El mes de abril marca el inicio de la recogida de cosechas. Es tiempo de bajar las frutas de hueso como ciruelas, albaricoques, nectarinas, cerezas o melocotones. También de recoger las hortalizas. Así ha sido siempre. Hasta el mes de junio un número de personas que oscila entre 150.000 y 250.000 se dedican a una actividad tan vez sencilla pero muy extenuante físicamente. Trabajadores que provienen de Marruecos, Senegal, Bulgaria, Rumanía, Polonia y Ucrania junto a obreros españoles asumen el desafío. Este año no es así. El confinamiento, el cierre de fronteras y las restricciones de movilidad por el coronavirus tienen al sector en emergencia.
Castilla-La Mancha, Extremadura, Cataluña, Aragón y la Región de Murcia están entre las comunidades más afectadas. El año pasado, los temporeros llegaron a 280.000 y el 40% fue extranjero.
“La primera vez que fui a trabajar a la huerta tenía siete años. Mi madre me dejó en la noria de la que tiraba un burro para regar. En todos estos años jamás he vivido algo así. Estoy desesperado”, dijo Arturo. Así no más. Ha estado a lo largo de sus 62 años en una finca de Almedina (Ciudad Real). El año pasado sacó sus hectáreas de olivo, viñedo y cereal junto a siete rumanos. Hoy solo tiene el apoyo de un jornalero.
Desde las dirigencias sindicales han elevado propuestas al gobierno para enfrentar esta realidad y evitar se pierdan cosechas, más empleos y se afecte a la economía, sobre todo en un momento donde el consumo de frutas se ha elevado. Los últimos datos del Ministerio de Agricultura señalan que la primera semana tras la declaración del estado de alarma el consumo de fruta fresca subió un 23% con respecto a la misma semana de 2019. El de frutas transformadas se incrementó en 27%.
Más de 600 organizaciones seguimos exigiendo, esta vez a Ministerios de Sanidad y Consumo, medidas para apoyar la producción y comercialización agroalimentaria de pequeña escala, el ámbito agroecológico y la economía local. #SOSCampesinado #COVID19 https://t.co/h5fbWQpEur pic.twitter.com/jZjqT3Fg9M
— COAG (@La_COAG) April 8, 2020
Habilitar bolsas de trabajo
Una de las posibles soluciones es contratar a personal relacionado con el turismo (hostelería), tal vez el sector más afectado por la crisis. El responsable estatal de relaciones laborales de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), Eduardo López, señaló que a La Moncloa se le solicitó aprovechar los 250.000 Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a los que se han acogido las empresas.
“Estamos pidiendo que, por ejemplo, los empleados del sector hostelero que van a estar en paro durante un tiempo por un ERTE, se les ofrezca la posibilidad de trabajar en el campo para salvar las cosechas”.
La idea es habilitar desde los Servicios Públicos de Empleo (SEPE) una bolsa de trabajo agrícola. De esta manera se le daría prioridad a contrataciones dentro de las provincias y se evitarían desplazamientos fuera de las comunidades autónomas. También los afectados por los ERTE volverían a cotizar a la Seguridad Social, lo que aliviaría las cuentas públicas.
Este martes, el Consejo de Ministros aprobó un nuevo real decreto-ley que permitirá atenuar la crisis, al permitir la incorporación voluntaria de trabajadores en paro, extranjeros residentes cuyo permiso acaba el 30 de junio y jóvenes extranjeros entre 18 a 21 años. En el caso de quienes reciben su beneficio por desempleo seguirán cobrando el paro. La medida no ampara a los trabajadores afectados por los ERTE vinculados al coronavirus. Según el Gobierno «ya gozan de una financiación y de una cobertura propia».
Los aciertos y errores del Gobierno en el decreto que incorpora a parados y migrantes al campo
👉Análisis del decreto aprobado en el Consejo de Ministros junto a @La_COAG https://t.co/TxKINeZeme
— CAPITAL RADIO (@CAPITALRADIOB) April 8, 2020
Competencia por jornaleros para recogida de cosechas
La falta de personal es tal que en Castilla-La Mancha se ha observado como entre los propios agricultores compiten para robarse los jornaleros con el ofrecimiento de mejores sueldos. Si por ejemplo un productor ofrece 14 céntimos por podar una parra, el otro ofrece 17. En el caso del olivo, unos se bajan con un euro por podar un árbol y otros lo hacen con dos euros.
“Hay plantaciones de viñedo paralizadas porque no hay gente para poner el sistema de conducción. Faltan jornaleros para recoger las ramas de la poda del olivo o eliminar las malas hierbas en las explotaciones de cebollas, incluso no hay manos para el atado de los manojos de ajo. Todos esos cultivos tienen unos ciclos de trabajo que establece la naturaleza y que no se pueden posponer», expresó el ingeniero agrónomo y secretario técnico de Asaja en Castilla-La Mancha, Arturo Serrano.
Agregó el dirigente que si un productor no puede sacar adelante 30 hectáreas de cebolla por la falta de trabajadores solo plantará la mitad, por lo que es importante buscar una solución inmediata a la situación, que a la larga significará una caída de la producción agrícola, una bajada de la renta y problemas de desabastecimiento.
📰La #Interprofesional de Melón y Sandía de📍CLM pide 🗣️📢 #prudencia para #sembrar ante dos posibles 🚨problemas:
👉Falta de mano de para la recolección 👩🌾
👉Descenso en el consumo por la 📉caída del flujo de turismo en nuestro paíshttps://t.co/AQxpxozgIj pic.twitter.com/IC3ZbfolQC— ASAJA Ciudad Real (@asajacr) April 8, 2020
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