Activistas ambientales tiñeron de rojo brillante el agua de dos fuentes en Trafalgar Square de Londres. La sorprendente manifestación de protesta correspondió al grupo Animal Rebellion que pide al Gobierno evite futuras pandemias y ponga fin a la agricultura industrial.
Las emblemáticas fuentes amanecieron teñidas de rojo para asombro de vecinos y autoridades. Los manifestantes rodearon la plaza para llamar la atención sobre lo que creen que es la verdadera causa de la crisis de la COVID-19: la explotación animal.
Animal Rebellion se define como un movimiento de justicia animal y climática. Tiene por objetivo declarado usar la desobediencia civil no violenta para obligar a la acción del gobierno hacia un sistema alimentario menos hostil con el ambiente.
Los activistas vertieron tinte rojo en las fuentes, poniéndose de rodillas en el agua. Otros, vestidos como criaturas marinas, portaban pancartas que decían «ebullición global» y «no me molesten».
Animal Rebellion dijo en un comunicado que «exigen que el gobierno evite futuras pandemias poniendo fin a la cría de animales; y que “adelante la transición a un sistema alimentario a base de plantas».
El grupo señaló que el rojo con el que tiñeron las fuentes simboliza la «sangre que está en manos del gobierno del Reino Unido».
Razones para teñir de rojo las fuentes de Londres
Stephanie Zupan, representante de Animal Rebellion, argumentó las razones para teñir de rojo dos fuentes de Londres.
«El gobierno debe comenzar una transición hacia un sistema alimentario basado en plantas. O arriesgarse a futuras pandemias zoonóticas de proporciones catastróficas» indicó.
Refirió que las enfermedades zoonóticas son aquellas que se transfieren de animales a humanos. Se cree que la COVID-19 se originó en un animal en un mercado de Wuhan a finales de 2019. Los denominados mercados húmedos, donde se comercializan animales vivos, han estado implicados en brotes anteriores de coronavirus, en SARS particulares.
“Estamos en un punto de inflexión en la historia humana”, advirtió el grupo con sus manos también teñidas de rojo.
Sostiene que “cada día se hace más claro que el Gobierno no es capaz de sacarnos del desorden del coronavirus o prevenir la descomposición climática y el sufrimiento de los animales. Están más preocupados por volver a la normalidad lo más rápido posible”.
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