En poco más de tres meses, los talibanes, grupo armado fundamentalista islámico, ha logrado mantener un amedrentamiento contra el Ejército de Afganistán. Poco a poco han avanzado tomando las ciudades más pequeñas hasta llegar a las más grandes como Kunduz, Herat y la más reciente, Kandahar. A 20 años de haberse rendido frente al ejército, apoyado por la comunidad internacional, amenazan con conseguir el control total del país.
Desde 2001, cuando Estados Unidos les declaró la guerra, los talibanes mantuvieron su influencia en áreas del interior y en la frontera de Pakistán. En ese momento, optaron por diferentes estrategias para mantener el control de las guerrillas. Para 2014, el expresidente Barack Obama declaró el fin de las operaciones de combate, pero no fue hasta abril de este año que Joe Biden aseguró que sacaría a sus tropas de Afganistán en un repliegue iniciado en mayo y que finalizará este mes.
En paralelo al anuncio de Biden, los talibanes iniciaron una ofensiva para extender su área de control en el sur, norte y la franja occidental del país, con una estrategia de toma rápida de todas las capitales de las 34 provincias que dividen el país hacia las grandes ciudades. Actualmente, y ya con conflictos armados en 33 de las provincias, se prevé que los talibanes tomen Kabul en poco tiempo.
Cifras récord por el conflicto en Afganistán
Cifras de la ONU indican que la violencia en las ciudades afganas ha dejado un millar de civiles muertos. La ACNUR estima unos 250.000 ciudadanos han sido desplazados desde mayo. Un 80% de ellos son mujeres y niños. A este éxodo se le suman otras 150.000 personas que dejaron sus hogares entre enero y mayo. En total hay 3,3 millones de desplazados internos en en Afganistán.
Shabia Mantoo, portavoz de ACNUR, declaró que el número de víctimas en las salvajes hostilidades «es inmenso». Alertó que Afganistán «va en camino de sufrir la peor cifra anual de fallecidos civiles en conflicto desde que la ONU tiene registros».
La mayoría de los desplazados por el conflicto han evitado dejar Afganistán y se mantienen lo más cerca posible de sus hogares. Aunque unos 120.000 que huyeron de zonas rurales han buscado refugio en Kabul y alrededores. La ONU se ha limitado a pedir un alto el fuego y una solución negociada, «por el bien del pueblo afgano» y a exhortar a los países vecinos a que mantengan las fronteras abiertas para cualquier refugiado que lo necesite.
Thomson Phiri, miembro del Programa Mundial de Alimentos ONU, teme que lo peor esté por llegar. «La mayor marea de hambre se acerca rápidamente. La situación tiene todas las señales de una catástrofe humanitaria», aseveró.
Una catástrofe casi imposible de evitar
Los talibanes se mueven rápido. En una sola semana tomaron una tercera parte de las capitales de provincia. La última fue la ciudad de Kandahar, la segunda más grande de Afganistán. En un reciente comunicado, los radicales islamistas dijeron que habían tomado el control de la oficina del gobernador en Kandahar, el cuartel general de la policía y otros centros operativos. «Se incautaron cientos de armas, vehículos y municiones», indican en el escrito.
La ciudad de Herat, la tercera ciudad más grande de Afganistán y un importante centro urbano en el oeste del país, cayó en poder de los talibanes el jueves por la noche. También tomaron el control de la oficina del gobernador y el cuartel general de la policía. Ese mismo día cayó la ciudad de Qala-I-Naw, la capital de la provincia de Badghis. Ahora, continúan su avance hacia Kabul, la capital.
«El mundo debe dar un paso al frente para frenar la catástrofe que nos viene encima», demanda Afghan Peace Watch
Estados Unidos estimaba que los talibanes tomarían el control de Kabul en 90 días. Sin embargo, esta misma semana dijeron que la ciudad sería de los talibanes en los próximos 30 a 60 días.
El responsable del Afghan Peace Watch, Habib Khan, dijo que los precios se han disparado en las ciudades que han caído en manos de los talibanes y que el nivel de desplazados internos y violencia no tiene precedentes. «Si no se detiene esto de manera inmediata la crisis será incontrolable. El mundo debe dar un paso al frente para frenar la catástrofe que nos viene encima», insiste, desesperado desde Kabul.
Estados Unidos trata de mediar
En febrero de 2020, Washington llegó a un acuerdo con los talibanes en el que se comprometía a retirar las tropas de Afganistán en 14 meses. Los talibanes acordaron no atacar e iniciar el diálogo con el Gobierno de Kabul, dirigido por Ashraf Ghani. Mientras los soldados restantes y parte del personal de su Embajada evacuan del territorio afgano, Estados Unidos anunció que enviará 3.000 soldados para garantizar su seguridad.
Esta semana, el Ejecutivo afgano envió a los talibanes una propuesta para compartir el poder a cambio del fin de la violencia en el país. Aunque por el momento, los insurgentes no han emitido declaraciones sobre el posible acuerdo y mantienen su ofensiva.