No habrá un segundo referéndum sobre el Brexit. Al menos eso asegura el Gobierno británico. Este domingo, los ministros dejaron claro que no se está preparando una nueva consulta. Reiteraron que el acuerdo de la primera ministra Theresa May aún puede ser aprobado por el Parlamento, con unos pocos cambios.
May retrasó una votación parlamentaria la semana pasada sobre su acuerdo para abandonar la Unión Europea porque se encaminaba a una derrota. En consecuencia, ha intentado obtener «garantías» del bloque para tratar de venderlo de mejor manera a los diputados «euroescépticos».
Bruselas ha dicho que está dispuesta a ayudar, pero le advirtió que no podría renegociar el pacto.
Compás de espera
Estamos a menos de cuatro meses de que Reino Unido abandone la Unión Europea, a finales de marzo. El Brexit, el mayor cambio en política comercial y externa en más de 40 años, está resultando un camino abrupto. Se ha visto complicado por las profundas divisiones entre los parlamentarios y ciudadanos.
May se enfrenta a un punto muerto sobre el acuerdo en el Parlamento y la UE ofrece poco de momento. Mientras, cada vez más políticos advierten de la posibilidad de que Reino Unido deje el bloque sin un pacto o sobre un segundo referendo que podría impedir el divorcio.
Un tortuoso camino
El acuerdo, en sus actuales términos, ha entrado en vía muerta. Una mayoría de ministros del Gobierno británico habrían comenzado ya a discutir entre ellos opciones alternativas.
Tres hechos ocurridos en esta semana, han puesto en evidencia que May ha perdido la autoridad necesaria para llevar al Brexit a buen puerto.
El primero tuvo lugar el lunes. Ese día, la primera ministra suspendió de forma abrupta la votación parlamentaria sobre su acuerdo de Brexit. La consulta estaba programada para el martes. De esta manera, hundió en el caos los planes de Reino Unido de abandonar la Unión Europea tras admitir que se exponía a una dura derrota.
Luego vino la fallida moción de confianza contra la primera ministra en el seno del Partido Conservador. Una votación de 117 contra 200 reveló que un tercio de sus copartidarios ya no quiere saber nada de ella.
Finalmente, recibió un balde de agua fría por parte de los líderes de la Comunidad Europea, cuando acudió al Consejo en Bruselas, tratando de buscar ayuda.
No habrá otra consulta
«Un segundo referéndum sería un factor de división. Hemos tenido el voto del pueblo, hemos tenido el referéndum y ahora tenemos que continuar con su implementación». Así lo afirmó el ministro de educación británico, Damian Hinds. Negaba así la posibilidad de una segunda consulta.
El ministro de Comercio, Liam Fox, aseguró que una segunda votación «perpetuaría» las profundas divisiones en Reino Unido. Agregó que la primera ministra estaba tratando de lograr las garantías necesarias para persuadir al Parlamento de que respalde su acuerdo. Afirmó que el proceso tomaría un poco de tiempo.
On #Marr this morning, arguing why I am against a second referendum on for practical, democratic and constitutional reasons pic.twitter.com/sOmat1IJqa
— Liam Fox MP (@LiamFox) December 16, 2018
Cuanto más tiempo tarde, más potentes serán las voces que instan a un cambio de rumbo, mientras aumenta la presión sobre el Partido Laborista, el principal de la oposición, para que actúe contra el Gobierno.
La propuesta de los laboristas
May superó esta semana una moción de censura presentada por parlamentarios de su partido conservador. Sin embargo, los partidos de la oposición están pidiendo a los laboristas proponer otro contra el Gobierno.
El Partido Laborista hará todo lo posible para obligar al Gobierno a someter a votación del Parlamento el acuerdo del Brexit de la primera ministra en la semana que está a punto de comenzar. Así lo aseguró Andrew Gwynne, coordinador electoral de la principal formación de la oposición en Reino Unido.
No obstante, Gwynne no ofreció detalles sobre cómo obligaría el Partido Laborista al Gobierno a convocar la votación.
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