Por Andrés Tovar
27/12/2016
¿Será la antigua práctica de la Mutilación Genital Femenina (MGF) finalmente abolida en África de una vez por todas? Más de 300 comunidades en África occidental son la esperanza de que la respuesta sea un contundente sí, ya que este mes se han comprometido a poner fin a la práctica cultural conocido como «circuncisión femenina».
Un grupo de derechos de la mujer basada en Senegal llamado Tostan dijo que los líderes de varias comunidades étnicas de África acordaron abandonar la MGF en las ceremonias públicas tras tres años de gestiones, de acuerdo con Reuters. Los pueblos abarcan zonas de Guinea, Guinea-Bissau, Malí y Mauritania. De ellos, sólo Mali todavía permite legalmente la práctica, y cerca del 90% de sus niñas se someten al corte, según el informe.
Estos cuatro países tienen altos índices de MGF, práctica en la que se cortan los genitales de las niñas a medida que crecen argumentando «razones culturales», incluido que supuestamente sus genitales se hacen más atractivos para el futuro cónyuge y hacer que el sexo sea menos placentero para las mujeres.
Las niñas corren el riesgo de infección, la muerte y el dolor crónico durante toda su vida.
https://twitter.com/HonorDiaries/status/749216319266971648
«Estas declaraciones están sucediendo en algunos de los países donde la prevalencia de la MGF es la más alta de África, estoy realmente convencido de que es posible presenciar el final del corte en una generación», dijo la fundadora de Tostan, Molly Melching.
El esfuerzo de Tostan para poner fin a la MGF a través de conversaciones con los líderes de las comunidades ha cosechado críticas por parte de los que piensan que «las costumbres» no se pueden cambiar de un plumazo, pero el grupo dijo que los compromisos los ayudarán a moverse en la dirección correcta.
«Las declaraciones son una oportunidad para los miembros de la comunidad que se comprometan de manera abierta y colectivamente para poner fin a las prácticas tradicionales nocivas; incluidas la falta de posibilidad de participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y la garantía de los derechos y la seguridad de los niños», dijo la portavoz del grupo Joya Taft-Dick a la Fundación Thomson Reuters.
Una informe publicado esta semana anunció que la tasa de MGF en Kenia se ha reducido un 21% a partir de 2014, cifra que ya había descendido a un 27% a partir de 2008. Kenya prohibió la práctica en 2001 y endureció sus sanciones en 2011.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han trabajado para poner fin a la práctica en África durante los últimos ocho años.
La MGF, de cerca
Se estima que más de 200 millones de niñas y mujeres -la mitad de ellos están en Egipto, Etiopía, e Indonesia– han sido sometidas a la MGF, la cual puede clasificarse en cuatro procedimientos: La ablación del clítoris, una extirpación parcial o total; la remoción de los clítoris y los labios, la infibulación o la implantación de un sello para estrechar la abertura vaginal por el corte y la costura de los labios vaginales.
Todos estos procedimientos incluyen pinchazos, raspados y cauterizaciones. Los dos primeros tipos de MGF son los más comunes.
Niñas menores de 14 años representan un 44% de los 200 millones que han sufrido la MGF. En Gambia, el 56% de las niñas han sido «cortadas», mientras que casi la mitad de las niñas en Indonesia con edades cercanas o iguales a los 11 años han sido sometidas. El informe de derechos de la mujer de la ONU 2015 encontró que la mayoría de las niñas que fueron «cortadas» se sometió al procedimiento antes de que incluso llegaron a celebrar su quinto cumpleaños.
Hay muchas posibles complicaciones que pueden surgir de la MGF, que van desde el dolor, la infección, el sangrado excesivo y la muerte. Incluso cuando se lleva a cabo «correctamente», hay enormes riesgos. En algunas formas de MGF, los labios se retiran y las partes restantes se cosen juntas para hacer más pequeña la abertura vaginal, dejando un agujero del tamaño de una cabeza de cerilla para permitir la micción y la menstruación. El dolor que sienten es como «una herida abierta frotada con sal o chile picante» relata una de las sobrevivientes, incluso luego de que las heridas han «sanado».
Esto también significa que las mujeres tienen que ser abiertas para poder dar a luz. Y, cuando lo hacen, nuevamente son sometidas a la práctica.
Las chicas jóvenes pueden no ser capaces de comprender plenamente el alcance del procedimiento ni dar su consentimiento a la misma. Por lo general, la MGF ocurre antes de la adolescencia para preservar «la pureza» de una niña y evitar que experimentar la excitación sexual que se cree acompaña a la pubertad.