Ahora cuando algunos países están saliendo de la cuarentena por la COVID-19, entre ellos, España, podría surgir aún más la necesidad de recibir un abrazo. Sin embargo, abrazarse con precaución puede ser un dilema en la “nueva normalidad”.
El contacto físico y, en particular, las relaciones sanas son un factor fundamental en la salud mental. Así lo afirma Facundo Manes, neurocientífico y neurólogo argentino, en el portal de conferencias Aprendemos Juntos.
En la charla Seis consejos para cuidar la salud de tu cerebro habla de la importancia del contacto humano, del optimismo, del ejercicio, de la buena alimentación y de aprender cosas nuevas. Se refiere a los factores que inciden en que el cerebro se mantenga sano en todas las etapas de la vida, pero con especial énfasis en la vejez.
“Somos seres sociales y tener vínculos humanos protege el cerebro. Así que hay que estar conectado, no se aíslen”, recomendó.
En este momento, en el que miles de personas comienzan a salir de sus casas, e incluso de sus países, cobra más importancia el afecto, pero también la protección.
Abrazarse con precaución podría ser un dilema en la «nueva normalidad«, etapa declarada por el gobierno de Pedro Sánchez para referirse al lapso después del 21 de junio ―y hasta cuando se declare el cese de la pandemia, pues se habría encontrado una vacuna contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2―.
A partir de ese día, exactamente desde las 00.00 horas, dejará de regir el estado de alarma, pero se mantendrán las medidas de higiene y distanciamiento social, so pena del pago de 100 dólares por incumplimiento.
La «nueva normalidad» empezó en el norte
Sin embargo, Galicia, con una población de casi 2,7 millones de habitantes, es la única comunidad autónoma que empieza la nueva normalidad el 15 de junio y donde se levantará el estado de alarma.
De acuerdo con la última actualización (134.°) del Ministerio de Sanidad, del 12 de junio, Galicia ha presentado 9.157 casos totales y en los últimos 7 días, 2.933 casos. Los que menos casos tienen en esta última semana son Ceuta (pasa a la fase 3), Melilla y Canarias, con 14, 44 y 950 casos, respectivamente.
Madrid, sin embargo, es la comunidad autónoma con más casos: 70.231 en total y 42.208 en los últimos siete días. Así, Madrid, Segovia, Salamanca, Ávila, Soria, y tanto las zonas sanitarias de Barcelona (Metropolitana Norte y Sur) como la de Lleida siguen en la fase 2.
Así, cinco comunidades más pasan a la tercera fase. De este modo, 3 de cada 4 personas entrarán en dicha fase a partir del próximo lunes. Esto supone, de acuerdo con el ministerio, que 70% de la población (31,3 millones de personas) estarán en la fase 3.
Durante la “nueva normalidad” se terminan las fases de desescalada y se levantan las limitaciones de movimiento que existen en el país. No obstante, se espera que el 15 de junio Baleares abra sus puertas a 10.9000 alemanes, como el primer grupo de turistas en visitar las islas después de entrar en cuarentena desde mediados de marzo.
El 9 de junio el Consejo de Ministros aprobó el real decreto ley que establece las normas para seguir esta nueva etapa. Entre dichas medidas se encuentran el uso obligatorio de la mascarilla cuando no se pueda guardar una distancia física mínima de 1,5 metros, y multas de hasta 100 euros por violaciones de la normativa. Aún falta, no obstante, que el Congreso lo apruebe.
Abrazos con precaución: a favor y en contra
Especialistas opinan acerca de cuán recomendable es dar o recibir un abrazo en este momento. Mientras que algunos consideran que sí lo es, siempre y cuando se tomen las precauciones para evitar un contagio, otros dicen que no.
La BBC citó a Linsey Marr, investigadora especializada en la ciencia de los aerosoles del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, de Estados Unidos. Para Marr, el riesgo que representa un pequeño abrazo, sobre todo si se toman ciertas precauciones, es relativamente bajo.
La especialista llegó a esta conclusión partiendo de cálculos sobre el comportamiento de los virus respiratorios en el aire cuando varias personas se acercan entre sí.
“A partir de allí, calculó, tomando como ejemplo un caso extremo (es decir, un abrazo donde las caras están muy cerca y una persona infectada tose sobre la otra), cuántas gotas puede inhalar una persona de la tos de otra que está infectada, así como cuántas pueden caer sobre sus ojos, nariz y boca”, explicó el medio.
El resultado del análisis fue el siguiente:
- La mayor parte de las gotas caen al piso. Dichas gotas pueden variar, pero en gran medida, según su carga viral.
- Algunas de las partículas que quedan suspendidas son infecciosas.
De este modo, agregó que la persona sana podría estar expuesta a un promedio de dos virus y que el riesgo es muy bajo si quienes se están abrazando usan mascarillas, ven hacia lados opuestos, no tosen y no hablan.
El abrazo ―advirtió― no debe ser eterno ni todo el tiempo. «Cuanto más rápido, mejor». De acuerdo con el medio, un abrazo promedio dura alrededor de diez segundos.
Pero eso sí, después de abrazarse se tienen que lavar las manos.
Contenga la respiración si está muy cerca
Algunos, sin embargo, son más cautelosos. Es el caso de Julian Tang, profesor del Departamento de Ciencias Respiratorias de la Universidad de Leicester, del Reino Unido.
Ante la posibilidad de romper la barrera de los dos metros (algunos hablan de entre 1,5 y 2 metros de distancia), afirma que la proximidad incrementa el riesgo de contagio.
«La transmisión a través del aire aumenta con la proximidad. Si te abrazas, no solo estás cerca de la otra persona, sino que la estás tocando. Solo por eso es riesgoso», aseguró.
A diferencia de Marr, considera que es muy difícil calcular el riesgo de contagio, pues influyen diferentes factores. «Depende de si la persona está infectada y de cuándo se infectó. Si fue hace dos semanas, puede que la carga viral sea baja, pero, si fue hace poco, la carga puede ser alta», explicó.
De acuerdo con la BBC, Tang hizo énfasis en que no se ha podido descifrar la cantidad de partículas virales a la que una persona debe estar expuesta para contagiarse.
Por esa razón, aconseja irse por lo seguro. En otras palabras, si usted puede evitar abrazarse con otra persona, hágalo. No se arriesgue. No obstante, si lo necesita, recomienda que ambos vean hacia los lados opuestos, pongan la cara en el hombro del otro y contengan la respiración. También conténgala en el tiempo en el que estén cerca, dijo.
Difiere de Marr en cuanto a la efectividad de la mascarilla. «El problema con el tapabocas es cuando exhalas, la trayectoria del aire cambia de dirección por la mascarilla. No va hacia adelante, sino hacia los costados, y puede entrar en la zona donde respira la otra persona. Por eso, creo que es importante contener la respiración», dijo.
Cuidar la salud mental
La Asociación Americana de Psicología afirma que durante la pandemia pueden aumentar el aislamiento, la soledad, la angustia, la ansiedad, el estrés y la depresión en personas de la tercera edad, en aquellas que tengan enfermedades físicas preexistentes o los que padezcan problemas de salud mental.
“La pandemia de coronavirus es una crisis epidemiológica y psicológica. La (complejidad) de vivir en forma aislada, los cambios en nuestra vida diaria, la pérdida de trabajo, los problemas económicos y el dolor por la muerte de los seres queridos tiene el potencial de afectar la salud mental y el bienestar de muchos.
Incluso en este momento de distanciamiento físico, es fundamental buscar apoyo social y conexión con los demás. También es importante conocer los signos de ansiedad, ataques de pánico, depresión y suicidio para poder identificarlos fácilmente no solo entre su familia, amigos y vecinos, sino por usted mismo”, señaló.
Situación de la COVID-19
La COVID-19 tiene sus formas de atacar. Esta pandemia, declarada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en marzo de este año, se transmite, sobre todo, por gotículas al estornudar o toser.
Por tanto, la OMS recomienda que nadie baje la guardia: que usen las mascarillas de tela en los sitios donde no es posible el distanciamiento social y donde aún haya contagios.
En este caso, las personas de la tercera edad y aquellas que tienen enfermedades preexsistentes también deben seguir usando sus mascarillas. La misma recomendación va para el personal sanitario (en su caso, las mascarillas médicas) en los recintos de aquellos sitios donde todavía hay brotes.
Hasta este 12 de junio van 7.410.510 casos confirmados y 418.294 fallecidos en todo el mundo. España, que ocupa el sexto lugar después de que India se ubicó recientemente en el cuarto y el Reino Unido en el quinto, tiene 242.707 casos confirmados y 27.136 fallecidos.
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