Por Cambio16
El copiloto del avión que se estrelló el martes en Francia se quedó solo en la cabina y accionó el botón de descenso. La Fiscalía de Marsella, que investiga el accidente, ha informado en rueda de prensa sobre lo que ha revelado el análisis del audio de una de las cajas negras. «Fue una acción voluntaria del copiloto», ha sentenciado Brice Robin, el fiscal de Marsella encargado del caso.
La Fiscalía ni ha coinfirmado ni desmentido que pueda tratarse de un suicidio, aunque ha matizado que el copiloto habría hecho colisionar el aparato «sin aparentes razones terroristas». Por otro lado, ha asegurado que se escucha respirar con normalidad al copiloto hasta el final de la grabación de la caja negra.
El relato de lo sucedido, que apunta hacia un hipotético desequilibrio psicológico del copiloto, sin descartar otras motivaciones, ha estremecido a Francia.
La Fiscalía ha confirmado que el piloto salió de la cabina y que el copiloto se negó a abrirle la puerta. Además, ha explicado que desde los atentados del 11-S, los aviones cuentan con un sistema de seguridad que hace que una vez que se sale de la cabina, la puerta se autobloquea y sólo puede ser abierta desde dentro.
El copiloto fue identificado por los investigadores franceses como Andreas Lubitz, de 27 años y nacionalidad alemana. Paris Match ha publicado su fotografía.
The New York Times y Le Monde habían publicado, antes de estas declaraciones de la Fiscalía, que uno de los pilotos salió de la cabina y no pudo volver a entrar.
El diario francés señala que estas revelaciones alejarían la tesis el accidente como causa y que se empieza a especular con un posible suicidio o un acto deliberado.
Por otra parte, el Gobierno español ha rebajado a 50 la cifra de los españoles que han perdido la vida en el avión de Germanwings que se estrelló este martes en los Alpes franceses. Así lo han confirmado en rueda de prensa, tras la tercera reunión del gabinete de crisis creado por el Gobierno, los secretarios de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, y de Seguridad, Francisco Martínez.
¿Qué sucedió en la cabina?
En los primeros 20 minutos, el copiloto mantuvo una conversación «normal y cortés» con el comandante, pero cuando se oye al comandante preparar el informe para el aterrizaje en Düsseldorf, el copiloto responde de forma «lacónica».
En ese momento, el comandante le pide al copiloto que tome el mando -presumiblemente para ir al aseo a hacer sus necesidades- y se escucha el movimiento de una de las butacas y una puerta que se cierra.
Una vez que se queda solo, el copiloto acciona el sistema de descenso y ya no vuelve a hablar hasta el momento de la colisión.
El comandante de la nave trata de regresar a su puesto, para lo que llama a la puerta y se identifica varias veces a través del timbre, pero al no poder abrirla trata de derribarla por la fuerza. Incluso llega a intentar abrirla con un hacha, según fuentes de seguridad citadas por le diario alemán ‘Bild’.
Los controladores aéreos de la torre del aeropuerto de Marsella tratan de contactar con él y lanzan un mensaje de socorro, pero Lubitz permanece en silencio y solo se escucha una respiración «normal», según el fiscal, hasta el momento del impacto.
«Ignoramos la razón, pero puede analizarse como una voluntad de destruir el avión», señaló el fiscal de Marsella.
Las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder hasta el último momento, porque en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del choque, según explicó en la rueda de prensa Robin, que descartó que el copiloto hubiese sufrido un desvanecimiento.
El copiloto
Lubitz, que había comenzado a trabajar para Lufthansa -matriz de la aerolínea de bajo coste Germanwings- en 2013, tenía una experiencia de 630 horas de vuelo.
Según el fiscal, las pesquisas se centran en el entorno del joven, cuya familia se ha desplazado hasta el lugar de los hechos pero no se ha juntado con los allegados de los pasajeros.
Lubitz nació en Montabaur, en el estado federado de Renania-Palatinado (oeste de Alemania), y no estaba fichado por las autoridades judiciales francesas.
«Normalmente, cuando te suicidas, te suicidas solo, por eso no he pronunciado esa palabra, pero efectivamente te puedes plantear legítimamente la cuestión», indicó el fiscal a los medios.
Casos similares
En la historia de la aviación ha habido más casos en los que un avión ha sido estrellado deliberadamente por un piloto. El más reciente se produjo en noviembre de 2013 cuando un piloto aprovechó la ausencia de un copiloto e hizo estrellar en Namibia su avión con 33 personas a bordo.
El suceso de este tipo con más víctimas se produjo en octubre de 1999. Un total de 217 personas que iban en un Boeing 767 murieron tras haber despegado de Nueva York.
Las víctimas
La lista provisional de víctimas mortales aportada el miércoles por el Gobierno germano, a partir de las informaciones facilitadas por Germanwings, apunta que cerca de la mitad de las 150 víctimas mortales eran ciudadanos alemanes.
El presidente de la aerolínea, Thomas Winkelmann, afirmó que esa lista incluye a 72 alemanes y a 35 españoles, cifra que no casa con la de las autoridades españolas, que hablan ahora de 50 muertos nacionales.
Además, hay constancia de que en el aparato siniestrado viajaban dos australianos, dos argentinos, dos iraníes, dos venezolanos, dos estadounidenses, un británico, un holandés, un colombiano, un mexicano, un japonés, un belga y un israelí.
Búsqueda
Por su parte, los servicios de rescate franceses emprenden este jueves una nueva jornada de búsqueda para recuperar los restos del avión.
Es el tercer día en el que el dispositivo técnico y humano puesto en marcha por las autoridades trabaje en la zona de los Alpes franceses donde tuvo lugar la catástrofe.
Como en los dos días anteriores, lo esencial del esfuerzo de este jueves consistirá en afrontar las dificultades que supone acceder a la zona por lo escarpado del terreno, a casi 2.500 metros de altura, y por las difíciles condiciones climáticas.