En pocas semanas Estados Unido ha elevado sus compromisos para frenar el cambio climático, pero en simultáneo ha impulsado la liberación de 50 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas. Aunque la decisión del presidente Joe Biden parece contradecir su visión climática a largo plazo, algunos ambientalistas la apoyan.
No es la primera medida que va en sentido contrario. Recientemente autorizó la subasta de nuevas y cuantiosas perforaciones de petróleo y gas en el Golfo de México. Sin embargo, hasta el momento, los activistas lo respaldan y, por su puesto, los demócratas.
El plan de liberación, según la Casa Blanca, busca bajar los precios del petróleo y de la gasolina antes de la ajetreada temporada de viajes de fin de año. Y evitar el traslado directo de esa escalada de precios a los bienes y servicios del consumidor final.
Prevé 32 millones de barriles de petróleo como un intercambio durante los próximos meses. Crudo que eventualmente regresará a la Reserva Estratégica de Petróleo en los próximos años, así como 18 millones de barriles que «se corresponden con una venta de petróleo que el Congreso había autorizado previamente”.
Biden, argumentan analistas, había advertido en privado que recurrir a la reserva no serviría de mucho para aliviar los problemas actuales. Pero algunos legisladores demócratas afirmaron que podría suponer un alivio temporal en las gasolineras. El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, estuvo al frente de la propuesta.
Estados Unidos toma la decisión coordinado con otras naciones consumidoras importantes de energía, como China, la India, Japón, la República de Corea y el Reino Unido.
¿Biden contradice su visión climática?
La orden de liberar 50 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de EE UU, en un intento por bajar los precios del combustible, desdice de la visión climática de Biden, incluida la promesa de una reducción del 50% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
Sin embargo, algunos defensores del clima dijeron que no les preocupaba la medida porque la ven como una solución a corto plazo para resolver un problema específico. Ed Markey, senador demócrata de Massachusetts, que se ha centrado en combatir el cambio climático, dijo que Biden estaba «tomando medidas efectivas. Para proteger a los estadounidenses del aumento excesivo del precio del petróleo». Incluso cuando el gobierno continúa impulsando la energía renovable que espera que eventualmente signifique menos dependencia de los combustibles fósiles.
«Para eso están las reservas: defender nuestra economía contra las interrupciones», tuiteó Markey. «La especulación no puede quedar sin respuesta. Especialmente porque las grandes petroleras ganan miles de millones y alimentan la crisis climática a través de las exportaciones».
La Reserva Estratégica de Petróleo es un volumen de emergencia para preservar el acceso al petróleo en caso de desastres naturales, problemas de seguridad nacional y otros eventos. Mantenidas por el Departamento de Energía, las reservas se almacenan en cavernas creadas en domos de sal a lo largo de las costas del golfo de Texas y Luisiana, reseña Associated Press. Hay unos 605 millones de barriles de petróleo en la reserva.
Demócratas apoyan medidas puntuales
Markey y otros demócratas instaron a Biden a liberar petróleo de la reserva para reducir los precios a los consumidores. También pidieron al presidente que restablezca la prohibición de las exportaciones de petróleo crudo que se levantó en 2015. Biden no ha hecho ningún movimiento para volver a imponer la prohibición de las exportaciones. Derogada por los republicanos del Congreso en un interés por afirmar el dominio energético estadounidense y promover la producción de energía doméstica.
Biden tiene autoridad bajo la legislación para declarar una emergencia y limitar o detener las exportaciones de petróleo hasta por un año, pero no se espera que lo haga, tal vez manteniendo su visión climática.
Kelly Sheehan, directora senior de campañas de energía del Sierra Club, elogió las acciones de Biden como una forma de aliviar la carga energética de los estadounidenses. Agregó que el alza actual de los precios del petróleo era un recordatorio de que «la única forma de lograr realmente la seguridad energética es alejarse rápidamente de los combustibles fósiles riesgosos como el petróleo y el gas y facilitar el acceso de más personas a la energía limpia».
Lorne Stockman, director de investigación de Oil Change International, un grupo ambientalista enfocado en crear un «futuro libre de fósiles», señaló que Biden debería haber actuado antes. Aunque solo fuese para contrarrestar el aluvión de críticas republicanas que lo culpan de los altos precios de la gasolina. “Siempre se culpa a los presidentes de los altos precios de la gasolina, tengan algo que ver o no”, agregó.
Stockman calificó la medida como un pequeño paso para brindar alivio a corto plazo a los consumidores estadounidenses.
La política moldea las opiniones
Biden dijo en la Casa Blanca el martes que el aumento en los precios de la gasolina hizo necesaria la medida, peo aseguró que no lo distraería de sus ambiciones más amplias de avanzar hacia la independencia energética.
«Mi esfuerzo para combatir el cambio climático y mantener mi visión climática no está aumentando el precio del gas. Lo que está haciendo es aumentar la disponibilidad de trabajos en la construcción de autos eléctricos, como el que manejé en una fábrica de GM, en Detroit. la semana pasada», argumentó.
Insistió en que los estadounidenses que compren autos eléctricos ahorrarán hasta 1.000 dólares en costos de combustible este año, insistió. «Y pondremos esos ahorros al alcance de más estadounidenses y crearemos empleos instalando paneles solares, baterías y bombas de calor eléctricas. Nuestra economía y los consumidores son menos vulnerables a este tipo de picos de precios cuando hacemos eso», subrayó.
La pandemia de coronavirus ha sacudido los mercados energéticos. Cuando comenzaron los cierres en abril de 2020, la demanda colapsó y los precios de los futuros del petróleo se volvieron negativos. Los comerciantes de energía no querían quedarse atascados con crudo que no podían almacenar. Pero a medida que la economía se recuperó, los precios subieron a un máximo de siete años en octubre.
El senador John Barrasso, republicano de Wyoming, calificó el uso de la reserva estratégica como «intentos desesperados de abordar un desastre causado por Biden». Y no sustituye al aumento de la producción de energía estadounidense.