Por Benito Guerrero
18/03/2018
Giuseppe Verdi fue el compositor preferido del público madrileño del siglo XIX. Y en octubre de 1998, ocho funciones de Aida sirvieron de inauguración de la segunda temporada de la nueva etapa del Teatro Real. Ahora, 20 años después, la ópera de Verdi vuelve al teatro madrileño con 17 funciones que se representarán entre los días 7 y 25 de marzo. De este modo, el templo de la ópera de Madrid mira a su historia pasada y reciente con la reposición en esta temporada en la que se conmemora el bicentenario de su fundación y los 20 años de su reapertura.
En esta ocasión, Hugo de Ana, responsable de la dirección de escena, escenografía y figurines de la ópera, ha hecho algunas modificaciones sutiles en la producción de 1998. Se han actualizado elementos escenográficos, se ha mantenido parte del vestuario, pero dejando siempre intacta la esencia de aquella representación. En cuanto a la escenografía, una majestuosa pirámide sugiere la magnificencia del poder político y religioso. Un escenario que muestra de nuevo el potencial técnico y las múltiples posibilidades de la caja escénica del Real. Sin embargo, el montaje pone de manifiesto la soledad de los poderosos, los cuales se debaten entre sentimientos, dudas y contradicciones que no pueden mostrar en público ni compartir con sus allegados. Liudmyla Monastyrska, Anna Pirozzi y Lianna Haroutounian se alternarán en la interpretación del rol títular Violeta Urmana, Ekaterina Semenchuk y Daniela Barcellona como Amneris; Gregory Kunde, Alfred Kim y Fabio Sartori como Radamès; y Gabriele Viviani, George Gagnidze y Àngel Òdena, como Amonasro. Estarán secundados por el resto del elenco y por el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, bajo la dirección de Nicola Luisotti, director asociado del Teatro Real, que interpretará desde el foso su tercer título verdiano, después de sus alabadas versiones de Il trovatore y Rigoletto.
La reposición de Aida supone también un homenaje paralelo y simbólico a Pedro Lavirgen, un tenor que nunca pudo interpretar en el Teatro Real a los personajes que lo llevaron a la fama porque su apogeo profesional se dio cuando el coliseo de la Plaza de Oriente se utilizaba exclusivamente como sala de conciertos. En total, la representación cuenta con un equipo de casi 300 artistas, entre solistas, coro, bailarines, actores y orquesta. Un acontecimiento que, más allá de servir de celebración y homenaje, hará que uno de los grandes títulos del repertorio lírico universal vuelva a Madrid.