Un histórico acuerdo entre el gobierno de Joe Biden con tribus nativas americanas y grupos conservacionistas incluye disposiciones orientadas a la eventual eliminación de cuatro de esas represas en la cuenca del río Columbia. También contempla la preservación del salmón y otras poblaciones de peces endógenos.
El acuerdo de conciliación destina unos 300 millones de dólares a proyectos de restauración del salmón en el noroeste del territorio estadounidense, en la costa del Pacífico. También mejoras de los criaderos existentes que han ayudado a preservar las poblaciones de peces nativos.
Las tribus involucradas en el acuerdo son la Nación Yakama, la Tribu Nez Perce, las Tribus Confederadas de la Reserva India Umatilla y las Tribus Confederadas de Warm Springs. Todas están comprometidas a patrocinar el desarrollo de más de 3 gigavatios de energía renovable.
Por su parte, el gobierno financiará estudios que determinen cómo podrían ser reemplazados los servicios y beneficios proporcionados por cuatro represas en el río Lower Snake, un afluente del río Columbia.
La extinción de peces nativos por las represas
Las tribus y los grupos conservacionistas argumentan que las represas son responsables de la fuerte disminución de los peces nativos en la cuenca del río Columbia. En particular el salmón y la trucha arco iris. Alguna vez florecieron 16 tipos de salmón y trucha arco iris en el río Columbia y sus afluentes. Y más de 16 millones de peces regresaban al río cada año para procrear. Sin embargo, desde finales del siglo XIX, cuando se construyeron represas a lo largo del sistema fluvial, esas poblaciones se han desplomado. Cuatro especies de peces están extintas, siete están en peligro de extinción y solo una permanece cerca de su población histórica.
Las represas impiden que los peces viajen río arriba hasta sus zonas de desove e interfieren en su reproducción. A medida que los ríos se calientan debido al cambio climático,la especies cuentan con menos agua habitables a las cuales migrar. “Muchos de los cursos del río Snake están al borde de la extinción y esa no puede ser la opción”, dijo Corrine Sams, presidenta del comité de vida silvestre de las Tribus Confederadas de la Reserva India Umatilla.
No todos están contentos
El acuerdo subraya el debate nacional sobre el papel debería desempeñar a la energía hidroeléctrica en la transición a la energía limpia. Además de los daños ecológicos, un creciente conjunto de pruebas muestra que los embalses liberan una cantidad de emisiones de CO2 y metano, un gas que es 80 veces más potente que el dióxido de carbono en el calentamiento de la atmósfera. Las emisiones son resultado de la descomposición de materia orgánica, incluida vegetación, animales muertos y los escurrimientos de fertilizantes, que en grandes cantidades se acumulan detrás de las represas y se descomponen en los embalses.
No todos estaban contentos el acuerdo para eventualmente eliminar algunas represas. Los legisladores republicanos, los operadores de energía hidroeléctrica y los agricultores de trigo lo critican. Argumentan que aumentaría las tarifas de electricidad, reduciría el acceso al riego, interrumpiría el tráfico de barcazas e impactaría negativamente los beneficios recreativos.
Varios republicanos, en una carta al presidente Joe Biden, afirmaron que “literalmente millones de residentes del noroeste fueron privados de una representación justa”. Los funcionarios de la Casa Blanca rechazaron el argumento y conminaron al Congreso a actuar para derribar las represas. «Se trata de una prerrogativa del Congreso y tendrá que afrontarlo», dijo el asesor principal de la Casa Blanca, John Podesta.