En los últimos 120 años el contenido de CO2 en la atmósfera ha aumentado continuamente. Los océanos son asombrosas esponjas de carbono y capturan una cuarta parte del dióxido de carbono producido por el hombre. Las aguas superficiales reaccionan con el gas de efecto invernadero en el aire o los organismos marinos lo engullen a medida que crecen. Para cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París, se ha propuesto una gran variedad de técnicas de eliminación de dióxido de carbono. Uno de los métodos es agregar minerales que podrían retener el CO2 disuelto en los océanos. Sin embargo, varios estudios que revelan que podría ser una forma muy limitada o costosa de hacerlo.
Un estudio experimental titulado Cinética de la meteorización del olivino en el agua de mar, publicado en la revista Frontiers in Climate, sugiere que puede haber limitaciones a una versión prometedora de la estrategia, que se basa en un mineral volcánico conocido como olivino.
En la teoría agregar olivino molido debería aumentar la alcalinidad del agua de mar al convertir el carbono en el agua en una forma estable y permite que los océanos absorban más dióxido de carbono de la atmósfera. Sin embargo, los investigadores del Centro GEOMAR Helmholtz para la Investigación Oceánica en Alemania disolvieron arena de grano fino compuesta principalmente de olivino en agua de mar artificial y lo que obtuvieron fue que la alcalinidad del agua disminuyó durante 134 días. Además, se redujo cinco veces más la cantidad de carbono eliminado en comparación con el potencial teórico del olivino.
Más investigaciones con resultados similares
En otro estudio, investigadores también determinaron que la disolución de olivino en agua de mar artificial produjo un aumento en la alcalinidad menor de lo esperado. Asimismo, en un artículo de preimpresión los autores encontraron resultados igualmente confusos para otros minerales que se esperaba que aumentaran la alcalinidad del océano.
Del mismo modo, investigaciones adicionales plantean dudas sobre un enfoque basado en cultivar algas marinas y hundirlas para absorber y almacenar dióxido de carbono. Plantean seguir realizando estudios experimentales para obtener resultados más concretos y no confiar demasiado en las teorías.
Los océanos absorben rápidamente el CO2
En los últimos años la capacidad de absorción por parte de la naturaleza del anhídrido carbónico ha crecido a un ritmo similar al de las emisiones durante las últimas seis décadas. Se suponía que los océanos absorbían una menor cantidad de CO2 . Sin embargo, un estudio publicado recientemente en la revista Nature indica que, a pesar de que las emisiones han aumentado desde 1958, se ha reducido la proporción de CO2 en la atmósfera respecto al emitido.
Piensan que la absorción combinada de la tierra y el océano «ha crecido tanto como las emisiones humanas». Casi la mitad de las emisiones de CO2 provenientes de la quema de combustibles fósiles y la deforestación permanecen en la atmósfera. La otra mitad es reabsorbida por los océanos y la tierra. Si la capacidad de almacenamiento disminuye por el calentamiento de los océanos, se acumulará más gas en la atmósfera y se acelerará el cambio climático.
Es posible capturar carbono de manera natural
En marzo, un grupo de investigadores australianos halló que un microbio unicelular marino que captura carbono de manera natural. Incluso cuando los océanos se calientan y se vuelven más ácidos. La investigación se publicó en Nature Communications.
Los científicos de la Universidad Tecnológica de Sídney (UTS) señalan que el microbio, abundante en el mundo, hace la fotosíntesis y libera un exopolímero (polímeros naturales producidos por las células de un organismo vivo) rico en carbono que atrae e inmoviliza a otros microbios que quedan atrapados en su «mucosfera». Posteriormente, el microbio se come algunas de las presas atrapadas abandona el exopolímero que, debido al peso de los microbios que tiene adheridos, se hunde y forma parte de la bomba biológica de carbono del océano.
Los autores del hallazgo dijeron que los microbios marinos que realizan la fotosíntesis, conocidos como fitoplancton, utilizan los nutrientes disueltos en el agua de mar que los rodea para crecer. Si bien la contribución del fitoplancton a la bomba de carbono está bien estudiada, «hay muchos microbios con un papel destacado pero mucho menos conocido y raramente cuantificado, como los protistas mixotróficos, que pueden hacer la fotosíntesis y comer organismos al mismo tiempo». Un hallazgo que podría ser de gran ayuda en la batalla contra el cambio climático.