El borrador admite que la financiación para que los países empobrecidos encaren la crisis climática debe llegar a 1,3 billones de dólares al año a partir del año 2035
La cumbre del clima de la ONU llegó a tiempo extraordinario este viernes. La presidencia de la COP29 colocó en la mesa de negociaciones, la cifra de 250.000 millones de dólares por año en financiamiento que deben aportar los países ricos a las naciones pobres para enfrentar la crisis climática. El borrador, lejos de aglutinar consenso, generó críticas en delegados de los estados más vulnerables que solicitan más.
Los gobiernos mundiales representados en la cumbre celebrada en Bakú, Azerbaiyán, tuvieron la tarea de acordar un amplio plan de financiación para abordar el cambio climático. Pero las conversaciones, marcadas por la división, agotaron las dos semanas de la cumbre sin un acuerdo.
Después de una propuesta inicial para un ‘nuevo objetivo colectivo cuantificado’ (NCQG, en inglés) el nuevo texto, elaborado a puerta cerrada durante la noche, propone una cifra de 250 mil millones de dólares anuales. Monto que reemplazaría una contribución actual de 100.000 millones de dólares de los países ricos acordada en 2009 y que no se consiguió sumar esa cantidad hasta 2022.
El borrador, consignado por Mukhtar Babayev, presidente de la COP29, admite que la financiación para que los países empobrecidos encaren la crisis climática debe llegar a 1,3 billones de dólares al año desde 2035. Pero calcula en 250.000 millones el desembolso a cargo de los desarrollados.
Esa suma debería provenir de «una amplia variedad de fuentes, públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, incluidas las fuentes alternativas». Abarcaría también el suministro directo de financiación, como subvenciones, y la inversión del sector privado que se espera movilice.
COP29: dos semanas sin acuerdo sobre el financiamiento
En esta última semana en que el debate se intensificó a nivel político, con la presencia de ministros del Ambiente y Finanzas, los países en desarrollo han insistido firmemente en una meta de 1,3 billones de dólares al año.
El nuevo texto reconoce esta cifra sólo como un objetivo aspiracional, ya que “insta a todos los actores a trabajar juntos para permitir la ampliación de la financiación a las Partes que son países en desarrollo para la acción climática desde todas las fuentes públicas y privadas a al menos 1,3 billones de dólares por año para 2035”.
Los países en desarrollo dijeron que necesitaban 1,3 billones de dólares para 2035 para hacer frente a los crecientes impactos de un mundo más cálido y tomar medidas más importantes para reducir su carbono. Pero durante la mayor parte del tiempo en Bakú, las naciones más ricas se negaron a fijar una cifra sobre el apoyo que brindarían.
Según la propuesta no habría ninguna obligación para las principales economías emergentes, como China, que estarían “invitadas” a hacer contribuciones adicionales. Esto significa que cualquier dinero que China aporte voluntariamente se contabilizará para alcanzar la cifra total.
Hacer llegar el dinero extra a las naciones en desarrollo será un desafío para los países más ricos, muchos de los cuales enfrentan crisis del costo de vida, y una estrategia difícil de vender a sus contribuyentes.
“250.000 millones de dólares requerirán aún más ambición y un alcance extraordinario”, comentaron algunos delegados de países ricos. Pero los de los países en desarrollo se apresuraron a rechazar el monto de financiamiento sugerido en las últimas horas de la COP29.
La brecha se ensancha: “No queremos migajas”
Una vez en la mesa de negociaciones de la COP29, la cifra de financiamiento para ayudar a los países pobres y más afectados por los cambios del clima, surgieron voces críticas.
Chiara Martinelli, directora de Climate Action Network Europe, criticó la posición negociadora de la UE. «Migas de pan. Un objetivo anual de 250.000 millones de dólares para 2035, repartido entre todos los actores, ni siquiera es una migaja de pan. Sin garantías de nuevas subvenciones y una rendición de cuentas mínima para los contaminadores históricos. Simplemente está poniendo la carga sobre los más vulnerables”.
Comentó que al comienzo de la COP29, “la UE dijo que podíamos contar con ellos. Desde entonces, solo hemos visto palabras y ninguna acción. Los países ricos deben volver a la sala de negociaciones para dar un paso adelante, pagar y proporcionar una verdadera financiación climática. Este texto es inaceptable. Lucharemos hasta el último minuto por un acuerdo ambicioso”.
En ese sentido, la enviada climática de las Islas Marshall, Tina Stege, indicó que los textos eran vergonzosos. “Es incomprensible que año tras año llevemos nuestras historias sobre los impactos del clima a estas reuniones y solo recibamos simpatía. Y ninguna acción real de las naciones ricas”, dijo. “No estamos aquí para contar historias. Estamos aquí para salvar nuestras comunidades”, agregó.
Esta opinión fue compartida por la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS). “No se puede esperar que aceptemos un texto que muestra tanto desprecio por nuestra gente vulnerable”. Para muchos países desarrollados, incluido el Reino Unido, el borrador del texto no fue lo suficientemente profundo como para incrementar los esfuerzos para reducir el carbono.
Lluvia de críticas
Los países africanos han rematado el compendio de cuestionamientos de los países en desarrollo que sufren las consecuencias de la crisis climática, siendo los que menos contribuyen con las emisiones y el calentamiento del planeta. La propuesta de financiamiento en la COP28 “llevará a una inaceptable pérdida de vidas en África”.
Además, “esta propuesta no debería pasar el filtro de los países pequeños insulares y América Latina. No pueden asumir esto”, reflexionó desde Bakú el responsable de Cambio Climático de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz. Con todo, Andaluz que “esto casi parece una estrategia de la presidencia de la COP para plantear un objetivo inicial tan bajo que cualquier otra cosa que salga en las horas siguientes, por muy pequeña que sea, se sienta como un éxito”.
Pedro Zorrilla, de Greenpeace, sostuvo que “el principal fallo del borrador del objetivo de financiación es la cifra. Se queda muy baja comparada con lo necesario. Sería similar a la fijada en 2009 si se le aplica la inflación”.
La presidencia azerbaiyana de la COP29 afirmó que el nuevo texto sobre financiamiento climático es el resultado de una consulta que se prolongó hasta las primeras horas del viernes y ofrece una forma «equilibrada y racionalizada» de avanzar.
Destacó que «dieron a todos los grupos la oportunidad de reaccionar al paquete de textos y les agradecimos su compromiso constructivo. Estos textos forman un paquete equilibrado y simplificado para la COP29. La presidencia insta a las Partes a estudiarlos, para allanar el camino hacia el consenso sobre las pocas opciones restantes”.
A lo largo de las conversaciones ha habido críticas a la directiva de la cumbre por los profundos vínculos del país con la industria de los combustibles fósiles. Esta posición sesgada se dejó sentir en la propuesta.
Omiten a los combustibles fósiles
El borrador que ocupa las negociaciones sobre el financiamiento, a última hora de la COP29, repite una omisión de otros textos ventilados en la cumbre. En el camino de su redacción ha desaparecido la mención específica a los combustibles fósiles: el petróleo, el carbón y el gas cuyo uso provoca las emisiones de gases de efecto invernadero que causan la crisis climática.
Tanto en el epígrafe sobre el Programa de Trabajo de Mitigiación como en el documento que debe dar continuidad al Balance General del Acuerdo de París, no hay referencia directa al abandono de los combustibles fósiles. Arabia Saudí, en nombre del Grupo Árabe, ha repetido que no aceptaría que se señalara a ningún sector industrial “como los fósiles”, dijeron. Hasta el propio presidente Azerbaiyán, Ilham Alyev, llamó a estos combustibles “regalo de Dios”, el primer día de la COP. Y rechazó que se criminalizara a los países que los extraen y venden (como es Azerbaiyán o Arabia Saudí).
Las proposiciones de la presidencia de la cumbre se remiten a los párrafos (sin repetirlos) del acuerdo de Dubái que sí pidió “transitar lejos de los combustibles fósiles” por primera vez en la historia de las COP. La idea de incluir directrices más específicas y ambiciosas sobre desengancharse del petróleo, el carbón y el gas para reducir las emisiones de gases, se sostiene en que esas directrices obligarían a los países a redactar planes climáticos nacionales más ambiciosos que deben presentarse el año que viene. Las negociaciones se prolongaron hasta la madrugada. Algunos estiman que se llevará todo el sábado alcanzar un acuerdo.