Desde los mínimos alcanzados durante la crisis de deuda, el potencial de crecimiento de la zona euro se ha recuperado. No obstante, sigue por debajo de su nivel previo a la crisis.
El Banco Central Europeo indicó este lunes que el envejecimiento de la población mantendrá a la zona euro sometida a presiones.
El crecimiento moderado ha sido un problema clave para Europa durante la última década. Los indicadores sugieren que un excepcional auge económico en los dos últimos años está empezando a esfumarse, con datos de nuevo por debajo del 2 por ciento.
A través de un boletín económico, el BCE señaló que la tasa que puede mantenerse sin generar una inflación excesiva, cayó a menos del 1 por ciento durante los peores años de la crisis, pero ahora se estima en alrededor del 1,5 por ciento.
«Las estimaciones disponibles indican que el crecimiento potencial de la zona del euro se ha incrementado en los últimos años, aunque sigue siendo más débil que antes de la crisis financiera mundial», dijo el BCE.
Economic Bulletin: The rate of potential growth has largely recovered from its decline during the crisis https://t.co/iKNCoIhVyl pic.twitter.com/7h0dhRL1xj
— European Central Bank (@ecb) November 5, 2018
Subrayó el Banco Central Europeo que el envejecimiento de la población será un factor que en las próximas décadas presionará a la baja este crecimiento. No obstante, por ahora, el bloque monetario parece estar funcionando cerca de su potencial, reseñó Reuters.
«Las restricciones de la oferta pondrán previsiblemente más trabas en el futuro, lo que llevaría a un fortalecimiento gradual del crecimiento salarial y la inflación subyacente«, dijo el BCE.
La economía de la zona euro creció un 1,7 por ciento anual en el tercer trimestre, una gran desaceleración con respecto a los trimestres anteriores. El estudio del BCE sugeriría que cualquier otra caída podría arrastrar al bloque por debajo de su potencial, con lo que las presiones inflacionistas podrían disminuir.
Fortalecer posiciones de capital
El viernes pasado, la Autoridad Bancaria Europea (ABE) sometió a la prueba de estrés a las 48 entidades continentales que cuentan con un mínimo de 30.000 millones de euros en activo y que representan el 70% de los activos totales del sector bancario de la eurozona. De igual forma, el BCE también evaluó otros 60 bancos más pequeños a los que sigue de forma directa.
Tras conocerse los resultados, el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, señaló que una docena de bancos de la zona euro que poseen alrededor del 40 por ciento de los activos del sector necesitan fortalecer sus posiciones de capital.
El BCE había dicho en un principio que consideraría un colchón del 5,5 por ciento en el capital principal CET1 como aceptable en la prueba, pero los comentarios de De Guindos sugieren que el BCE podría estar buscando un nivel más alto.
«Los bancos con coeficientes de capital principal en el escenario adverso por debajo del 9 por ciento muestran una posición de capital más débil, aunque todavía satisfactoria«, dijo De Guindos en una conferencia en Bruselas.
El Ejecutivo del BCE sostuvo que estas 12 entidades, que representan casi el 40 por ciento de los activos totales del sector, deberían aumentar su resistencia. También mejorar las posiciones de capital para enfrentarse a los desafíos futuros y, por lo tanto, serán vigiladas de cerca.
Luis de Guindos: While huge progress has been achieved, the banking union is unfortunately not yet complete. A European deposit insurance scheme is still missing. Such a risk-sharing arrangement would lead to further risk reduction and support financial stability. 5/6
— European Central Bank (@ecb) November 5, 2018
La prueba de estrés y los análisis de solvencia se pusieron en marcha para identificar agujeros de capital y evitar rescates estatales como los llevados a cabo durante la crisis financiera.
Cae ánimo de los inversores
Más de lo esperado cayó el ánimo de los inversores en noviembre, al tocar su nivel más bajo en poco más de dos años.
Según una encuesta que se publicó el lunes esto afecta la confianza las preocupaciones sobre las políticas comerciales de Estados Unidos y el futuro de la industria automovilística de Alemania.
El grupo de investigación Sentix dijo que su índice de confianza de los inversores para la zona euro cayó a 8,8 desde 11,4 en octubre. Los analistas esperaban una caída más pequeña, a 10,1.
La lectura de noviembre fue la más baja desde octubre de 2016 y marcó la tercera caída mensual consecutiva.
Un subíndice sobre las condiciones actuales cayó a 29,3 desde 33,0, alcanzando su nivel más bajo desde abril de 2017. Otro subíndice que mide las expectativas cayó a -9,8 desde -8,3 el mes anterior.
«Las razones de esta evolución son múltiples. Existen factores externos, como las políticas comerciales del presidente de Estados Unidos así como problemas europeos«, dijo Manfred Huebner, director general de Sentix.
Más adelante, Huebner sostuvo que también están la discusión sobre el futuro de la industria automovilística en Alemania, la debilidad del sector bancario y el problema del presupuesto en Italia.
Otro índice que mide la confianza de los inversores en Alemania cayó en noviembre a su nivel más bajo desde febrero de 2016 tras el anuncio de la canciller Angela Merkel de que renunciaría como líder de su partido Demócrata Cristiano en diciembre.
Sentix encuestó a 991 inversores del 1 al 3 de noviembre.
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