El pollo clorado es una técnica que se aplica en numerosos países. Es el caso de Estados Unidos, uno de los más grandes exportadores de carne avícola en el mundo. Sin embargo, no es una práctica aceptada en general. En el Reino Unido, la Unión Nacional de Agricultores (NFU, por sus siglas en inglés) le ha solicitado al gobierno que prohíba el pollo clorado.
La técnica de pollo clorado consiste en bañar al animal después de matarlo y desplumarlo en una solución antimicrobiana de agua clorada. La intención es matar bacterias y otros patógenos que puedan causar enfermedades como la Salmonella.
En Estados Unidos las autoridades sanitarias consideran que es una práctica inofensiva para el consumo humano. Sin embargo, en el Reino Unido la NFU exige que se impongan altos estándares de bienestar animal a las importaciones en el país.
“Hemos hablado mucho sobre el pollo clorado. La cuestión es que si el gobierno no pone una línea roja en el proyecto de ley agrícola, eso permite que la legislación secundaria la cambie de manera efectiva”, afimó Minette Batters, presidenta de la NFU.
Batters pidió en una conferencia del partido conservador, en un intercambio con Liz Truss, la secretaria de Comercio Internacional del Reino Unido, que el gobierno apoye la enmienda Curry.
La enmienda está diseñada para que la comisión de comercio y agricultura (TAC) tenga un rol mucho más importante en la revisión de los acuerdos comerciales.
Importación del pollo clorado, una disputa de larga data
El pollo clorado, permitido en Estados Unidos y prohibido en la Unión Europea, ha sido un emblema en las negociaciones del Brexit. La Unión Europea, que prohíbe esta práctica, teme que ahora a través del Reino Unido, posterior al brexit, se inicie la comercialización de alimentos que no han sido elaborados según la normativa europea.
El pollo clorado es el protagonista de una larga lista de alimentos que también componen la ternera criada con hormonas, esteroides o antibióticos y el tocino o jamón de cerdo con el fármaco ractopamina, prohibido en la UE desde el año 1996.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha dicho en varias oportunidades que quiere lograr un acuerdo comercial grande entre el Reino Unido y su país tras el brexit. Sin embargo, Michel Barnier, negociador de la UE, le ha pedido a Londres que prohíba la comercialización del pollo clorado; esto para que pueda mantener buenas relaciones con Bruselas tras el brexit.
La diputada y exministra de Medio Ambiente de Reino Unido Theresa Villiers también alzó su voz en contra de la situación. Defendió a los agricultores y granjeros, quienes verán disminuir su trabajo ante la producción estadounidense, que es más económica y de inferiores prácticas. Así lo indicó en una entrevista para The Daily Telegraph.
La seguridad del pollo clorado
Sobre si el pollo clorado es inofensivo, la Unión Europea asegura que lo importante es poner énfasis en las condiciones higiénicas y medio ambientales que interfieren en la producción de aves para que sea una necesidad desinfectarlas de esa forma. Por su parte, el departamento de Agricultura y la agencia para la alimentación y los Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos sí aprueban las soluciones que se usan para la desinfección del pollo.
Además, el Consejo Nacional del Pollo de Estados Unidos (NCN) cita varias fuentes científicas para confirmar la seguridad del agua clorada. De hecho, de acuerdo con datos del NCN, durante el año 2016 Estados Unidos exportó un 16,5% de la producción nacional de pollos.
Entre tanto, la Organización Mundial del Comercio sigue en silencio respecto al pollo clorado. Habrá que esperar por las decisiones del Reino Unido.
“No hay evidencias científicas para prohibir el pollo lavado con cloro”
El principal asesor científico del gobierno del Reino Unido, Sir Ian Boyd, declaró que no hay evidencias científicas que indiquen que la práctica de lavar el pollo con cloro en la planta de procesado sea perjudicial para la salud del consumidor. Dijo que los consumidores en el Reino Unido deberían tener una opción sobre el tipo de aves de corral que compran.
Con el brexit, el Reino Unido, debe decidir si continúa aplicando la prohibición del pollo clorado o si abre su marcado a los pollos lavados con cloro que ofrecen a precios más bajos los estadounidenses. «Desde una perspectiva de salud, realmente no hay un problema con el pollo clorado. El inconveniente mayor está en los procesos de producción y el bienestar animal. Y esa es una elección basada en valores que la gente necesita conocer antes de comprar».
El British Poultry Council está en contra de aceptar el pollo clorado. «Tener que limpiar al final es señal de que los pollos en Estados Unidos se crían en mayores densidades de población y con estándares de bienestar animal más bajos»
En varias oportunidades el secretario del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue, ha insistido en que es una falacia decir que los pollos de Estados Unidos se limpian con cloro. «¿Sabe lo que es? Vinagre, esencialmente, y decir que no es seguro o no se debe usar, no creemos que pueda ser la base de una ciencia sólida».
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