Una fuerte presión están ejerciendo miles de activistas, escritores y artistas a los líderes mundiales, reunidos en la sede de Naciones Unidas, que deliberan sobre el futuro de los océanos. Piden llegar, de una vez por todas, a un Tratado Global de los Océanos de la ONU. Las discusiones se iniciaron en 2018 y se aplazaron dos años por la pandemia de la covid-19.
Mientras discurren las reuniones e interrupciones, los mares y océanos carecen de normas de protección sobre sus usos y sobreexplotación. Si aprueba el Tratado, el 30% de los océanos del mundo serían áreas de conservación para 2030.
Actualmente se consideran aguas internacionales dos tercios de los océanos. Significa que todos los países tienen derecho a pescar, embarcar e investigar allí. Pero apenas el 1,2% de “alta mar”, como se les llama, están protegidos y la vida marina queda desamparada y en riesgo de sobreexplotación, impactos del cambio climático y el creciente tráfico marítimo.
Como los ecosistemas de «alta mar» están mal documentados, existe la preocupación entre los conservacionistas de que las criaturas puedan extinguirse antes de ser descubiertas. Una investigación financiada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica sugiere que entre 10% y 15% de las especies marinas corren peligro de extinción.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza indicó en negociaciones anteriores que la «gobernanza fragmentada de los océanos» impide la protección efectiva de alta mar. Los grupos ecologistas dicen que en las últimas discusiones hubo avances y se ha impulsado una mayor ambición, pero todavía queda mucho para cerrar un texto adecuado y realmente efectivo.
Todos por un Tratado Global de los Océanos
Esta semana es decisiva para concretar el Tratado Global de los Océanos. Las deliberaciones finalizan el viernes en Nueva York y los activistas hacen sentir su presión. Iluminaron el puente de Brooklyn para exigir un acuerdo sólido que garantice el futuro de los océanos.
La ONU apuntó que las conversaciones se reanudaron con el mismo espíritu de compromiso que prevaleció en 1982, cuando se adoptó la histórica “Constitución de los Océanos”. El nuevo debe abordar la conservación y, sobre todo, el uso sostenible de la biodiversidad marina en las áreas del océano fuera de los límitesde los Estados.
La sesión se convocó por decisión la Asamblea General. Se espera que sea la última para la redacción de un instrumento internacional jurídicamente vinculante. En lía con la Convención de las Naciones Unidas de 1982 sobre la Ley del Mar, en cuanto a conservación y uso sostenible de la diversidad biológica es áreas sin jurisdicción nacional.
“Tengo la esperanza de que podamos hacer un progreso real y finalizar el acuerdo lo antes posible”, dijo la presidenta de la Conferencia Intergubernamental, Rena Lee. “Esforcémonos por cumplir con un acuerdo que sea justo, equilibrado, implementable y que atraiga la participación universal”, argumentó.
En la Conferencia de los Océanos en Lisboa que se efectuó en Portugal recientemente se propuso revertir el deterioro de la salud, la resiliencia y la productividad del océano y sus recursos.
Por la protección y cuidado de los océanos
Miles de actores, artistas, escritores y activistas reclaman a los gobiernos un Tratado Global de los Océanos que proteja la alta mar. En el grupo aparecen Javier y Carlos Bardem, Alejandro Sanz, Alec Baldwin, Susan Sarandon, Jane Fonda, Álvaro Longoria y Ted Turner.. En una carta pública por Greenpeace estas personalidades piden a los Estados miembros de la ONU un acuerdo «ambicioso» y cuanto antes.
«El futuro de los océanos se decide en Naciones Unidas, donde los gobiernos negocian un nuevo Tratado Global de los Océanos. El resultado determinará el destino de nuestro planeta azul por siglos», señalaron.
Los firmantes subrayaron que la crisis que viven los mares es el resultado de la pesca industrial o la minería en los fondos marinos. Todos defienden el objetivo de proteger al menos el 30 % de la superficie de los océanos para 2030, como ya se han comprometido decenas de gobiernos. «Es fundamental que de las negociaciones salga un tratado sólido», insistieron.