Por Benito Guerrero
15/10/2017
Después del gran éxito obtenido por la exposición dedicada a Escher, Arthemisia abre al público en Madrid a partir de hoy en el Palacio de Gaviria una muestra dedicada a las icónicas figuras femeninas llenas de sensualidad de Alphonse Mucha, artista checo considerado como el inventor del Art Nouveau.
Se trata de una amplia retrospectiva con más de 200 obras pertenecientes a la Mucha Trust Collection, organizada y producida por Arthemisia en colaboración con la Fundación Mucha y comisariada por Tomoko Sato, conservadora de dicha fundación desde 2007. La muestra en el Palacio de Gaviria analiza el desarrollo de la carrera de Mucha y las metas de un artista poliédrico y visionario. El espacio expositivo está dividido en seis secciones que pretenden mostrar los diferentes aspectos de la personalidad del artista checo: bohemio, creador de imágenes para el gran público, cosmopolita, místico, patriota y filósofo.
Hoy en día, Alphonse Mucha es considerado como uno de los artistas checos más famosos del mundo. Nacido en 1860 en la pequeña ciudad morava de Ivančice, alcanzó fama internacional en el París fin de siècle (finales del siglo XIX) gracias a sus carteles para los espectáculos teatrales de Sarah Bernhardt, la actriz francesa más popular de la época, así como a los paneles decorativos que representaban a mujeres en posturas airosas.
Para sus carteles, Mucha desarrolló un estilo particular, caracterizado por composiciones armoniosas, formas sinuosas, líneas orgánicas y paletas de colores tenues. El «estilo Mucha» no tardó en convertirse en sinónimo de Art Nouveau, tendencia decorativa que definiría toda una época.
Cuando en 1900 se inauguró la Exposición Universal de París el artista checo ya estaba considerado una de las figuras destacadas de ese nuevo movimiento artístico. En 1904 visitó por primera vez Estados Unidos, donde le recibieron como a un héroe: la prensa le definió como «el mejor artista decorativo del mundo» y le convirtió en uno de los primeros de su campo en alcanzar la fama tanto en Europa como en Estados Unidos.
Aunque es conocido principalmente por los carteles que realizó durante su periodo parisino, Mucha hizo gala de una versatilidad extraordinaria; y es que, además de las actividades de pintor, escultor, fotógrafo y diseñador con una amplia gama de soportes, también fue un profesor de arte particularmente brillante y un pensador político. Era un firme defensor de la independencia de su patria del Imperio de los Habsburgo y supo expresar con fuerza el sueño de la unidad de los pueblos eslavos, escogiéndolo como tema de las obras de su último periodo artístico, en particular para el ciclo de veinte cuadros históricos monumentales titulado Epopeya eslava (1911-1926).