Por Javier Blanco y Tomás Ocaña
oaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, el narcotraficante más poderoso del mundo, planeó en 2012 instalarse en España. Al menos con esa hipótesis trabajó la Policía Nacional según reveló a Cambio16 el Inspector Jefe de la sección operativa de Relaciones Internacionales de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado.
“En aquel momento, El Chapo estaba siendo cercado por la policía y el ejército mexicano. Estaba perdiendo su confianza viendo que su libertad allí peligraba y, como no habla idiomas, buscó un país donde poder refugiarse y ese pudo ser España”, explica el agente L.M., a quien nos referiremos por sus iniciales a petición suya.
Las ventajas de vivir en nuestro país eran muy atractivas para sus intereses: “En Sudamérica es más conocido, mientras que aquí podía pasar desapercibido. Y, por supuesto, es un punto estratégico perfecto por su cercanía con África y por ser la puerta de entrada a Europa”, afirma L.M., quien conoció los intereses de El Chapo por instaurar su negocio en el Viejo Continente a raíz de una operación conjunta con el FBI.
Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA (Agencia antidroga estadounidense), explicó a Cambio16 que “El Chapo Guzmán siempre ha mandado bastante cocaína a Europa”. El exagente que ha estado infiltrado en varios cárteles, resalta la importancia estratégica de la facilidad de volar con avioneta entre África y España.
Pese a que las piezas del puzle ya de por sí cuadraban, hubo un hecho que realmente convenció a las autoridades españolas de la intención de El Chapo. Fue en la Operación Aguas Oscuras, al realizar un seguimiento a cuatro socios del famoso narcotraficante. Entre ellos estaba su primo, Jesús Manuel Gutiérrez Guzmán, quien demostró “muchísimo interés en conocer aeródromos privados o aeropuertos pequeños que estuvieran cerca de África y en los que un avión pudiera aterrizar sin necesitar mucha autonomía”, recuerda el agente que dirigió dicha operación en Madrid.
Los antecedentes datan de 2009, cuando representantes de El Chapo, uno de ellos su primo, se reunieron con un intermediario que aseguraba poder abrirles las puertas de Europa a través de una conexión con la mafia italiana. La reunión tuvo lugar en el estado mexicano de Sonora, que está bajo el control criminal del cártel de Sinaloa, la organización que lidera Guzmán. Él se mostró encantado con la idea de expandir su imperio. Su ambición le ha llevado a convertirse en el mayor distribuidor mundial de las cuatro principales drogas: cocaína, heroína, marihuana y metanfetamina.
Pero en realidad no era la mafia italiana la que había contactado con El Chapo, se trataba de agentes federales encubiertos. Con sus testimonios se armó un caso judicial en las cortes de New Hampshire. El agente del FBI Justin Heap Tucker explicó en su presentación ante la corte cómo los narcotraficantes querían introducir droga en “el Reino de España”. La idea era “enviar cocaína en un contenedor de un buque de carga desde Ecuador”, reza el documento.
Tras más de dos años de negociaciones, el primo de Guzmán y otros tres miembros del cártel visitaron Madrid para organizar los envíos y la futura estructura del grupo narcotraficante en el país. Uno de ellos, Rafael Celaya, un político de poco rango del partido gobernante en México (PRI), incluso en uno de esos viajes llegó a fotografiarse en lugares como el estadio Santiago Bernabéu o la Puerta del Sol y después subió las imágenes a Facebook.
ALGECIRAS, PUERTO DE ENTRADA
El otro punto estratégico y clave de la operación era el puerto de Algeciras, lugar por el que los narcos pretendían introducir la droga en España. Y, de hecho, lo hicieron. Lo lograron tras las negociaciones entre El Chapo y los falsos intermediarios de la mafia italiana, que incluyeron incluso una reunión del informante del FBI con el propio Guzmán en uno de sus ranchos de la sierra de Sinaloa. El envío llegó pero, obviamente, fue requisado por la Policía, consiguiendo la prueba que necesitaban las autoridades españolas para dar el paso.
El cargamento arribó el 27 de julio del año 2012 al puerto de Algeciras. Los envíos con origen en Ecuador resultaron ser señuelos, la cocaína fue finalmente mandada desde el puerto de Santos en Brasil. Eran 373 kilos, según la Policía Nacional, que venían camuflados en un buque cargado de vidrio. Una vez confiscada y analizada la cocaína, quedó a recaudo de las autoridades en el más absoluto secreto.
El primo de El Chapo, el político de bajo nivel y otros dos miembros del cártel de Sinaloa estaban en España para cerrar el negocio. En esa ocasión estuvieron cuatro días en Madrid, en los que aprovecharon para “hacer turismo, pegarse buenos homenajes gastronómicos e ingerir grandes cantidades de alcohol, casi todo costeado por los agentes infiltrados del FBI”, recuerda L.M., que les estaba realizando el seguimiento sin descanso. “Una de esas noches, se pusieron a cantar rancheras en medio de la plaza de Santa Ana hasta las tantas de la madrugada”, rememora el agente encargado de la operación.
El día de los arrestos, L.M. detuvo a Celaya en la madrileña calle Capitán Haya y, desde allí, partió rápidamente a realizar la detención de los otros tres narcotraficantes, que habían estado reunidos en el Hotel Ritz. Posteriormente, cruzaron la plaza de Neptuno y continuaron las conversaciones en el Hotel Palace. A la salida, fueron arrestados en la puerta, a escasos metros del Congreso de los Diputados.
“Fue detenido un primo de El Chapo Guzmán. Hubiéramos deseado que viniera el propio Chapo, pero como saben los compañeros de México que están aquí, eso es muy difícil”, bromeó en rueda de prensa un portavoz de la Policía a quien acompañaba L.M. Ahora, Cambio16 ha podido saber que detrás de esa mueca se escondía una gran verdad desconocida: El Chapo quería establecerse en España. Con esa hipótesis trabajó durante meses L.M. bajo las indicaciones del propio FBI.
El periodista Alejandro Almazán, experto en la vida y delitos de El Chapo y autor de una biografía novelada del capo llamada El más buscado, considera creíble esta posibilidad: “Nunca había escuchado que preparase instalarse en España, pero no me parece disparatado. Es sabido que él ha viajado a varios lugares. Sin embargo, es una persona muy local, a la que le gusta su pueblo, pasear por su tierra, vivir aquí… a no ser que estuviese arrinconado o preparando su retiro”, declaró a Cambio16 el periodista.
El exagente de la DEA Mike Vigil cree que El Chapo no se hubiera atrevido a viajar a España: “Nunca ha intentado salir de México porque sabe que los gobiernos de otros países lo pueden poner en una avioneta y mandarlo a Estados Unidos, pero estando en su país puede pelear por no ser extraditado e incluso escaparse”.
Más allá de la intención de Guzmán de instalarse en nuestro país, la operación que dirigió desde España L.M., en colaboración con el FBI, sí pudo influir en la detención de El Chapo en 2014, la que tuvo lugar antes de la famosa fuga del narcotraficante a través de un túnel por el subsuelo de la cárcel. “Desde su refugio estaba hablando telefónicamente con su primo que se encontraba en España y había una vigilancia satelital de esa comunicación. Imagino que les puede haber servido bastante”, afirma el inspector jefe.
El proceso que se sigue en New Hampshire por esta operación podría ser crucial en la vida de Guzmán. En el caso, donde se juzgó y condenó a los cuatro narcotraficantes que visitaron España tras su extradición por parte de la Audiencia Nacional, se adjuntan audios con la voz del propio Chapo negociando los detalles de los envíos de droga. Guzmán tiene ocho casos pendientes en seis estados americanos. Sólo en uno de ellos, en el que tiene abierto en Chicago, los fiscales cuentan con grabaciones como las del caso en New Hampshire. Ahora, el que fuera el narcotraficante más buscado del mundo hasta hace días, se encuentra recluido en la prisión de El Altiplano mientras sus abogados luchan por evitar su extradición a Estados Unidos. Los grandes capos colombianos de la droga solían decir que preferían “una tumba en sus países que una cárcel en Estados Unidos”. Guzmán pensó en España para evitar ambos desenlaces.
BAILE DE CIFRAS
En el cargamento de cocaína que se incautó en el puerto de Algeciras la Policía comunicó oficialmente que había 373 kilogramos, con una pureza que “superaba el 80%”, aseguró el agente L.M. Según explicó, el precio del alijo de droga en la calle alcanzaría los 9 millones de euros.
Teóricamente iban a llegar 375 kilogramos, pero un comisionista en Brasil debió quedarse su parte. Aun así, la corte que juzga el caso habla de 346 kilogramos. Un baile de cifras que L.M. no se puede explicar, remitiéndose a la información oficial de las autoridades españolas.
Eso sí, el agente confirma que “52 kilogramos fueron enviados a Estados Unidos como evidencia para aportarla como prueba al proceso judicial”. Esta cantidad tampoco explica la discrepancia en las cifras.
CUANDO RECHAZAMOS ENTREVISTAR A ‘EL CHAPO’
Septiembre de 2013. El equipo de investigación de Univisión estaba preparando el reportaje especial ‘El Chapo Guzmán, el eterno fugitivo’, ganador de un Emmy en 2014. Gerardo Reyes, el director del departamento, recibió una llamada. El Chapo aceptaba ser entrevistado, pero ponía una condición: “Todo lo que se transmita debe contar con mi aprobación”. La decisión fue unánime. Así lo explicó Reyes: “En Univisión no dejamos que presidentes o ministros revisen nuestros contenidos, mucho menos un narcotraficante”. En la entrevista publicada por la revista Rolling Stone se puede leer: “Se llegó a un acuerdo con el entrevistado conforme al cual este artículo se sometería a su aprobación antes de publicarse”.