Una subcategoría de células cerebrales responde al estrés de una manera totalmente diferente en hombres y mujeres
Una responsabilidad límite en el trabajo o averiguar cómo pagar la hipoteca el mes que viene cuando los fondos familiares son limitados, pueden desencadenar estrés. Los estímulos o desencadenantes del estrés pueden ser los mismos para un matrimonio, pero la forma de procesarlos y dar respuestas son diferentes en los hombres y en las mujeres
Cuando el cerebro percibe un indicio de estrés, activa una alarma a través del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y segrega varias hormonas que promueven cambios en el cuerpo que aumentan las posibilidades de supervivencia ante una amenaza. Al estar bajo estrés los músculos se tensan, el corazón late más rápido y que la presión arterial aumenta. El organismo se prepara para luchar, huir o afrontar la amenaza.
Los trastornos relacionados con el estrés, como el trastorno de estrés postraumático y la depresión, son más comunes en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, históricamente, en los estudios solo se utilizaban roedores machos para intentar comprender las bases neurológicas de estos trastornos. Para corregir esa falla, varios grupos de investigación analizaron las diferencias en la forma en que las ratas macho y hembra experimentan el estrés.
El estrés es diferente en hombres y mujeres
En el estudio, publicado en Cell Reports y liderado por investigadores del laboratorio conjunto del profesor Alon Chen en el Instituto Weizmann y el Instituto Max Planck de Psiquiatría en Múnich, encontró que una subcategoría de células cerebrales responde al estrés de una manera totalmente diferente en hombres y mujeres. El hallazgo podría conducir a una mejor comprensión de condiciones de salud relacionadas con el estrés crónico como la ansiedad, la depresión e incluso la obesidad y la diabetes.
Las alteraciones mentales y físicas causadas por el estrés crónico están en constante aumento y suponen una importante carga para la sociedad.
Aunque hay muchas pruebas que sugieren que los hombres y las mujeres afrontan el estrés de forma diferente, las causas de estas desigualdades no se tenía clara. Los científicos del laboratorio de Chen, que se especializa en el estudio de la respuesta al estrés, plantearon la hipótesis de qué métodos de investigación innovadores podrían ayudar a cambiar el panorama. Estudios anteriores habían descubierto diferencias de género en la respuesta al estrés, pero utilizaron métodos que podían ocultar diferencias significativas en las respuestas de células específicas o borrar por completo el papel desempeñado por células relativamente raras.
Respuestas cerebrales distintas
El laboratorio de Chen utiliza métodos avanzados que permiten a los científicos analizar la actividad cerebral con una resolución sin precedentes, a nivel de la célula individual y podría arrojar nueva luz sobre las diferencias entre los sexos. Elena Brivio, que dirigió el estudio, explica que enfocaron la investigación “con la mayor sensibilidad posible hacia la zona del cerebro que actúa como eje central de la respuesta al estrés en los mamíferos: el núcleo paraventricular del hipotálamo”.
Detalló que al secuenciar las moléculas de ARN en esa parte del cerebro a nivel de célula individual mapearon la respuesta al estrés en ratones machos y hembras entres ejes principales. El primero, cómo cada tipo de célula en esa parte del cerebro responde al estrés. Luego, cómo cada tipo de célula previamente expuesta al estrés crónico responde a una nueva experiencia de estrés. Y en tercer lugar, cómo las respuestas difieren entre machos y hembras”.
Los investigadores mapearon la expresión genética en más de 35.000 células individuales que proporcionan una imagen de la respuesta al estrés sin precedentes que resaltan las diferencias entre cómo los hombres y las mujeres perciben y procesan el estrés.
El estudio permite a los investigadores identificar una larga lista de diferencias en la expresión genética, entre hombres y mujeres, y entre el estrés crónico y agudo. Ciertas células cerebrales reaccionan de manera diferente al estrés en hombres y mujeres. Algunas células son más susceptibles al estrés en mujeres y otras en hombres. La diferencia más significativa se encontró en un tipo de célula cerebral llamada oligodendrocito, un subtipo de célula glial que proporciona soporte a las células nerviosas y desempeña un papel importante en la regulación de la actividad cerebral.
Las células tienen comportamientos contrarios
El Instituto Weizmann de Ciencias señala que en los hombres, la exposición a condiciones de estrés, especialmente estrés crónico, cambió no solo la expresión genética en estas células y sus interacciones con las células nerviosas circundantes, sino también su propia estructura.
En las mujeres, sin embargo, no se observó ningún cambio significativo en estas células, y no fueron susceptibles a la exposición al estrés.
“Las neuronas atraen la mayor parte de la atención científica, pero solo representan un tercio de todas las células del cerebro. El método que implementamos nos permite ver una imagen mucho más rica y completa. Incluyendo todos los tipos de células y sus interacciones ”, dice Juan Pablo López, ex investigador postdoctoral en el grupo de Chen, y jefe de un grupo de investigación en el Departamento de Neurociencia del Instituto Karolinska en Suecia.
Hasta los años ochenta, los ensayos clínicos de nuevos fármacos se realizaban solo con hombres. La opinión generalizada era que no era necesario incluir mujeres, porque complicaría la investigación al incorporar variables como la menstruación y los cambios hormonales. Por las mismas razones, hasta hace poco los estudios preclínicos evitaban utilizar animales hembra. Pero ahora se sabe que la variabilidad entre los animales machos, a nivel molecular y de comportamiento, suele ser mayor que entre las hembras.
Relegada la participación femenina
A pesar de esa aseveración, en la investigación básica todavía es habitual realizar experimentos solo con machos. “Nuestros hallazgos demuestran que cuando se trata de enfermedades relacionadas con el estrés, desde la depresión hasta la diabetes, es importante tener en cuenta la variable del sexo. Las células cerebrales responden al estrés de manera distinta en las mujeres y en los hombres”, explica Chen.
Explica que, especialmente en neurociencia y ciencia del comportamiento, aunque un estudio no se centre específicamente en las diferencias entre machos y hembras es esencial incluir hembras en la investigación. De acuerdo con los principios de la ciencia de acceso abierto, los investigadores decidieron que todo el mapeo detallado esté disponible en un sitio web interactivo al mismo tiempo que se publicó el estudio.,
Brivio sostiene que “el sitio web, por ejemplo, permitirá a los investigadores que se centran en un gen específico ver cómo cambia la expresión de ese gen en un cierto tipo de célula en respuesta al estrés, tanto en hombres como en mujeres”.