La ley penaliza con multas millonarias a los gigantes tecnológicos si no impiden sistemáticamente que los menores de 16 años tengan cuentas en las redes sociales
Esa relación tan natural e indivisible entre los adolescentes, la Generación Z y las redes sociales ha pasado por capítulos de amor y odio. Últimamente parece privar más el odio, a decir por los resultados de varios sondeos de opinión, en que salen a flote fuertes cuestionamientos hacia estas herramientas. Australia acaba de aprobar una ley que pretende hacer lo que ningún otro gobierno ha conseguido hasta ahora: impedir que los niños menores de 16 años utilicen las redes sociales.
Miles de centros y distritos educativos en Estados Unidos prohíben el uso de celulares en el aula. También en Europa y otros países del mundo han decidido limitar el uso de esos dispositivos y sus infinitas posibilidades, en manos de chicos y jóvenes. Pero la ley australiana se arriesga un poco más.
Incluye algunos de los controles de redes sociales más estrictos del mundo y obligará a las plataformas a tomar medidas razonables para garantizar que existan protecciones de verificación de edad.
La ley hará que plataformas como TikTok, Instagram, Snapchat, Reddit y X sean responsables de multas de hasta 50 millones de dólares australianos (más de 32 millones estadounidenses)si no impiden sistemáticamente que los niños menores de 16 años tengan cuentas, reseña el medio británico Sky News. Las plataformas tendrán un año para decidir cómo implementar la prohibición antes de que las multas entren en vigor.
Australia pone el foco en las redes sociales
Este debate en el parlamento australiano ha movilizado la opinión de docentes, padres y sociedad e incluso de los gigantes tecnológicos. Surge la gran disyuntiva: regular, prohibir o eliminar las redes sociales.
El primer ministro Anthony Albanese señaló en septiembre que su gobierno probaría la tecnología de verificación de edad antes de prohibir a los niños abrir cuentas en las redes sociales.
En ese momento, Meta, propietaria de Facebook e Instagram y que tiene una edad mínima autoimpuesta de 13 años, dijo que quería capacitar a los jóvenes para que se beneficiaran de sus plataformas. En ese sentido, ofreció proporcionar a los padres herramientas para apoyarlos «en lugar de simplemente cortarles el acceso»
La Cámara de Representantes de Australia aún no ha aprobado las enmiendas realizadas en el Senado. Pero se trata de una formalidad, ya que el gobierno ha acordado que se aprobarán las limitaciones en el uso de redes sociales en menores.
En el Reino Unido los políticos están considerando una prohibición similar. Peter Kyle, el secretario de ciencia, confió al citado medio que quería que el regulador Ofcom fuera «más asertivo» cuando se trata de comportamientos «grotescos» en las redes sociales. Incluso cuando los adolescentes han perdido la vida o han sido afectados en su salud mental.
«No quiero llegar a cosas como prohibiciones generales. Quiero más bien que la gente se beneficie de todas las oportunidades que presenta la tecnología moderna”, sostuvo el funcionario. «Pero cuando haya daños, mantendré todo sobre la mesa para mantener a la gente segura», dijo.
Generación Z apoya las restricciones
En esas categorizaciones de generaciones y para entenderlas, se indica que la Generación Z (de 18 a 27 años), son en la actualidad los adolescentes y jóvenes que crecieron en un mundo híper conectado. Y los chicos menos de 16 años se ubican en la Generación Alfa.
El texto, que entrará en vigor a finales del próximo año en Australia, se basará en tecnología de verificación de edad para imponer las restricciones a las redes sociales. ¿Cómo funcionará realmente el límite de edad y cómo se aplicará en la práctica?
Algunos aconsejan que el deber de cuidado digital debería recaer en las empresas de redes sociales. Otros creen que el enfoque debería estar en la educación y sortear los retos. Sin embargo, lo más interesante es que estas oposiciones no parecen provenir de los jóvenes.
Según un informe de Deloitte, recogido por UnHerd, australianos de la Generación Z son tan partidarios, si no más, de las restricciones de edad en las redes sociales en comparación con otras generaciones.
Detalla que de los consultados de la Generación Z, el 91% estuvo de acuerdo en restricciones más severas al acceso de los niños a las redes sociales. Mientras más de un tercio apoyó una prohibición total.
Esta cifra es muy significativa dada la centralidad de las redes sociales en la vida de los jóvenes australianos: en promedio 10 horas semanales, unas cuatro horas más que la media general.
La influencia de las redes en la salud mental
Aún más sorprendente es que la Generación Z parece estar reduciendo sustancialmente el tiempo que dedican a las redes sociales. El año pasado, el uso promedio fue de 12 horas y 45 minutos por semana, pero esto se redujo en un notable 20%. Entonces, ¿por qué el cambio?
Hay algunos factores que impulsan esto. La primera es que la Generación Z está especialmente en sintonía con los impactos del uso excesivo de las redes sociales en la salud mental y el bienestar. Estos factores parecen estar limitando conscientemente el tiempo que pasa en las plataformas. Y si no lo hacen por voluntad propia, sus padres sí lo hacen.
Alrededor del 70% de los encuestados por Deloitte con hijos están preocupados por los impactos de las redes. Y más de la mitad han utilizado controles parentales para limitar a qué pueden acceder sus hijos en línea.
Una encuesta representativa en EE UU en la que participaron 1.006 adultos de la Generación Z y en la que colaboró The New York Times, se pulsó la opinión de estos jóvenes sobre las redes sociales. Los hallazgos son similares al sondeo realizado en Australia referido al uso de las redes sociales.
En primer lugar, la cantidad de horas que se pasan en las redes sociales cada día es asombrosa. Más del 60% afirmó que pasa al menos cuatro horas al día en ellas. Y el 23% comentó que pasa siete o más horas al día utilizando las redes. En segundo lugar, los consultados reconocen el daño que estas plataformas causan a la sociedad: el 60% dijo que tienen un impacto negativo y el 32% que tienen un impacto positivo.
Ojalá no las hubiesen inventado
El último sondeo, en el que participó Nytimes, el 45% dijo que no permitiría que sus hijos tuvieran un teléfono inteligente antes de los 14 años. Mientras que el 57% creía que los padres deberían restringir el acceso de sus hijos antes de la escuela secundaria.
Una sorprendente cantidad de encuestados indicó que desearía que las plataformas de redes sociales nunca se hubieran inventado, entre ellas Instagram (34%), Snapchat (43%), TikTok (47%) y X/Twitter (50%).
Estos resultados pueden esperarse dado que la Generación Z está especialmente en sintonía con los impactos en la salud mental del uso de las redes sociales y se ve afectada por ellos. Sin embargo, demuestran que los jóvenes quieren libertad para decidir.
Muchos estudiantes, confiaron a UnHerd que a menudo sienten una sensación tangible de alivio cuando les quitan sus teléfonos. O que desearían que nadie tuviera un celular inteligente porque la única razón por la que lo tienen es el miedo a perderse algo.
Algunos explicaron cómo habían afectado a su capacidad de atención. O cómo el algoritmo los había llevado a lugares a los que nunca habían tenido intención de ir. Un alumno en particular escribió esta idea: “las cosas que deberían ser simplemente divertidas y alegres, como TikTok, pueden hacerte sentir muy triste por tu propia vida”.
Esta sensación de estar atrapados no solo ejerce presión sobre los jóvenes. También lo hace sobre sus padres, quienes luchan por mantenerse firmes y establecer límites para estar frente a la pantalla de un teléfono inteligente. En Australia, tal vez este proyecto de ley ofrezca finalmente una salida para todos. Pero, sin dudas, será un trabajo complicado e integral, entre el hogar, la escuela, las autoridades y la sociedad.