Al enfrentar un problema tenemos dos formas de reaccionar. Una, dejar que el miedo se apodere de nosotros y retroceder; la otra, avanzar empleando la creatividad, el positivismo y la innovación. Frente a la tragedia que ha sido la pandemia de la COVID-19, la ciudadanía espera que la Unión Europea dé un paso adelante y consiga la valentía para empezar a construir un mundo nuevo –más igualitario, solidario y verde– aprobando los fondos de rescate y destinando una buena parte a poner en marcha el Pacto Verde Europeo.
Construir un mundo nuevo es posible, sobre todo cuando tantos signos y hechos empujan a la humanidad a un cambio profundo en el modo de organización, de producción y de consumo. Antes de la COVID-19, en Cambio16 ya lo veíamos. En mi discurso de los Premios Cambio16 en noviembre pasado me atreví a señalar: “Estamos en una época en la que es probable que algo muy malo suceda, de no producirse un importante y urgente cambio. La situación actual del planeta no es sostenible. Ni desde el punto de vista humano ni desde la naturaleza.
Los hechos indican que las formas de organización humanas y los ecosistemas no aguantan más. Pareciera que la naturaleza está en un punto de quiebre”.
La abrumadora data que me obligó a hacer la afirmación sigue vigente. Si una vez controlada la pandemia del virus SARS-CoV-2 no comenzamos la construcción acelerada del nuevo mundo, volveremos a asfixiantes niveles de contaminación y de destrucción de la biodiversidad. Y, lamentablemente, se desencadenaría otra calamidad, pero de origen medioambiental.
Pacto Verde Europeo
La buena noticia es que desde el 11 de diciembre de 2019 existe un gran plan –el Pacto Verde Europeo– para el desarrollo de ese nuevo mundo, que tendría además la enorme capacidad de poder ayudar a la recuperación social y económica pos-COVID-19. No hay que inventar un nuevo plan Marshall para la reconstrucción de Europa. Basta con poner en ejecución el Pacto Verde que es un tiro a tres bandas: la recuperación social y económica de las naciones más impactadas por la pandemia, la consecución de los extraordinarios objetivos del pacto y Europa, con el ejemplo dado, volverá a ser un importante factor de liderazgo mundial.
El Pacto Verde Europeo es una panacea porque su principal objetivo es mejorar el bienestar de las personas, sin dejar a nadie atrás, mediante medidas y acciones que lleven al continente a ser climáticamente neutral, con la protección del hábitat natural. Tal transformación beneficiará a las personas, al planeta y a la economía, pero requiere alcanzar los siguientes hitos:
i) Ser climáticamente neutral de aquí a 2050. ii) Proteger la vida humana, los animales y las plantas reduciendo la contaminación. iii) Ayudar a las empresas a convertirse en líderes mundiales en productos y tecnologías limpias –líderes mundiales en la economía verde–. iv) Contribuir a garantizar una transición justa e integradora.
Todos, sin importar la inclinación política, debemos exigirle a la Unión Europea la ampliación e implementación del Pacto Verde Europeo, como lo ha propuesto la Alianza Europea por el Pacto Verde, y más cuando un 93% de los europeos juzga que el cambio climático es el peor problema de nuestro tiempo¹.
Propongo la ampliación del Pacto Verde Europeo porque antes del coronavirus la UE contemplaba asignar un trillón de euros en 10 años, pero ahora tenemos la gran oportunidad de ser más ambiciosos y exigir que parte de los fondos de rescate que debe aprobar la UE para ayudar a los afectados por el parón laboral y el confinamiento sean orientados a la implementación del Pacto Verde Europeo.
Los beneficios que obtendríamos directamente cada uno de nosotros con la implementación del Pacto Verde Europeo serían (ver gráfica):
i) Nuevos y más puestos de trabajo. ii) Alimentos más sanos a través de la agricultura y la ganadería regenerativa. iii) Mejor salud para las generaciones actuales y futuras. iv) Viviendas, escuelas y hospitales renovados. v) Mejores alternativas de transporte público. vi) Un aire, un agua y un suelo más limpios. vii) Una energía más limpia y más económica –con la enorme. posibilidad de llegar a la energía sin coste, solo los equipos–. viii) Menos residuos, envases reciclables y reutilizables.
Si no actuamos, el coste será mucho mayor que el dinero que empleemos en el Pacto Verde Europeo. Por ejemplo, se estima, por citar algunas consecuencias nefastas, que en Europa el cambio climático ocasionará 400.000 muertes prematuras al año por la contaminación, 90.000 muertes al año por olas de calor², reducción del agua en un 40% en algunas zonas, más de 2,2 millones de personas expuestas a inundaciones costeras y 190.000 millones de euros en pérdidas anuales si la temperatura media³ del planeta aumenta 3 grados Celsius.
En consecuencia, en Cambio16 queremos recalcar la necesidad de que la Unión Europea apruebe los fondos de rescate sin más dilaciones y proponer su utilización parcial en la puesta en marcha y ejecución inmediata del Pacto Verde Europeo. Ambos puntos comulgan con nuestros ideales dirigidos al bienestar de las personas y a la regeneración del planeta. En 1971 Cambio16 fue el medio de la transición hacia la democracia, hoy es el medio de la transición hacia un mundo nuevo.
- Datos proporcionados por la Unión Europea.
- Fuente: Agencia Europea de Medio Ambiente, Informe 2019
- Fuente: Ciscar y cols., 2014: Climate Impacts in Europe, the European Commission’s Joint Research Centre PESETA II project (El impacto climático en Europa, el proyecto PESETA II del CCI).
Lee también:
Pacto Verde para un mundo nuevo. Cambio16, edición 2.267
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