El satélite MethaneSAT permite conocer en tiempo real los escapes de metano en la industria petrolera y de gas que contaminan y contribuyen al calentamiento global
Desde marzo, cuando fue puesto en órbita, el satélite MethaneSAT ha estado enviando datos y gráficos sobre las emisiones en la industria del petróleo y gas, responsables de una parte significativa del calentamiento global. Es el gas de efecto invernadero 80 veces más potente que el dióxido de carbono durante sus primeros años en la atmósfera y por tanto se debe detectar con rapidez las fugas o emisiones irresponsables.
En unos pocos meses ha recopilado datos precisos y en tiempo real sobre la cantidad de metano que la industria petrolera y de gas libera a la atmósfera. Desarrollado por el Fondo de Defensa Ambiental y la Universidad de Harvard, representa un avance significativo en el monitoreo de las emisiones de metano. “Pronto, no habrá lugar para esconderse, tendremos muchos datos públicos sobre las emisiones de metano. Las empresas tendrán “incentivos” para resolver el problema”, dijo Ben Cahill, experto en clima del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Cada día le da 15 vueltas a la Tierra y en los recorridos iniciales se ha topado con que las emisiones de metano son hasta cinco veces mayores de lo calculado. Por ejemplo, en la cuenca del Pérmico, Estados Unidos, se liberan hasta 640.000 libras por hora.
Un gas de temer
El metano fue decisivo en la regulación climática hace 3.500 millones de años. Actualmente, aunque su concentración es baja, un factor clave en el cambio climático. Su capacidad de calentamiento es significativamente mayor que la del CO2. Las emisiones provienen principalmente de la producción de combustibles fósiles y la agricultura.
El metano se produce durante la producción y transporte de carbón, gas natural y petróleo. Las emisiones también son el resultado de la descomposición de la materia orgánica en los vertederos de desperdicios sólidos municipales, algunos sistemas de almacenamiento del estiércol de ganado y ciertos sistemas de tratamiento de aguas residuales municipales y agroindustriales.
Desde la revolución industrial, la concentración de metano ha aumentado un 262% La captura del metano es una oportunidad para mitigar el cambio climático e incrementar simultáneamente la seguridad energética, impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad del aire, así como la seguridad laboral.
Alta tecnología
MethaneSAT detecta y cuantifica emisiones de metano con un espectrómetro de alta resolución que mide la luz infrarroja absorbida por el metano e identifica tanto fuentes puntuales como áreas dispersas de emisión, incluso, en niveles muy bajos.
“Funciona como una lente gran angular. Cubre grandes áreas en una sola imagen, con gran claridad y ayudará a las partes interesadas a obtener una mejor comprensión de los desafíos de las emisiones y seguir el proceso a lo largo del tiempo”, explicó Steven Hamburgo, líder de la misión MethaneSAT.
Está previsto que el satélite trabaje de manera mancomunada con Google para utilizar inteligencia artificial en el análisis de datos. De esta manera mejora la correlación entre actividades humanas y sus impactos ambientales. Su misión es vigilar el sector energético, que representa aproximadamente el 40% de las emisiones de metano.
Google se une a una larga lista de colaboradores en este proyecto histórico, con más de 70 expertos de instituciones líderes como Ball Aerospace, Blue Canyon Technologies, Harvard School of Engineering and Applied Sciences, Harvard/Smithsonian Center for Astrophysics, IO Aerospace, New Zealand Space Agency, Rocket Lab y SpaceX.
Vencer obstáculos atmosféricos
La industria energética es la segunda fuente más grande de las emisiones de metano después de la agricultura. Las compañías de petróleo y gas liberan metano cuando ventilan o inflaman el gas para mantener la presión dentro de las tuberías o cuando el combustible se escapa accidentalmente de equipos defectuosos. La Agencia Internacional de Energía calcula que se podrían evitar tres cuartas partes de las emisiones.
Para localizar algunas de estas fuga, el satélite MethaneSAT debe superar inconvenientes al monitorear regiones con alta cobertura de nubes, como Venezuela. Las pueden obstruir la visibilidad y dificultar la detección precisa de emisiones de metano y su medición. Sin embargo, el equipo de MethaneSAT utilizará técnicas avanzadas de análisis de datos y modelos predictivos para mejorar la precisión de las mediciones en condiciones nubladas. Incluye el uso de inteligencia artificial para interpretar datos y compensar las limitaciones causadas por la cobertura de nubes. La capacidad del satélite para identificar patrones y tendencias a lo largo del tiempo será vital para abordar este problema ambiental.
Libre acceso
Uno de los aspectos más interesantes es que los datos serán accesibles públicamente a través de una plataforma que facilitará la identificación de fugas y permitirá a las empresas y reguladores tomar acciones rápidas. El acceso de los ciudadanos a la información impulsará la transparencia y la rendición de cuentas en la industria energética.
MethaneSAT es el primero de varios satélites que para monitorear las emisiones de metano. Se espera que este año sea lanzado otro satélite, diseñado por la NASA, un fabricante de satélites llamado Planet y una organización sin fines de lucro de seguimiento de gases de efecto invernadero llamada Carbon Mapper. Japón también tiene previsto poner en órbita otro aparato de seguimiento de emisiones, y la Agencia Espacial Europea planea lanzar dos más en 2026. Las empresas ahora tienen incentivos para actuar ante los datos públicos sobre sus emisiones, lo que podría llevar a una reducción efectiva.
Venezuela y Turkmenistán en la mira
El satélite está contribuyendo a identificar fugas en regiones productoras de petróleo y gas, como Turkmenistán y Venezuela, que han sido identificadas como puntos críticos de emisiones de metano. El primero tiene una infraestructura envejecida que data de la era soviética y se ha convertido en uno de los mayores emisores de metano del mundo. Las fugas en sus instalaciones son alarmantes y subrayan la necesidad urgente de modernizar el equipamiento y mejorar las prácticas operativas
Venezuela también se encuentra en una situación crítica. El monitoreo ha revelado altas tasas de emisión de metano. La cobertura nubosa en esta región complica la detección precisa de fugas. Sin embargo, el uso de tecnologías avanzadas como MethaneSAT podría proporcionar mediciones cruciales.
En Estados Unidos, regiones como la cuenca del Pérmico y los Apalaches han sido identificadas como focos de emisiones significativas. Miles de pozos pequeños contribuyen a liberar metano a la atmósfera y superan las estimaciones previas sobre su impacto ambiental.
En Asia, la India se enfrenta a un aumento en las emisiones de metano, especialmente en áreas industriales y de extracción. La rápida expansión del sector energético ha aumentado las fugas y se requiere una regulación más estricta y tecnologías de monitoreo efectivas.
La industria del petróleo y gas ha acordado reducir sus emisiones significativamente para 2030. Sin embargo, los datos actuales sugieren que queda un largo camino por recorrer. Las fugas pequeñas pueden ser difíciles de detectar individualmente, pero su acumulación representa una gran parte del problema.
Proyecto con apoyo internacional
La colaboración internacional en este proyecto subraya la importancia del trabajo conjunto para enfrentar el cambio climático. La transparencia proporcionada por el satélite MethaneSAT puede impulsar cambios significativos en la política ambiental. El futuro del planeta depende de acciones concretas basadas en datos. MethaneSAT puede ayudar a lograr una reducción efectiva de las emisiones de metano.
A medida que más satélites se lancen con objetivos similares, debe mejorar el monitoreo global y el avance hacia un futuro más sostenible, siempre que las empresas de petróleo y gas sean más responsable ante el desafío descomunal que es el cambio climático. iniciativas como MethaneSAT ofrecen esperanza al proporcionar información detallada sobre las emisiones de metano y ayudar a dar forma a políticas más efectivas y responsables.