Estudios recientes sugieren que las grandes vías fluviales del mundo son más vulnerables a medida que se combinan los efectos de la actividad humana y el cambio climático.
Un artículo del profesor de Geología y Geografía de la Universidad de Illinois Jim Best y del profesor de la Universidad de Southampton, Stephen Darby, adopta un enfoque de gran alcance para examinar la salud y la resistencia de los grandes sistemas fluviales del mundo. Así como sus deltas y su vulnerabilidad a los fenómenos extremos.
En el escrito, publicado en One Earth, advierten que los medios de subsistencia de millones de personas que viven a lo largo de los sistemas fluviales más grandes del planeta están amenazados por una variedad de factores estresantes. Muchos causados por la actividad económica, social y política diaria de los humanos. Otros, por los efectos a largo plazo del cambio climático.
Señalan que los ríos responden a los cambios en el medio ambiente a través de procesos de autoajuste de erosión y sedimentación. Cuando no están estresados por eventos extremos como inundaciones o sequías, estas respuestas generalmente permiten que los ríos absorban los cambios. Sin embargo, los datos de muchos estudios advierten que los grandes ríos se han tornado más vulnerables. “La actividad del ser humano en los ríos es peor que los efectos del cambio climático”, afirman.
Best reconoce que el cambio climático es de gran importancia en términos de cambio de frecuencia e intensidad de inundaciones o sequías”, pero advierte que hay una serie de otros factores estresantes que afectan a los grandes ríos: la represa, la extracción de sedimentos, la contaminación, el desvío de agua y la extracción de agua subterránea. También la introducción de especies no nativas, todo lo cual afecta a los ríos en una escala de tiempo que tiene consecuencias más inmediatas.
Actuación humana en los ríos y el cambio climático
Los investigadores revisaron estudios anteriores sobre los impulsores de las inundaciones en el delta del río Mekong en el sudeste asiático. Afluente que da sustento a unas 18 millones de personas y riega una vasta área agrícola de arroz.
Estos estudios sugieren que el hundimiento del delta, debido a la extracción de agua subterránea, ahora es más problemático. La región recibe mucho menos sedimento por la captura de esos sólidos por las presas aguas arriba y la extracción de arena a gran escala del lecho del río.
«La escala de los efectos de la actuación humana y el hundimiento de sedimentos elevan el riesgo de inundación. Esta situación es mayor que el aumento del nivel del mar generado por el cambio climático global”, afirma.
La política también juega un papel importante en la salud y la capacidad de recuperación de los principales sistemas fluviales del mundo. Los autores refieren que la actual pandemia de COVID-19 influye en la aplicación regulatoria del control de la contaminación en Estados Unidos. Los contaminadores evitar sanciones con la excusa de que las violaciones son el resultado de la pandemia.
«También hemos visto evidencia del efecto de la actuación humana. En los choques políticos y sociales en los sistemas fluviales en el pasado”, comentaron. “El estrés de la Guerra del Golfo provocó un aumento de la contaminación del río en la cuenca del río Tigris-Éufrates. Una situación que también se vio agravada por la represa aguas arriba en Turquía».
Los investigadores enfatizan una necesidad urgente de gobernanza a nivel local y a nivel internacional para enfrentar estos problemas de manera efectiva.
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