Shiori Ito hizo un libro y un documental sobre su terrible experiencia y la insospechada lucha social interna de la que nacería el movimiento #MeToo nipón
Cuando Shiori Ito, una joven periodista en Japón, hizo pública su acusación de violación contra un conocido personaje de los medios y biógrafo del entonces primer ministro Shinzo Abe, se convirtió en el centro del discurso sobre el tratamiento social de la agresión sexual en ese país. No imaginó que a partir de esta dolorosa experiencia y una insospechada lucha social interna, nacería el movimiento #MeToo en Japón.
En una sociedad en la que hablar abiertamente sobre estos asuntos se considera vergonzoso, su conferencia de prensa en 2017 conmocionó al público. En cuestión de días, Ito se vio envuelta en el centro de la política japonesa: la derecha la creía una amenaza para el gobierno de Abe y la izquierda la aclama como una heroína por la misma razón.
Las amenazas de muerte, el acoso cibernético y los mensajes de odio llevan a Ito a una espiral descendente. Cuando presenta una demanda civil, los acusados libran una guerra total contra ella. Decidida a no dar un mal ejemplo a otras víctimas, Ito sigue adelante y publica un libro ‘’Black Box: La memoria que desencadenó el movimiento #MeToo en Japón’ que narró su experiencia y fue traducido al inglés en 2021.
Después se adentró en un proyecto cinematográfico, dirigido por ella, en el cual documenta la respuesta pública a sus acciones, rasgos de la sociedad japonesa y su demanda civil contra su agresor Noriyuki Yamaguchi. El documental resultante, ‘Black Box Diaries’ (‘Diarios de caja negra’) llega a los cines.
La violación a una periodista en Japón
La cruda historia real. Shiori Ito se reunió con Noriyuki Yamaguchi para cenar en un izakaya (bar) de Tokio en abril de 2015. Esperaba recibir consejos sobre su incipiente carrera como periodista y, tal vez, una recomendación para un trabajo. Yamaguchi, exjefe de la oficina en Washington de Tokyo Broadcasting System, una respetada cadena de televisión, tenía buenos contactos. Había escrito una biografía favorable del entonces primer ministro, Shinzo Abe, a quien consideraba amigo.
En cambio, la comida marcaría el inicio del infierno privado de Ito, reseñó The Guardian. Ella cuenta cómo, a pesar de haber indicado que quería irse a casa, la joven fue metida en un taxi y llevada a un hotel, donde Yamaguchi, más de dos décadas mayor que ella, la violó.
Siendo a la vez víctima y periodista, el documental muestra que Ito hizo esto no solo para crear un gran cambio social, sino para mantenerse con vida.
Dos años después, en contra del consejo de su familia y de las autoridades , la periodista hizo públicas sus acusaciones de violación, seguidas de la publicación de su libro sobre el caso y el velo de secreto que se cierne sobre las agresiones sexuales en Japón.
Sus vivencias y sus escritos e intervenciones públicas se entrelazaron en unos años difíciles. El film captura su tumultuoso y desgarrador viaje, yendo más allá de los titulares para revelar cómo ha sido estar en su lugar. Revela el precio que la política, los medios y la tecnología tienen sobre la humanidad de las personas.
“Black Box Diaries es una película generosa, valiente y esperanzadora de principio a fin. Consolida a Ito (nombrada por Time como una de las personas más influyentes del mundo en 2020) como una nueva voz significativa”, comentó Tomris Laffly, ejecutivo de Harper’s Bazaar.
Justicia, derechos y #MeToo
En diciembre de 2019 la justicia nipona condenó a Noriyuki Yamaguchi. Entonces, las agencias de noticias divulgaron el dictamen. «Hemos ganado, la contrademanda ha sido desestimada», dijo Ito al término de la sentencia. Con una pancarta en la mano en la que se podía leer ‘victoria’ mientras sus seguidores aplaudían y la vitoreaban.
El juez condenó a su presunto agresor a pagar a la periodista 3,3 millones de yenes (unos 27.500 euros, 30.600 dólares) por daños e intereses. Un tercio de la cantidad que reclamaba, reseñó DW.
Ahora, la periodista convertida en activista, cuenta en entrevista a Hyperallergic, cómo esa trágica violación cambió su vida y la percepción de la sociedad en Japón.
“El libro se publicó justo cuando empezó el movimiento #MeToo en Japón. Y lo escribí desde la mentalidad de reportera, siguiendo mi investigación sobre lo que me pasó. Así que no puse mucha emoción. Esto fue antes de que comenzara mi caso en la corte civil. Pero me di cuenta de que me había estado dejando atrás como superviviente”, relata Shiori.
“Siempre me ayudó a abordar las cosas como periodista, pero creo que también es quizás una reacción traumática típica. Y me llevó algunos años darme cuenta de lo que realmente estaba experimentando y quería enfrentarlo. Fue difícil sentarme y enfrentarme a ser una superviviente, y era importante abordar eso en la película”.
Señala que después de que saliera a la luz pública, se dio cuenta de que los medios japoneses todavía se muestran reacios a cubrir este tipo de historias. ”Hay un fuerte estigma contra hablar sobre la violencia sexual en Japón y quería romper con eso”, apunta.
En indefensión
Ito vuelve a traer en la entrevista lo que ocurrió aquel nefasto día de abril de 2015. La periodista explica los detalles posteriores a la violación y la indefensión que sintió por parte de las autoridades en Japón.
“Cuando me enteré de que había una línea directa para casos de violencia sexual, los llamé porque no sabía qué hacer ni a qué hospital acudir. Pero incluso para recibir ese consejo, me dijeron que tenían que entrevistarme. Me pidieron que fuera a su oficina. Eran el único centro de apoyo para víctimas de violencia sexual en todo Tokio y estaban bastante lejos, en la frontera con Chiba, y no podían revelar la dirección. Dijeron que me recogerían en una estación determinada. Por la forma en que me hablaron, sentí que no me creerían y no fui”.
Más tarde, continúa, “me enteré de que en ese momento, el Centro de Ayuda a las Agresiones Sexuales de Tokio solo contaba con dos personas. Y, por supuesto, no podían recogerme en cualquier lugar; tenían muy poco personal. No hay muchos fondos del gobierno, por lo que no es necesariamente que la gente que trabajaba allí intentara no aceptar mi caso”.
Precisó que fue a la policía, pero recibió un rechazo similar:
‘Estos casos ocurren a menudo, pero no podemos hacer nada. «Más tarde, me enteré de que se debía a la forma en que están redactadas las leyes sobre agresión sexual. Aunque se han actualizado un poco desde entonces. Así fue como me di cuenta de lo ignorante que era sobre mi propia sociedad y las protecciones legales que tenemos”.
Shiori Ito espera que tras su experiencia, lo suficientemente difundida y argumentada, sirva a cimientos para una sociedad más cuidadosa y respetuosa de las mujeres y de las personas y sus derechos.