El presupuesto italiano aún espera por la Comisión Europea (CE). El ente comunitario solicitó a Italia ahorros de 2.500 millones a 3.000 millones de euros (3.400 millones de dólares) antes de aprobar su presupuesto para 2019. La información fue divulgada el martes por el diario Corriere della Sera.
Italia envió a Bruselas una versión con enmiendas de su objetado presupuesto. El lunes, una portavoz del ministro de Economía, Giovanni Tria, afirmó que se estaba trabajando para llegar a un acuerdo ese mismo día.
Según el diario, Tria le dijo a Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión de la UE, durante una conversación telefónica, que los vice primeros ministros Matteo Salvini y Luigi Di Maio se oponían a aplicar más recortes porque no querían que el objetivo de déficit del próximo año cayera bajo el nivel revisado del 2,04 por ciento.
Manovra, Conte e la telefonata ai commissari Ue: «Fiducioso nel risultato» https://t.co/sb9v90IYqn pic.twitter.com/XXqKK55SoN
— Corriere della Sera (@Corriere) December 18, 2018
En busca de acuerdos
De acuerdo con el Corriere della Sera, el presidente del Consejo, Giuseppe Conte, llamó la mañana de este lunes a Valdis Dombrovskis y Pierre Moscovici. Ambos son miembros del ala dura de la Comisión. La llamada tuvo el propósito de analizar el tema del presupuesto italiano.
El objetivo sigue siendo evitar el procedimiento de infracción por déficit excesivo. El primer ministro está decidido y convencido de llevar un resultado satisfactorio a casa.
El Vicepresidente de la Comisión Dombrovskis y el Comisionado Moscovici evaluarán la situación del presupuesto italiano mañana durante la reunión de la Comisión. Esto fue anunciado por el portavoz del presidente Juncker.
El presupuesto italiano aún es una incógnita
A pesar de los esfuerzos, el gobierno italiano aún no ha logrado la aprobación de la CE. La negociación con Bruselas sobre la Ley de Presupuestos sigue abierta. Por otro lado, el tiempo continúa corriendo.
Hoy hay un país del Grupo de las siete democracias más industrializadas del planeta que, casi en Navidad, aún no sabe bajo qué ley presupuestaria se regirá cuando regrese de las vacaciones.
Bruselas rechazó en octubre el proyecto presupuestario italiano. La Comisión consideró que no reduciría la elevada deuda del país. Declaró que las cifras suponían un claro incumplimiento de las normas fiscales de la Unión Europea. En la propuesta se preveía que el déficit alcanzase el 2,4 % del PIB. Con ello se buscaba implementar algunas medidas sociales.
Tras el rechazo, Bruselas anunció que se abriría un procedimiento de infracción. El Gobierno italiano cedió y comenzó la revisión de sus cuentas. Roma presentó la semana pasada un plan revisado con un objetivo más bajo de déficit.
Pero aún no se ha llegado acerca de la aprobación del presupuesto italiano. a un acuerdo final con Bruselas, y el Gobierno se reunió el domingo por la noche en una maratónica sesión para aclarar los detalles del eventual pacto.
Incertidumbre en puertas
La siguiente causa de la incertidumbre está en el contenido de la carta que el Ministerio de Economía y el Palazzo Chigi enviaron a Bruselas entre la tarde del domingo y el lunes por la mañana.
En teoría, la misiva tenía que indicar las medidas con las que el gobierno se compromete (al menos) a no aumentar el llamado déficit «estructural» el próximo año.
Ese equilibrio es imposible de medir con certeza, pero es lo que importa en Europa para impedir que un país en problemas se ajuste demasiado el cinturón.
Para evitar un procedimiento en las cuentas, la Comisión Europea solo pide reducir muy poco el déficit «estructural». O al menos no «empeorarlo». Pero aquí es donde el acuerdo no está concretado.
La última propuesta enviada por el gobierno de Roma a Bruselas contiene demasiados ingresos cuyos efectos solo se mantienen por un año. Allí están incluidos desde la venta de edificios públicos hasta el «impuesto ecológico» a automóviles grandes.
Por el contrario, la Comisión Europea solicita entre 2,5 y 3 mil millones de medidas «estructurales». Éstas equivalen al 0,15% o 0,20% del producto bruto. No acepta iniciativas únicamente «temporales». Mientras tanto, el presupuesto italiano sigue en espera.
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