La reciente decisión de Juan Guaidó de asumir las funciones de presidente de Venezuela ha llevado a nuevos niveles la crisis política por la que atraviesa el país suramericano. No obstante, si bien la situación está alcanzando un punto crucial, se trata de un problema de vieja data.
Se trata de un conflicto con diversos antecedentes, cuyo contexto es necesario conocer, para tratar de entender un problema complejo.
La muerte de Chávez: Punto de partida
Un posible punto de inicio de la crisis política de Venezuela fue la muerte del entonces presidente Hugo Chávez, en marzo de 2013. El extinto mandatario gozaba de un reconocido respaldo popular. También contaba con una cierta legitimidad, producto de triunfos electorales en diversas consultas. De hecho, apenas en diciembre del año anterior, había alcanzado una relativamente cómoda victoria electoral. Ello le permitía iniciar un nuevo período presidencial. No obstante, antes de la fecha de su asunción, informó que su deteriorada salud, a causa de un cáncer, le forzaba a buscar tratamiento médico en Cuba. Dejó como encargado a Nicolás Maduro, quien para entonces ostentaba el cargo de vicepresidente.
Chávez no pudo siquiera prestar juramento. En abril se realizan nuevas elecciones. Maduro se presenta como candidato por el chavismo. Derrota por escasa diferencia al candidato opositor Henrique Capriles, quien denuncia que la votación se vio afectada por el fraude y pide a sus partidarios que salgan a las calles.
Al año siguiente, se produce una ola de protestas en diversos puntos del país. Las manifestaciones buscaban la expulsión de Maduro del poder. Entre los promotores de estas iniciativas, se encontraba el conocido líder de la oposición Leopoldo López. Éste fue arrestado en febrero por las fuerzas de seguridad venezolanas, acusado de fomentar la inestabilidad política.
La oposición gana las elecciones parlamentarias
En diciembre de 2015 se produjo un hecho muy significativo. La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática gana, por primera vez en 16 años de gobierno socialista, el control de la Asamblea Nacional. Este triunfo electoral se debió en gran parte al creciente descontento popular debido a una recesión prolongada, un aumento de la inflación y un notable desbastecimiento de productos de primera necesidad.
El nuevo parlamento se instala en enero de 2016. Desde entonces, anuncia la promulgación de una serie de leyes. También informa que realizará el nombramiento de nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y de rectores del Consejo Nacional Electoral, cuyos lapsos estaban vencidos. Ambas instituciones están conformadas por funcionarios leales a Maduro y al partido de gobierno
El Gobierno desconoce a la Asamblea Nacional
Sin embargo, en marzo, el Tribunal Supremo de Justicia, anuncia que asumirá las funciones de la Asamblea Nacional. La corte rápidamente revierte las decisiones del Parlamento. Pero el evento provocó un recridecimiento de la crisis política de Venezuela. Dio origen a meses de manifestaciones contra el gobierno, que finalmente dejaron más de 100 muertos.
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral rehúsa celebrar la elecciones de gobernadores, previstas para diciembre de 2016. Las encuestas, junto a los resultados de las parlamentarias de 2015, otorgaban una clara ventaja a los posibles candidatos de oposición.
En julio de 2017, a pedido de Maduro, el país acude a un referéndum boicoteado por la oposición. Allí se aprueba la formación de una Asamblea Nacional Constituyente. Se encarga nominalmente de volver a redactar la Constitución. Sin embargo, asume rápidamente las funciones del Parlamento. Ello lleva a nuevas acusaciones de que Maduro está socavando la democracia.
Cuestionadas elecciones acrecientan la crisis política de Venezuela
En octubre de ese año, finalmente se realizan las elecciones de gobernadores. Una vez más, en medio de denuncias de fraude, el oficialismo gana la mayoría de los gobiernos regionales.
En febrero de 2018, la Asamblea Nacional Constituyente, tomando atribuciones del Poder Electoral, anuncia que las elecciones presidenciales, previstas para diciembre, se realizarán en mayo. Los principales partidos de la oposición deciden apartarse de la contienda.
Maduro gana la reelección contra un candidato que no contaba con el respaldo de la mayoría de los partidos de oposición. Los comicios se realizan en medio de una baja participación y acusaciones de compra de votos por parte del gobierno.
La oposición, Estados Unidos y el Grupo de Lima dicen que desconocen los resultados. Con ello, la crisis política de Venezuela recrudece aún más.
Juan Guaidó entra en escena
El 5 de enero, se instala la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional, aún controlada por la oposición. El nuevo presidente del Parlamento, Juan Guaidó, llamó a Maduro «usurpador». Reiteró que lo desconocen para un nuevo mandato. Del mismo modo, el Legislativo se niega a prestarle juramento.
Maduro presta juramento ante el Tribunal Supremo de Justicia para un segundo período de seis años. Sin embargo, varios gobiernos latinoamericanos le piden que no lo haga.
El 23 de enero, Guaidó anunció que asume las funciones inherentes al cargo de presidente encargado. Lo hace durante la mayor manifestación opositora desde 2017. Es reconocido de inmediato por Estados Unidos y muchos de los países vecinos. Se genera así una nueva escalada en la crisis política de Venezuela.
Más información en Cambio16
Lea también: Proclamación de Guaidó como presidente interino de Venezuela genera apoyo en América y cautela en Europa