El turismo de invierno arruinado y los partidos deportivos cancelados son la punta del iceberg del cambio climático
Dos organismos que tienen poco en común, como la FIS y la OMM, se han asociado para analizar y gestionar el impacto del cambio climático en los juegos de invierno y el turismo asociado a los esquiadores. En años anteriores las altas temperaturas y mantos de nieve de menor espesor han afectado a la actividad turística. Obligando a hoteles, posadas y cabañas a cerrar sus puertas ante la baja presencia de visitantes que alternan el disfrute de la etapa invernal con la práctica de deportes.
En el invierno anterior los esquiadores aficionados al deporte de las estaciones de baja altitud en Suiza, Italia y los Alpes franceses, se trasladaron a otras pistas más al norte, en Escandinavia. Ante la ausencia de capas de nieve frondosas para ejercitarse en esquí de fondo o el esquí alpino, el snowboard, el salto de esquí, el skeleton, el bobsleigh y la motonieve.
Una investigación publicada en 2023 en la revista Nature mostró que si el calentamiento global alcanza 2 °C por encima de los niveles preindustriales, más de la mitad de las 2.234 estaciones de esquí estudiadas en 28 países europeos podrían correr un riesgo de suministro de nieve. En el futuro, es probable que las temporadas de esquí cambien radicalmente por el clima.
Tomando en consideración esta realidad y las eventualidades futuras, la Organización Meteorológica Mundial y la Federación Internacional de Esquí y Snowboard formaron una asociación. Centrada en crear conciencia sobre el impacto del cambio climático en los deportes de invierno y el turismo. Es la primera vez que una entidad meteorológica de la ONU colabora con una federación deportiva internacional.
El cambio climático arruina el turismo de invierno
«El turismo de invierno arruinado y los partidos deportivos cancelados son, literalmente, la punta del iceberg del cambio climático», señala Celeste Saulo, Secretaria General de la OMM, tras anunciar la asociación con la FIS que entrará en vigor antes de la temporada de invierno 2024-25.
Y asegura que «el retroceso de los glaciares, la reducción de la capa de nieve y hielo y el deshielo del permafrost están teniendo un impacto importante en los ecosistemas. Las comunidades y las economías de las montañas. Y tendrán repercusiones cada vez más graves a nivel local, nacional y global en los siglos venideros».
Los sistemas climáticos más cálidos y una temporada más corta están amenazando los deportes de invierno. Y poniendo a prueba la determinación de profesionales y aficionados por igual en toda Europa.
En la temporada 2023-24, la FIS organizó 616 carreras de la Copa del Mundo entre todas las disciplinas en 166 sedes, pero 26 fueron canceladas por motivos relacionados con el clima.
Los destinos de esquí europeos, como Italia, han visto montañas enteras sin nieve y centros de esquí abandonados. A medida que el aumento de las temperaturas amenaza la industria del esquí en todo el mundo.
La alianza allana el camino para una amplia gama de actividades e iniciativas conjuntas. Llevan los datos científicos y la experiencia de la OMM y sus Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales al corazón de los deportes de nieve y el turismo de montaña. Un área en la que el impacto del cambio climático es cada vez más evidente.
Calentamiento global, más deshielo
«La crisis climática es obviamente mucho más grande que la FIS o que el deporte: es una verdadera encrucijada para la humanidad», afirmó el presidente de la federación, Johan Eliasch.
«Es cierto. Sin embargo, el cambio climático es una amenaza existencial para el esquí y el snowboard. Seríamos negligentes si no realizáramos todos los esfuerzos posibles que tuvieran sus raíces en la ciencia y el análisis objetivo. Esto es lo que estamos tratando de seguir. Y lo que constituye el núcleo de esta prometedora asociación con la OMM».
Cada año, las dos partes definirán la lista de iniciativas que se implementarán, y las primeras ya están previstas para las próximas semanas. El 7 de noviembre, la asociación organizará un seminario web para las 137 asociaciones nacionales de esquí. Así como la sede de gerentes y organizadores de eventos, sobre el cambio climático y su impacto potencial en la nieve, el hielo y los deportes de nieve. Incluido el avance de las herramientas de pronóstico para apoyar la optimización de la gestión de la nieve alrededor de las estaciones de esquí.
Varios estudios han explorado el impacto del cambio climático en los deportes de invierno y el turismo. Son componentes sustanciales de la economía de las regiones montañosas y nórdicas.
La investigación de Nature, en 2023, destacó los desafíos ambientales y climáticos más amplios. Que abarca la necesidad de limitar el calentamiento global mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Glaciares alpinos pierden su volumen
Suiza, que alberga tanto al FIS como a la OMM, ha realizado escenarios del impacto del cambio climático detallado y su incidencia en el turismo de invierno y el deporte de esquí. Indica que los glaciares alpinos han perdido alrededor del 60% de su volumen desde 1850.
Además, en altitudes inferiores a 800 metros, el número de días con nevadas se ha reducido a la mitad desde 1970. Las precipitaciones caen en forma de lluvia en lugar de nieve, según la oficina suiza de meteorología y climatología MeteoSwiss.
Hace cincuenta años, el nivel cero grados se situaba a unos 600 m sobre el nivel del mar. Hoy, con los inviernos cada vez más cálidos, el nivel se sitúa en torno a los 850 m.
Los Escenarios Suizos de Cambio Climático predicen que el nivel de cero grados aumentará otros 400-650 m para 2060 sin mitigación del cambio climático. Esto lo llevará a una altitud de alrededor de 1.300 a 1.500 m. El FIS ha expuesto sus puntos de vista y planes con respecto a la acción climática a principios de este año en el Programa de Impacto de la federación.
Asimismo, el Consejo Ejecutivo de la OMM acordó elevar la criósfera a una de sus principales prioridades. Lo que refleja la creciente preocupación por el derretimiento del hielo, la nieve y el permafrost. Aproximadamente 70% del agua dulce de la Tierra existe en forma de nieve o hielo. Y alrededor del 10% de la superficie terrestre de la Tierra. Está cubierto por glaciares o capas de hielo. Por lo tanto, los cambios en la criósfera, es decir las partes congeladas del sistema terrestre, afectan a todo el planeta.
Lo que se avecina
Los informes anuales sobre el estado del clima de la OMM proporcionan información actualizada periódicamente sobre la criósfera. Incluido el retroceso de los glaciares, el hielo marino y la capa de nieve.
En las últimas décadas, el calentamiento global ha provocado una reducción generalizada de la criósfera. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, estamos presenciando el derretimiento de las capas de hielo y los glaciares de Groenlandia y la Antártida. La reducción de la capa de nieve, la extensión y el espesor del hielo marino en el Ártico. Y alrededor de la Antártida y el deshielo del permafrost en el Ártico y las regiones montañosas.
El deshielo de los suelos helados en las regiones montañosas, árticas y subárticas tiene consecuencias directas sobre la estabilidad de las infraestructuras construidas sobre ellos. Además de contribuir a aumentar la cantidad de carbono en la atmósfera. Los cambios en las nevadas y la capa de nieve no sólo tienen un efecto en el turismo de invierno sino también en la energía hidroeléctrica y el transporte.