El líder opositor ruso Alexei Navalni, encarcelado en una celda de máxima seguridad desde junio de 2022, enfrenta un nuevo juicio que podría prolongar en más de 30 años su actual pena de prisión.
El político, defensor de los derechos humanos y férreo opositor de Vladimir Putin, de 47 años, vestido con ropa negra de prisión, compareció a la audiencia para defenderse de nuevos cargos de extremismo. Las imágenes lo muestran muy delgado y envejecido desde la colonia penal IK-6 en Melekhovo, a unos 250 kilómetros al este de Moscú.
Los nuevos cargos incluyen incitar y financiar el extremismo, así como “rehabilitar el nazismo”. Navalni dijo con antelación que apenas le habían dado tiempo para estudiar los materiales presentados en el caso. Incluidos en unos 200 volúmenes o casi 4.000 páginas. Según él y sus seguidores, todas las imputaciones en su contra tienen motivaciones políticas.
Si se condena a Navalni, el caso podría agregar otros 30 años a su pena de prisión que actualmente cumple. Ya ha sido sentenciado a 11,5 años de cárcel por varios cargos que incluyen violaciones de libertad condicional, fraude y desacato al tribunal.
Navalni es una figura carismática que ha desgarrado a la élite del Kremlin con sus investigaciones sobre corrupción. Y ha podido movilizar a personas de todo el país para manifestarse contra el gobierno, lo que lo convierte en una rara fuerza política en Rusia.
En febrero denunció que «Putin lanzó una agresiva e injusta guerra contra Ucrania con motivos ridículos». Y aseguró que las causas del conflicto son «los problemas políticos y económicos dentro de Rusia». Además, de «las ansias de Putin de retener el poder a cualquier precio» y su aspiración de «pasar a la historia como un zar-conquistador».
Abren nuevo juicio contra Navalni
Los nuevos cargos que se le imputan se relacionan con seis artículos diferentes del código penal. Incluida la incitación y el financiamiento de actividades extremistas y la creación de una organización extremista.
Los periodistas no fueron admitidos en la sala. Tuvieron que seguir los procedimientos a través de una transmisión en vivo con mala calidad de audio. El equipo de comunicaciones de Alexei Navalni se quejó de no poder escuchar lo que se está discutiendo y calificó el proceso como un “desorden increíble”. El proceso se llevó a cabo a puerta cerrada porque el tribunal expresó “temores de provocaciones contra los participantes en el proceso”, según la agencia TASS.
Sentado en una mesa larga con sus abogados Vadim Kobzev, Olga Mikhailova y Svetlana Davyodva, Navalni pidió que sus padres pudieran entrar. El juez Andrey Suvorov dijo que considerará la solicitud más adelante. En la audiencia también estuvo presente Daniel Kholodny, exdirector técnico del canal de YouTube Navalni Live, acusado en el mismo caso de extremismo, lo que le acarrearía pena de 15 años.
Tras el inicio de su último juicio, Navalni anunció el comienzo de una nueva campaña destinada a generar oposición rusa a la guerra en Ucrania, según un comunicado publicado en su página web.
“Quiero usar este día para no despertar simpatía por mí y otros presos políticos. Quiero llamar a todos a la acción y usar este día para anunciar nuestro nuevo y muy importante proyecto. Gran máquina de agitación. Máquina de la verdad. No solo queremos hacerlo, sino que definitivamente lo haremos para unir fuerzas en la lucha contra las mentiras de Putin y la hipocresía del Kremlin”, dijo Navalny, según el comunicado.
En contra de la guerra y de Putin
«Vamos a llevar a cabo una campaña electoral en contra de la guerra. Y en contra de Putin. Una campaña larga, tenaz, agotadora. Pero de gran importancia», afirmó antes de la comparecencia en los tribunales.
Según Navalni, «se trata de una tarea muy concreta, y nuestro trabajo será exitoso, no lo dudo». El líder señaló que, ante el nuevo juicio, se debe «llamar a todos a la acción y anunciar un nuevo proyecto, muy importante. Una gran maquinaria propagandística. Una maquinaria de la verdad» para luchar «contra las mentiras de Putin y la hipocresía del Kremlin».
Comentó que el propio juicio que se le ha abierto «demuestra que un proyecto como este es correcto y necesario». Y denunció que es juzgado dentro de una cárcel, porque Putin «teme a la verdad» y sobre todo que esta llegue a las masas.
«En esencia” añadió, “la tarea de fortalecer y prolongar el poder putinista se logra a través de amordazar a todos los que se atreven a decir la verdad». Y recalcó en su escrito que en los últimos tiempos ha aumentado el número de medidas que buscan prohibir e ilegalizar organizaciones y acallar cualquier opinión diferente.
La campaña, aseguró, no será en las calles, en piquetes o protestas, sino en las redes sociales, en los espacios digitales, ya que «cualquier abuelita tiene WhatSapp y Telegram». E incluso puede aprender a dominar los sistemas de inteligencia artificial.
Con ese fin llamó a los primeros cien voluntarios «listos para dedicarse a esta maravillosa pero difícil causa». Y agregó que «es un proyecto de largo plazo. La derrota militar de Putin es inevitable». E insistió en que las cúpulas no cederán el poder y tratarán de «lavar el cerebro a los ciudadanos».
Otro juicio, otra prisionera
Lilia Chanysheva, excoordinadora de la sede de Navalni en la ciudad rusa occidental de Ufa, fue sentenciada a siete años y medio de prisión la semana pasada. Luego de ser declarada culpable de “organizar una comunidad extremista”.
A lo largo del juicio, Chanysheva mantuvo su inocencia.“Me dedico a actividades políticas públicas ordinarias, a las que tengo todo el derecho conforme a la Constitución”, dijo tras el anuncio del veredicto, reseñó CNN. “Lo que es ilegal es esta justicia que está pasando”.