Los elevados volúmenes de pasajeros aportarán en 2025 una cantidad récord de dinero: cerca de un billón de dólares en ingresos, la primera cifra de 13 cifras en la historia
La recuperación económica y el aumento en el transporte de carga, han impulsado a la aviación a retornar e incluso superar los números previos a la pandemia. 2024 ha sido un buen año para la industria aeronáutica movida también por los precios del combustible que han permitido nuevas rutas y frecuencias. Pero, tras esas buenas noticias para la aviación, queda una brecha pendiente en el cumplimiento de emplear combustible sostenible y reducir las emisiones netas cero para 2050.
La aviación genera el 2,5 % de las emisiones globales de dióxido de carbono y el 1,9 % de gases de efecto invernadero. La industria aérea está en la búsqueda de alternativas en combustibles sostenibles a partir de residuos, hidrógeno y electrificación. Además de mostrar inquietud por mejorar la aerodinámica de los aviones o la propia mejora en la eficiencia de los motores, entre otras medidas. Pero los esfuerzos son insuficientes.
En sus previsiones globales para 2025, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo afirma que las aerolíneas transportarán probablemente 5.200 millones de pasajeros en más de 40 millones de vuelos.
“En 2025, por primera vez, el número de viajeros superará los cinco mil millones y el número de vuelos alcanzará los 40 millones”, afirmó Willie Walsh, director general de la IATA. “Este crecimiento significa que la conectividad de la aviación creará y respaldará puestos de trabajo en toda la economía mundial”. Sus efectos suelen multiplicarse a otros sectores del transporte, turismo, hostelería y comercio.
La aviación flaquea con el combustible sostenible
Con los elevados volúmenes de pasajeros, la IATA estima que la industria también aportará una cantidad récord de dinero. Cerca de un billón de dólares en ingresos, la primera cifra de 13 cifras en la historia. Ese dinero se traducirá en unos beneficios netos previstos de 36.000 millones de dólares.
Aunque los precios más bajos del combustible y una mayor certeza sobre los costos laborales ayudarán a compensar una caída a largo plazo en las tarifas aéreas hay una serie de riesgos en el horizonte. Las guerras en Ucrania y Oriente Medio podrían perturbar las operaciones globales, como también lo podría hacer el gobierno de Donald Trump. La IATA dice que el boleto de avión promedio es un 44% más barato que en 2014.
Las aerolíneas se benefician de la caída de los precios del crudo siempre que los precios del combustible para aviones disminuyan en paralelo. El combustible es el componente de costo más importante de las aerolíneas, ya que representa el 30% de los totales. Mientras los hidrocarburos muestren beneficios, la aviación ralentizará su búsqueda hacia los combustibles sostenibles para llegar a la meta de la neutralidad de carbono en 2050.
Para 2025 IATA espera que el tráfico continúe creciendo, aunque a un ritmo algo más lento, ya que todas las regiones superan los niveles previos a la pandemia. La demanda aumentó gracias al efervescente comercio electrónico transfronterizo y las limitaciones de capacidad en el transporte marítimo. Las perspectivas para 2025 siguen siendo sólidas, dados los desafíos actuales en el transporte marítimo. Los rendimientos globales de la carga aérea dejaron de disminuir en 2023 y ahora están alrededor de un 30% por encima de los niveles previos a la pandemia.
“No estamos logrando progreso sostenible”
Un impacto importante que arrastra el sector es el de los retrasos en las entregas de nuevas aeronaves y otros problemas en la cadena de suministro. Las aerolíneas se ven obligadas a seguir volando modelos de aviones más antiguos, lo que afecta negativamente la eficiencia del combustible y aumenta los costos de mantenimiento. Se proyecta que el resultado final genere un beneficio neto de 31.500 millones de dólares en 2024 con un margen de beneficio neto del 3,3%.
Walsh considera necesario afianzar la rentabilidad de las aerolíneas y aumentar su resistencia financiera. “La rentabilidad permite invertir en productos que satisfagan las necesidades de nuestros clientes y en las soluciones de sostenibilidad que necesitamos para lograr las cero emisiones netas de carbono en 2050″.
Afirmó que “el sector aéreo está en la senda de los beneficios sostenibles, pero aún queda mucho por hacer. Pero la aviación no se está moviendo lo suficientemente rápido para alcanzar sus objetivos de producción y uso de combustible de aviación sostenible (SAF)”.
“No estamos logrando tanto progreso como esperábamos y ciertamente no estamos logrando tanto progreso como necesitamos”, asentó el directivo. En la actualidad, el combustible de aviación sostenible representa solo alrededor del 0,3% del uso mundial de combustible para aviones y se proyecta que solo represente el 0,7% para 2025, según datos de la IATA. Mientras tanto, los expertos advierten que la tasa de producción del combustible verde debe crecer rápidamente para que el sector logre sus objetivos de emisiones.
Un estudio de la mostró que la producción mundial de combustible verde para aviones en 2024 fue de solo 1 tonelada métrica, menor que la proyección de la IATA hace un año de que sería de 1,5 toneladas.
EE UU incentiva la energía limpia
La IATA anunció que lanzaría un proyecto para realizar mejor un seguimiento de las iniciativas globales del combustible sostenible para la aviación en 2025 en un esfuerzo por dar más transparencia al sector.
Dijo que Europa se estaba quedando atrás de Estados Unidos en lo que respecta a la elaboración de incentivos que podrían ayudar a impulsar la inversión en instalaciones de producción. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de EE UU de 2022 contiene cientos de miles de millones de dólares en subsidios para energía limpia y se anuncia como la ley insignia del presidente saliente Joe Biden para combatir el cambio climático.
Walsh comentó que no estaba claro qué haría el gobierno de Trump con respecto a la IRA y cómo afectaría a la producción actual de SAF. “Durante su primera gestión hubo muchos avances en este ámbito, por lo que no creo que se trate de una cuestión de blanco o negro”.
Por otra parte, Alaska Airlines está lanzando un puñado de nuevos vuelos sin escalas a Asia al tiempo que establece un ambicioso objetivo de ganancias unos meses después de su fusión con Hawaiian Airlines.
La aerolínea con sede en Seattle planea aumentar sus ganancias en 1.000 millones de dólares hasta 2027. Apoyándose en su fusión de 1.900 millones de dólares con Hawaiian para ampliar su acceso a rutas en el Océano Pacífico y a aviones de fuselaje ancho. Alaska espera que sus operaciones comerciales generen 800 millones de dólares adicionales en ingresos, en gran medida como resultado de nuevas ofertas mejoradas.
Comenzará a ofrecer nuevos vuelos diarios sin escalas entre el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma y el Aeropuerto Internacional Narita de Tokio a partir de mayo de 2025.
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