Por Iñigo Aduriz
Las fuerzas que apuestan por la independencia de Cataluña han logrado este domingo una clara victoria en las elecciones al Parlament, si bien no han conseguido que sus aspiraciones secesionistas obtengan un apoyo masivo de votos en las urnas. En un panorama político catalán que se confirma como claramente polarizado, los independentistas se han quedado lejos del 50% del apoyo social al que aspiraban –se quedan con el 47,74% (con el 100% escrutado)– en unos comicios autonómicos que se han convertido en los más representativos desde la llegada de la democracia, con una participación que ha alcanzado el 77,44%. El resto de fuerzas políticas ha obtenido, en cambio, el 51,74% de los apoyos.
Junts pel Sí, suma de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), ERC y distintos movimientos secesionistas, ha sido la fuerza más votada al lograr 62 escaños y un 39,54% de los votos, aunque está lejos de la mayoría absoluta establecida en 68. Para gobernar necesitará del apoyo de la CUP, la otra fuerza independentista que logra un importante ascenso al pasar de los 2 escaños que obtuvo en 2012 a los 10 que ha conseguido este domingo con un 8,20% de los sufragios. Todo ello convierte al actual president de la Generalitat, Artur Mas, en el gran perdedor de la noche al no conseguir su candidatura, encabezada por Raül Romeva, la mayoría absoluta que ansiaban, y al depender de la CUP, que ya ha dejado claro que en ningún caso le apoyará para refrendar su mandato.
Galería: el 27S en imágenes (pulsa sobre las imágenes para leer la información)
Junts pel Sí ha conseguido 9 escaños menos que los obtenidos por la suma de CiU y ERC hace tres años. Y, a pesar de ello, Artur Mas ha querido transmitir un mensaje triunfalista en su intervención de esta noche. El president en funciones ha animado al resto de fuerzas políticas no nacionalistas a “aceptar la victoria del sí”. “Ha habido dos victorias en una: el sí y la democracia. Todos aquellos que decían que no había ganas de votar en Cataluña que tomen nota, porque sí había ganas de votar”, aseguraba Mas junto al líder de ERC, Oriol Junqueras, que se ha manifestado en esa misma línea, y a Raül Romeva, que no podía ocultar en cambio cierto gesto de desánimo.
La llave de la independencia
La CUP, que ha considerado siempre que para declarar la independencia era imprescindible que las fuerzas secesionistas tuvieran también mayoría en votos, tendrá la sartén por el mango y será clave para determinar si se realiza la declaración solemne anunciada por Mas en su hoja de ruta, si el nuevo Govern se pone manos a la obra a redactar una Constitución catalana, y si en algo menos de año y medio se celebran unos nuevos comicios que serían constituyentes. Las negociaciones entre la candidatura encabezada por Antonio Baños y Junts pel Sí comenzarán este mismo lunes, y es muy probable que se lleven por delante la carrera política de Mas.
Las elecciones han desvelado, también, que el bloque no nacionalista tiene un claro vencedor en la candidatura de Ciudadanos encabezada por Inés Arrimadas. La fuerza liderada por Albert Rivera ha logrado 25 escaños, 16 más que en 2012, y un porcentaje del 17,93%. El aumento de la participación especialmente en las zonas en las que históricamente han tenido más fuerza las opciones no nacionalistas, han confirmado a la formación naranja como la que encabezará la oposición en la próxima legislatura en Cataluña. Con tan sólo 34 años Arrimadas podría ser clave en el cauce Madrid-Barcelona que deberá reconducirse en los próximos meses y, sobre todo, después de las elecciones generales previstas para final de año.
El avance de Ciudadanos sí ha hecho mella en el PSC de Miquel Iceta, pero con el 12,74% de apoyos resiste el envite y se queda con 16 escaños, cuatro menos que en 2012. Los socialistas confirman su poder en el cinturón de Barcelona y serán también claves en el futuro dependiendo del resultado de las elecciones generales y del futuro Gobierno en Madrid. Pero a pesar de esta resistencia el PSC se queda lejos de ser opción de gobierno que fue hasta hace algo menos de una década, y se sitúa en tercera posición en número de representantes del nuevo Parlament. “Nos planteaban estas elecciones como plebiscito, y no han llegado al 50%”, celebraba, no obstante, Iceta, esta noche en la sede de los socialistas en Barcelona, en referencia a las fuerzas independentistas. Además, a pesar del resultado, consideraba que el apoyo logrado por su candidatura ha sido “un éxito”.
“No podemos estar satisfechos”
El partido en el Gobierno de España ha sufrido, en cambio, uno de sus mayores batacazos en Cataluña. La apuesta del PP por la dureza del exalcalde de Badalona, Xavier García Albiol, le ha salido rana al equipo de Mariano Rajoy, cuyo partido pasa de los 19 escaños que obtuvo en 2012 a los 11 que ha logrado este domingo con el 8,50% de votos. Se trata del peor resultado obtenido por los populares desde 1992 y supone un duro golpe para el partido que aspira a renovar por cuatro años más su poder en La Moncloa en apenas un par de meses. Tras la debacle de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, estos comicios catalanes vuelven a poner también en cuestión el propio liderazgo de Rajoy y sus decisiones a nivel territorial. “No podemos estar satisfechos”, reconocía García Albiol esta noche.
Otro de los que se acostarán este domingo con un amargo sabor de boca son los integrantes de la candidatura Catalunya Sí Que es Pot que engloba, entre otros, a Podemos, ICV o EUiA. La coalición esperaba resultar decisiva en el futuro Parlament, e incluso se presentaba como opción de gobierno, al defender a la “gente” y situarse al margen de los frentismos. Los resultados les sitúan lejos de ambos objetivos, ya que la alianza se queda como cuarta fuerza en la nueva cámara catalana con los mismos escaños que el PP, 11, y el 8,94% de los votos. Es significativo este resultado de la coalición apoyada por Podemos en Cataluña, ya que supone un claro retroceso respecto al respaldo que lograron en las de hace cuatro meses las distintas plataformas ciudadanas apoyadas por el partido que dirige Pablo Iglesias.
La otra clave de la noche es la posición en la que queda Unió. El partido que dirige Josep Antoni Duran i Lleida, que hace apenas tres meses gobernaba la Generalitat con su tradicional socio de CDC, se convierte en una fuerza irrelevante y se sitúa al borde de la desaparición al no lograr representación en el nuevo Parlament, con el 2,51% de los votos. Un batacazo que ha llevado a Duran i Lleida a poner este domingo su cargo a disposición de la formación.