavía no son lo suficientemente competitivos como para ofrecer al consumidor la posibilidad de decantarse por ellos sin sufrir un sobrecosto.