Como “afirmaciones infundadas” calificó este lunes el gobierno de Arabia Saudí las dos decisiones simbólicas que contra el reino tomó a finales de la pasada semana el Senado de Estados Unidos. En la primera se dio el visto bueno a un proyecto de ley para poner fin al apoyo de ese país a la guerra en Yemen. En la otra se culpó al príncipe heredero Mohammed bin Salman del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Aunque las dos resoluciones son simbólicas tienen un gran impacto moral y ante la opinión pública mundial. Para que ambas puedan convertirse en ley debe aprobarlas la Cámara de Representantes, cuyos líderes republicanos suelen bloquear cualquier legislación contra el reino. De allí su carácter simbólico.
Los senadores votaron 56-41 para poner fin al apoyo militar a la alianza en Yemen liderada por Arabia Saudí, mientras que en el caso del crimen contra el profesional de la comunicación, ninguno tuvo duda acerca de la culpabilidad de MbS.
«El reino rechaza categóricamente cualquier intromisión en sus asuntos internos, cualquier acusación que falte el respeto a su liderazgo… y cualquier intento de minar su soberanía«, sostuvo el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Arabia Saudí.
Saudi Arabia "rejects" U.S. Senate resolution blaming crown prince for Khashoggi killing https://t.co/HVMGV0i7Wu
— The Washington Post (@washingtonpost) December 17, 2018
La crisis en Yemen
Arabia Saudí es blanco de críticas por la muerte de civiles y la crisis humanitaria que afecta a Yemen, donde el reino respalda al Gobierno reconocido internacionalmente. Los enfrentamientos bélicos en Yemen se iniciaron en 2015, cuando una coalición con Arabia Saudita a la cabeza intervino en el país, con el fin de restaurar a un gobierno derrocado por el movimiento hutí, aliados de Irán. Decenas de miles de personas han fallecido en este lapso.
El miércoles pasado, las partes en conflicto de Yemen acordaron intercambiar miles de prisioneros en el comienzo de las primeras conversaciones de paz en años para poner fin a la guerra, que según estimaciones de la Organización de Naciones Unidas ha provocado la peor crisis humanitaria en el mundo.
Yemen es uno de los países más pobre de Oriente Medio y los años de guerra agravaron su crisis. La exacerbación de la violencia empeora la vida de las personas. A las miles de muertes que sacuden los cimientos del país se le suman día a día desplazamientos masivos. Más de 22,2 millones de yemeníes sufren el impacto de la crisis, según la Agencia de la ONU para los Refugiados.
“La situación es tan grave que un millón de yemeníes desplazados han perdido la esperanza y han intentado regresar a su país, aunque todavía no es seguro. Yemen enfrenta una catástrofe humanitaria”, reseñó Acnur.
Sin aparecer restos de Khashoggi
Jamal Khashoggi fue un crítico de la gestión del príncipe Mohammed bin Salman. Mientras tramitaba documentos legales en el consulado de Arabia Saudí en Estambul para su próximo matrimonio, el periodista fue asesinado el 2 de octubre. Responsables del reino rechazaron las acusaciones de que el heredero al trono hubiera ordenado su muerte.
Su crimen provocó indignación mundial y dañó la reputación internacional del príncipe de 33 años, el líder de facto del reino, que está impulsando cambios sociales y económicos en el mayor exportador mundial de petróleo.
El gobierno de Arabia Saudí dijo que el cuerpo del periodista de The Washington Post fue desmembrado cuando fracasaron las negociaciones para persuadirlo de regresar al reino. Según el vicefiscal público saudí, Shaalan al-Shaalan, el asesinato se produjo por una inyección letal y en el marco de un forcejeo con sus captores.
Hasta ahora no se sabe dónde se encuentran los restos de su cuerpo.
La revista Time le concedió la pasada semana el título de “Persona del Año” a “los guardianes y la guerra por la verdad”. Se trata de un grupo de periodistas que incluye al saudí Khashoggi.
The Guardians—Jamal Khashoggi, the Capital Gazette, Maria Ressa, Wa Lone and Kyaw Soe Oo—are TIME's Person of the Year 2018 #TIMEPOY https://t.co/HvoEaW5oUi pic.twitter.com/9Mr0wBTmvj
— TIME (@TIME) December 11, 2018
Quienes se oponen a las resoluciones del Senado quieren preservar la relación entre Estados Unidos y el gobierno de Arabia Saudí, pues consideran que el reino es un contrapeso esencial ante Irán en Oriente Próximo.
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