Por: Pedro Luis Rueda
27/01/2017
Contra todo pronóstico las finales del Abierto de Australia estarán protagonizadas por cuatro tenistas mayores de 30 años y que lideraron hace cinco años la élite del tenis mundial.
Las hermanas Williams, Venus y Serena, con más de 35 años cada una, estarán disputando la final femenina este sábado. Será la novena vez que se enfrenten en un desenlace de Grand Slam, y la historia favorece a la más joven, Serena, que sólo ha perdido contra su hermana en dos ocasiones, 2001 y 2008.
Pero Venus ha vuelto a lo grande, y lo sabe. Su emotiva celebración el jueves tras vencer a su compatriota Coco Vandeweghe, motivó una ovación no sólo en Australia sino en el resto del mundo por demostrar que había trabajado para volver a estar allí.
Serena por su parte, está a punto de regresar al número 1 del Ranking WTA, con sólo tres meses de ausencia, gracias a su poderío demostrado en las canchas de Melbourne.
En la parte masculina, los amantes del tenis disfrutarán nuevamente de una final con dos grandes rivales que marcaron la década pasada y una pequeña parte de la presente, antes de la aparición del fenómeno Novak Djokovic. Rafael Nadal y Roger Federer vuelven a definir un Grand Slam cinco años después y en medio de una situación que le añade mayor atractivo al compromiso del domingo: ambos regresan de dos años de malos resultados y quieren empezar a lo grande este 2017.
Federer domina la serie histórica entre ambos 23 a 11, pero el español ha ganado seis de las ocho finales disputadas entre estos dos de los mejores tenistas de la historia.
Será un fin de semana para recordar años preciados de este deporte, y disfrutar sin ningún estorbo del tenis de estos dos deportistas en una final de un torneo grande, porque quizá pudiera ser la última.