Por Andrés Tovar
22/07/2018
La carta contra el acoso a Inés Arrimadas firmada esta semana por mujeres de diversos ámbitos es más que una misiva pública de solidaridad. Difundida el viernes en el diario ABC bajo el título En defensa de Inés Arrimadas, las mujeres firmantes -de la política, cultura, derecho o medicina- muestran su rechazo «frente a quienes insultan, amenazan, rompen el debate y corrompen nuestra sociedad democrática». Por ende, reivindican «una convivencia en libertad».
Un reclamo más que legítimo. A raíz del centelleante ascenso de Ciudadanos en Cataluña, los ataques personales, insultos machistas, boicots de actos e inclusive amenazas de muerte han formado parte de la jornada de Inés Arrimadas. La jefe naranja se ha visto inmersa en los últimos tiempos en un atmósfera de hostigamiento permanente fruto, sobre todo, de dos circunstancias: su férrea defensa de la unidad de España frente al absolutismo independentista. Sin contar el hecho de ser una mujer en un puesto de gran responsabilidad.
El resultado: ha sido y sigue siendo víctima de insultos impropios de una sociedad democrática que, esperamos los que abogamos por la democracia, sean perseguidas con rigor por la Justicia. Y cómo la «renovación» del nuevo gobierno socialista es feminista e inclusiva hasta para pelear por los sustantivos en los que se debe leer la Constitución, suponemos que pronto tendrá el respaldo de las lideresas del PSOE. A no ser que crean que Arrimadas «ya está lo bastante cómoda con la situación».
La carta contra el acoso a Inés Arrimadas
En la carta contra el acoso a Inés Arrimadas destacan la «persecución implacable» que sufre por no ser separatista. Azuzada por irresponsables políticos secesionistas con sus discursos incendiarios. Algo a lo que la líder naranja jamás le ha bajado la guardia. Al contrario, como lo dijo claramente en la entrevista que le concediera a Cambio16, su tarea ha sido buscar las fórmulas para unir a los catalanes y, sin negar nunca la existencia e influencia de un bando ideológicamente contrario, abrir la mesa normalizar la vida institucional y ciudadana de Cataluña. Como lo dice ella misma. «Hablar de lo que nos une, más que de lo que nos separa«.
En defensa de Inés Arrimadas
«Las abajo firmantes participamos de diversas opiniones políticas, sin embargo establecemos un diálogo abierto y creativo. Dialogar es escuchar, es respetar y encontrar lo común en lo distante. Pero estamos de acuerdo en apoyar sin fisuras a Inés Arrimadas ante los graves ataques sufridos en los últimos tiempos.
Manifestamos nuestra indignación frente aquellos que hacen todo diálogo imposible. Contra quienes insultan, amenazan, rompen el debate y corrompen nuestra sociedad democrática.
El odio y el insulto forman parte de un discurso violento que no debemos permitir. No hay excusas. Inés Arrimadas, ganadora de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña, a causa de no ser nacionalista, sufre una persecución implacable por quienes usan la fuerza y la amenaza como único argumento.
No podemos permanecer en silencio. Defendemos firmemente una Europa de las libertades, en la que una mujer pueda dedicarse a la política sin por ello recibir los insultos más denigrantes y continuos como, tristemente, una y otra vez, ser llamada «puta».
Quienes representan a los ciudadanos catalanes deben ser los que paren este atropello. Se debe perseguir a los que insultan y amedrentan a representantes políticos, democráticamente elegidos. Aplicar la ley del delito de odio es un primer paso.
Pero lo fundamental es darse cuenta de que se trata de una situación insostenible en la que ciertos políticos son responsables con sus discursos racistas y encendidos que nos recuerdan los peores momentos vividos en las calles de Europa.
Hay avisos, antorchas que señalan que la situación es peligrosa. No lo ignoremos. Además es aún más inquietante que se use la amenaza a la mujer en sí, de manera específica, lo que indica algo tenebroso que recorre el inconsciente colectivo».