A pocos días de cumplirse el primer año de la guerra rusa en Ucrania, el balance es negativo, incluso para Vladimir Putin. Desde las muertes, heridos, desplazados, refugiados, familias desintegradas hasta gastos en armamentos que podrían dirigirse a otros fines más nobles. Varios analistas repasan los tormentosos eventos sucedidos en estos doce meses y que incluyen además, una crisis energética que persiste, una dolorosa crisis humanitaria y graves denuncias de crímenes de guerra.
La orden de invadir a Ucrania estuvo seguida por la presencia inesperada y violenta de 190.000 soldados rusos en territorios del vecino país. Las acciones hostiles de ese 24 de febrero y días posteriores sorprendieron al gobierno de Volodimir Zelenski, a su población y al mundo. Muchos de los partidarios extranjeros de Rusia esperaban que las defensas más limitadas de Ucrania colapsarían en cuestión de días.
Pero un año después, Rusia ha perdido unos 200.000 hombres, incluidos muchos oficiales militares de alto rango. Y el presidente Vladimir Putin se ha sentido desconcertado por los éxitos del ejército ucraniano y la resistencia de las numerosas milicias de ciudadanos de Ucrania.
Un grupo de historiadores, expertos militares y de inteligencia, y analistas políticos, analizaron cómo se ha desarrollado la guerra y hacia dónde pueden dirigirse el conflicto los eventos. Sus opiniones fueron volcadas en un coloquio organizado por el Proyecto de Inteligencia del Centro Belfer de Ciencias y Asuntos Internacionales de la Escuela Kennedy de Harvard.
Fiona Hill, ex oficial de inteligencia y diplomática, participó en el encuentro. Ella se desempeñó como Directora Principal del Consejo de Seguridad Nacional de EE UU y es especialista asuntos rusos y europeos. Dijo que Estados Unidos y Occidente “todavía están atrapados” en una narrativa histórica sobre Ucrania creada por Putin.
A un año de la Guerra de Rusia en Ucrania
La experta sostuvo que el líder ruso ha enmarcado el conflicto como una amenaza existencial para su nación y lo ha llamado «la Tercera Gran Guerra Patriótica». Una referencia a las invasiones napoleónicas de Rusia en el siglo XIX y las invasiones alemanas nazis en la década de 1940.
“Él quiere que el resto de Europa reconozca que Rusia tiene su propia esfera de influencia. Y, de hecho, tiene derecho a reclamar territorios adicionales”, afirmó Hill, ahora miembro principal de la Institución Brookings. “Es una opinión que muchos en Rusia comparten, no solo el presidente”, agregó según The Harvard Gazette.
La política exterior estadounidense a partir de la década de 1990 ha desempeñado un papel en las percepciones erróneas de Rusia, adicionó Hill. Estados Unidos puso en marcha el conflicto por la forma en que vio la disolución de la Unión Soviética. Reconociendo formalmente a algunos países, como Rusia, como estados sucesores, pero no a otros, como Ucrania, dejándolos en una zona gris geopolítica.
Ambos países han sufrido importantes declives económicos desde la guerra. El 40% de la infraestructura física de Ucrania ha sido destruida, incluida la red eléctrica, mientras que el producto interno bruto cayó un 33%. El Ministerio de Finanzas de Rusia informa que los ingresos anuales cayeron un 35% en 2022, mientras que el gasto aumentó un 59%.
Pero las numerosas sanciones bancarias y comerciales impuestas por EE UU y Europa desde el principio han hecho poco para dañar la capacidad de Rusia para hacer la guerra en Ucrania. Y gracias a la cooperación de aliados como China, India e Irán, los consumidores rusos no han sentido un pellizco significativo en su calidad de vida, dijo Alexandra Vacroux. Directora ejecutiva del Centro Davis de Estudios Rusos y Eurasiáticos de Harvard.
Más apoyo a Ucrania, Rusia continuará el conflicto
Esta situación no significa que a Rusia le esté yendo bien con la guerra en Ucrania. Su economía ya estaba maltratada antes del conflicto, por lo que presionarla aún más, solo hace que la vida sea un poco más difícil para los civiles comunes, menos para el Kremlin. “La única forma de evitar que Rusia luche o gane esta guerra es brindar apoyo militar a los ucranianos”, manifestó Vacroux.
El teniente general retirado del ejército estadounidense Mark Hertling emitió su opinión sobre el conflicto. Dijo que el mayor desafío para el ejército ucraniano será integrar rápidamente todos los diferentes sistemas de armas que están recibiendo de los aliados occidentales.
“La primavera será una carrera entre la movilización rusa y la transformación del ejército de Ucrania”, subrayó Hertling. «Señor Putin, creo, ha tomado una decisión activa para movilizar fuerzas en las líneas del frente. Metiendo tantos cuerpos en esto (en un) para intentar recuperar terreno” y obtener una influencia adicional para atraer a Ucrania a cualquier negociación futura.
Hertling espera que Rusia probablemente aumente los ataques con misiles. Y que sus fuerzas aéreas y navales continúen atacando a Ucrania. Los ejercicios militares en Bielorrusia son una artimaña y no una prueba de que las fuerzas de la nación tomarán las armas contra Ucrania. Pero, precisó, que las fuerzas rusas pueden usar a Bielorrusia como punto de entrada.
La agenda de Putin, para acabar con Ucrania como Estado y los ucranianos como pueblo, es de larga data. Y está arraigada en la sociedad rusa y por los agentes de poder de la nación. “Ciertamente sobrevivirá” al régimen de Putin y no se verá limitado por los contratiempos actuales en el campo de batalla, señaló Nataliya Bugayova, investigadora de Rusia en el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
Un desastre para ambos países, pero más para Rusia
Bugayova consideró que “toda la conversación sobre cese al fuego, acuerdos de paz prematuros y negociaciones, no son rampas de salida para el Kremlin. Son rampas de entrada retrasadas para perseguir los mismos objetivos, solo que en mejores circunstancias”, comentó.
Aún no está claro si la guerra en Ucrania terminará en 2023. Pero “es potencialmente un año decisivo”, indicó Rolf Mowatt-Larssen. Ex oficial de contraterrorismo nuclear de la CIA y ahora miembro principal del Belfer Center.
El conflicto ha sido “un desastre” para ambos países, especialmente para Rusia, señaló. “Las formas en que Rusia ha sido dañada por esto estratégicamente superan con creces lo que (puede) ganar en Ucrania. Incluso si (prevalece) hasta cierto punto en el campo de batalla”, añadió.
Las cosas que Putin más temía eran que Ucrania se acercara más a la UE y una OTAN más fuerte y unificada. Y ambas cosas tienen que suceder, y algo más. “Cualquier amenaza que (Putin) pensó que la OTAN podría haber presentado a Rusia, la ha superado con creces al dañar sus propios intereses. Por una amenaza militar que la OTAN nunca planteó”.
La “mayor preocupación” de Mowatt-Larssen es que, en algún momento del próximo año, Putin decida que su ejército ya no es capaz de recuperar lo que él considera territorios rusos.
“Esa es una condición en la que creo que Vladimir Putin usará armas nucleares tácticas”, dijo. Y por qué Estados Unidos debe comenzar a pensar ahora si se puede disuadir a Rusia y cómo responderá EE UU si Rusia las despliega o causa alguna otra víctima masiva.