Por Iñigo Aduriz
«Nadie está poniendo en cuestión el cupo». Fuentes de la dirección socialista consultadas por Cambio 16 insistían este jueves con estas palabras en su defensa tanto del Concierto como del Convenio, los sistemas de financiación de Euskadi y de Navarra, respectivamente. Trataban así de restar importancia a la polémica generada después de que tanto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, como la presidenta andaluza, Susana Díaz, reivindicaran en los últimos días una actualización de ese cupo, que es la cuantía que cada año ingresa el Estado a la administración vasca para financiar el gasto que realiza la administración central por las competencias que no están transferidas al País Vasco.
A pesar de que ninguno de ellos cuestionó el modelo actual, las palabras de ambos dirigentes han levantado ampollas en el País Vasco y en Navarra. Y, además, en plena precampaña de los comicios generales que se celebrarán el próximo 20 de diciembre, la polémica ha acabado convirtiéndose en una nueva arma electoral de confrontación entre los distintos partidos. Desde las filas socialistas recalcan que lo que ellos piden es que «se cumpla ley», que establece que el cupo se debe calcular cada cinco años, ya que es una cuantía que se obtiene en función del peso de la economía vasca en el PIB español, y también de otros factores como la población. El cupo se debía actualizar hace dos años, pero por discrepancias entre las administraciones se lleva prorrogando a la espera de una reunión que desbloquee la situación.
El mismo lunes el PNV hacía público un comunicado criticando lo que consideraba un «ataque frontal» contra el autogobierno vasco. El lehendakari, Iñigo Urkullu, tratando de estirar una polémica a la que han seguido contribuyendo declaraciones de otros líderes socialistas como el presidente valenciano, Ximo Puig, añadía el miércoles en rueda de prensa que el Gobierno vasco no iba a «permitir una modificación unilateral del concierto económico», al situarla como una «línea roja» de su Ejecutivo. Las fuentes socialistas consultadas insistían hoy en que la «actualización» de la que se ha hablado desde el PSOE se debería hacer, en todo caso, a través de una reunión «bilateral».
Resucita el Plan Ibarretxe
Los nacionalistas vascos han aprovechado la resonancia que ha alcanzado la polémica sobre el cupo para ir un poco más allá en su apuesta soberanista. Por sorpresa, el PNV aprobaba junto a EH Bildu una enmienda en el Parlamento Vasco a favor del derecho a decidir y hacía resucitar el Plan Ibarretxe que cayó en saco roto en 2005, cuando el Congreso de los Diputados rechazaba tramitarlo por amplia mayoría. Según el texto de ayer, al que se opusieron el resto de fuerzas con representación en la cámara vasca, «el pueblo vasco constituye un sujeto político con derecho y capacidad para decidir sobre su futuro, a ser consultado y a que su voluntad democráticamente expresada sea respetada».
El PNV no ha sido el único en cargar contra los socialistas por sus palabras sobre el cupo en plena precampaña. También el PP arremetía contra los dirigentes del PSOE y hacía una acérrima de los sistemas de financiación navarro y vasco. El vicesecretario de sectorial de los populares, Javier Maroto, aprovechaba este jueves una comparecencia pública para volver a criticar también a Ciudadanos, que directamente apuesta por suprimir tanto el Concierto como el Convenio. Reiteraba así su «defensa férrea» de ambos sistemas y pedía «una reflexión desde la prudencia para que el PSOE y Ciudadanos dejen de agredir a los vascos y al concierto económico, a los navarros y al concierto navarro, porque es un asunto que no se justifica».
También entraba al trapo UPyD, otro partido que desde su nacimiento ha defendido la supresión de ambos sistemas de financiación al considerarlos un «privilegio». Su único diputado y portavoz en el Parlamento Vasco, Gorka Maneiro arremetía contra el PP y contra el PSOE al considerar que «la actitud política consistente en defender cosas distintas en función del periodo electoral en el que nos encontremos o de la parte de España desde la que uno hable sólo tiene un nombre: hipocresía política u oportunismo y falta de principios o, al menos, pasmosa incoherencia».